domingo, octubre 19, 2008

Capitalismo, catolicismo y expansión económica (*)


Vision alternativa de la crisis financiera mundial

Creación de la Bolsa de Londres

El hecho es que en los años que siguieron a la revolución de 1688, comprobamos en Londres, el nacimiento de la Bolsa. Gran número de financistas judíos llegaron de Holanda, trayendo con ellos la técnica bursátil.
“Los principales negociadores de los primeros empréstitos llegaron de Holanda fueron los judíos, escribe WERNER SOMBART. Eran los consejeros de GUILLERMO DE ORANGE. Uno de ellos, el rico judío MEDINA, era el banquero de MALBOROUGH, al que le pagaba una pensión anual de 6.000 libras y, a cambio de ella, era el primer informado acerca de las novedades de la guerra. Todos los trucos y estratagemas capaces de suscitar el alza o la baja, las falsas noticias sobre la situación de los ejércitos, las camarillas secretas de la Bolsa, las múltiples ramificaciones de los complots y de las intrigas cuidadosamente mantenidas en secreto, constituían la práctica corriente de los “Padres de la Bolsa”.
Pero hay algo más importante aún que esos juegos de intrigas y de especulaciones bursátiles. Es el nacimiento de unas potencia en la Cristiandad, que HILAIRE BELLOC denomina “the State Finance”, es decir, la colonización de un Estado por las potencias financieras.
En su Shorter History of Englsnd, HILAIRE BELLOC escribe: ”llegamos ahora al acontecimiento más importante de la historia inglesa desde la reforma y la destrucción de la monarquía”. A fines de 1692, un grupo de personajes muy ricos cuyo agente ejecutivo era el político MONTAGUE, se propusieron sacar provecho de la alianza político-financiera que los holandeses habían desde mucho tiempo atrás, e hipotecar en su beneficio la potencia política.

La Banco de INGLATERRA
Las circunstancias de su creación son pocos conocidas y poco espectaculares.
En 1994, el Parlamento inglés publicaba el “Acta de Tonelaje”, cuyo preámbulo exponía que esta “ley tiene por objeto garantizar a sus Majestades algunos derechos y tasas sobre el tonelaje de los navíos y los transportes y sobre la cerveza, el alcohol de cerveza y otros licores, con fin de financiar ciertos beneficios y recompensas mencionadas en la mencionada ley, en provecho de personas que voluntariamente hicieron el préstamo de 1.500.000 libras con el fin de subvencionar los gastos de la guerra con Francia”.
En lo esencial, los mencionados “beneficios y recompensas”, consistían en acordar a la sociedad denominada “The Governor ad the Bank of England”, constituída por los prestamistas de esos fondos (1.500.000 libras), el derecho de emitir billetes por un monto superior al de capital social”.
“El capital de la Banca era de 1.200.000 libras, escribe B.D. KNOWLES; la totalidad de esa suma debía ser prestada al Gobierno con una tasa de interés del 8 más 4.000 libras por año a título de gastos generales, o sea, cien mil libras por año. Los privilegios del banco (de emisión) fueron garantizados por 12 años a la sociedad autorizada a manejar los negocios de descuento o de numerario y de fabricar y poner en circulación pape moneda por un monto superior al de su capital”.
Tomamos la frase siguiente de WILLIAM PATTERSON, que fuera el principal artesano del sistema, La banca se beneficia con el interés de todo el dinero que creó a partir de la nada”.
Cuando en 1709, el monopolio del Banco de Emisión fue renovado, la Banca de Inglaterra fue autorizada a doblar su capital… entiéndase bien, el monto de sus emisiones monetarias.

Notemos donde se encuentra el vicio del sistema. No reside en el derecho que tiene el Estado de conceder a un Banco el poder de emitir moneda nacional (aunque él debe seguir siendo el que regla las condiciones de esa producción de dinero). El vicio fundamental del sistema está en:
1) El hecho de que la emisión monetaria, en vez de estar determinada por las variaciones de la producción y del consumo nacional, está, en lo sucesivo, determinada por la actividad propia del enriquecimiento del aparato bancario. Ese enriquecimiento proviene:
– de los intereses acordados por el Estado sobre las sumas prestadas para subvencionar sus expensas.
– De las operaciones bancarias que le permiten sus privilegios de Banco de emisión.
2) El vicio del sistema reside luego en el hecho de que los poderes públicos aceptan vender los privilegios de banco de emisión a una potencia privada, al precio de reflotamiento de sus cajas, vacías en razón de sus gastos abusivos (…en esa oportunidad, la guerra con Francia).
El esquema de ese mecanismo usurario, garantizado por el Soberano inglés, puede resumirse de la siguiente manera:
- El Tesoro del Estado está vacío y las necesidades financiera son inmensas (guerras, recuperación económica después de la Revolución inglesa de 1688, etc.).
- Las riquezas no faltan:
1) En los cofres de los joyeros y de los comerciantes.
2) en las actividades económicas, especialmente en el comercio marítimo.
3) en los cofres de los grandes propietarios…
- ¿Cómo hacer para sacar de esas riquezas del país, los recursos necesarios para el Estado?
Ahí es cuando intervienen los “financistas”, cuyo número y malicia no faltaban en Londres, desde las alianzas efectuadas por GUILLERMO III en Holanda. El sistema propuesto por WILLIAN PATTERSON y JOHN HOUBLON y que efectivizará el Bill de Tonelaje, conjuntamente con la creación del Banco de Inglaterra, consistió en esto:
El Estado depositó en la Banca ese elemento fundamental de su soberanía que es el poder de emisión monetaria, a cambio de que la Baca proveyera al Estado los fondos que le eran necesarios.
El Banco recibió, como precio de sus servicios, un interés del 8% sobre las sumas prestadas al Estado, (percibía además intereses sobre las sumas que ponía en circulación ya que podía emitir dinero por un monto superior a su capital).
Para “cerrar el círculo” ¿Quién pagará los intereses de la deuda del Estado? – El impuesto. El “Bill de Tonelaje” fue creado para sacar las riquezas del “país real”, las sumas necesarias; los aforos del tonelaje del comercio marítimo pagaban la factura de los gastos del Estado…y del sistema de “enriquecimiento sin causa” montado por las Financistas protegidos detrás del tranquilizador nombre de Banco de Inglaterra.
Notamos cómo el sistema de la “Deuda Nacional” se convertía en fructífero para la Banca de Inglaterra. Ese sistema permanente se desarrollaba en progresión geométrica, porque los intereses sólo cesarían si fueran reembolsarlos el Estado inglés los “Préstamos”. ¿Cómo iba a reembolsarlos el Estado inglés de comienzos del siglo XVIII? …¿cómo podrían los Estados modernos encarar su reembolso?

