lunes, abril 20, 2009

Vae victis: Asesinatos de José Rucci y del Coronel Argentino Larrabure por los hijos de las “Madres de Plaza de Mayo”

Vae victis:
“En momentos de subversión de los valores, donde el mal se confunde con el bien, donde el asesino de ayer es convertido en la víctima de hoy, donde el asesino de ayer es convertido en la víctima de hoy, donde el cobarde se lo califica de prudente, donde al mártir se lo sepulta en el olvido, siento una necesidad de separar a lo uno y de lo otro, y para hacerlo rindo mi homenaje a ese excelso soldado que fue el Coronel don ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE, quien para no rendirse y sobreponerse a las torturas que a diario, durante más de un año, los subversivos le infligían, tomaba fuerzas entonando las estrofas del Himno Nacional. Obligando así a sus captores a ultimar los restos que de él, porque la mazmorra que lo aprisionaba, a la fuerza de fe, de amor y coraje, se había convertido en cáliz que resultaba chico, para contener la grandiosidad de su alma de Argentino
Centauro criollo, arquetipo de soldado, descendiente digno de un CHILAVERT, de un PRINGLES, y tantos otros, que con sublime sacrificio