El “sistema” usurario implantado en Inglaterra desde la fundación del Banco del Banco de Inglaterra, ha sido frecuentemente denunciado por numerosos economistas, historiadores, y escritores británicos. El carácter “revolucionario” de esa alianza de GUILLERMO III con los BANQUEROS DE Amsterdam ha sido captado en muchas oportunidades. El testimonio es más apreciable porque proviene de autores protestantes que no pueden ser sospechados de tener “PREJUICIOS CATÓLICOS”.

La Revolución Inglesa, seguida inmediatamente por la fundación de la Banca de Inglaterra, tuvo como consecuencia la creación de un aparato financiero poderoso, autónomo, o casi autónomo frente al Estado inglés. Ese aparato ¿tuvo como único objetivo “hacer dinero” en provecho de sus fundadores, o debía jugar un papel determinante en los caminos de la potencia financiera internacional? La pregunta merece ser planteada en razón de la función preponderante de Inglaterra en la historia económica mundial de los tiempos modernos. HILAIRE BELLOC se encuentra entre quienes, en Inglaterra, han denunciado el poderío supra-nacional (ahora es global) de esa Banca, de tal suerte que “cuando ella se comprometía en cualquier operación financiera, sabía que todos los recursos de Inglaterra serían puestos a su disposición para que pudiera hacer frente hacer frente a sus compromisos”. ¿Puede imaginarse situación más favorable para un “Aparato Financiero” que tuviese la ambición de servir como base logística de las operaciones de guerra económica a nivel mundial?...
El Reverendo D. FAHEY, concluye la historia de la Revolución de 1688, “la gloriosa revolución”, como profieren los ingleses y sus herederos, con estas líneas: “Con esta Revolución se efectúa, la transferencia del centro financiero judío de Amsterdam a Londres. La nación judía, en la consecución de su ideal de mesianismo temporal, siempre ha tratado de dominar los negocios comerciales y monetarios. Leemos en HYAMSON que los comerciantes que acompañaron a GUILLERMO III transfirieron el Centro del comercio monetario de Amsterdam a Londres.

Nos hemos extendido sobre los orígenes… digamos especulativos de la Banca de Inglaterra. Muchos otros ejemplos merecerían ser examinados, y a través de ellos verían de la misma manera, cómo las potencias internacionales del dinero se politizan rápidamente y se transforman peligrosamente en fuerzas revolucionarias que parasitan las naciones, intrigan contra los Estados y colonizan los gobiernos cuando los capitales industriales dejan de estar vinculados, en el quehacer económico, con las responsabilidades de sus propietarios (S.S. PÍO XII, de feliz memoria, dice: “importancia fundamental del derecho de propiedad privada para favorecer las iniciativas y determinar las responsabilidades en materia de economía”. (Pío XII, 3-IV-1950).

Entre los instructivos ejemplos que nos da la historia, recordemos particularmente el del papel político-económico desempeñado en toda Europa por la dinastía de los ROTHSCHILD, sobre todo en el siglo XIX. Recomendamos el folleto publicado por Lectures Françaises (dirigidas por HENRI COSTON: La république des Rothschild.

(*) MICHEL DE PENFENTEYO: Capitalismo, catolicismo y expansión económica, ediciones Forum, Buenos Aires, 1975, 63 páginas 63.
Bibliografía alternativa y no conformista:
Bochaca Joaquín, La Finanza y el Poder, Ediciones Avanzada, CEDADE, Buenos Aires, 1981.
Lombard, Jean, La cara oculta de la historia moderna, Bogota, 1989. tomo I, cap. X.
I. Deane Jones, La revolución inglesa, Ediciones Siglo Veinte, Buenos Aires, 1968.
Cap. X, Jean LOMBARD, La cara oculta de la historia moderna, Cromwell trata con Manasse Ben Israel; Londres se convierte en el templo del capitalismo internacional.

LA BANCA RESTAURA EL TEMPLO

“En el momento en que en Oriente modernos profetas, tal Sabbataï Cevi, iba anunciando para el año1666 la llegada del Mesías (según San JUAN), en que el mismo Sabbataï se proclamaba profeta en Esmirna en octubre de 1665, que corría en todas las BOLSAS DEL MUNDO, en Amsterdam, Hamburgo, Londres, Burdeos, del próximo regreso a Jerusalén y de la restauración del TEMPLO, la expectación de los “ungidos” por el Señor no fue totalmente frustrada. Creado en 1694 el Banco de Inglaterra, ¿no edificaban en su provecho el más moderno de los Templos?”

Editó Gabriel Pautasso
Diario Pampero nº 115 Cordubensis

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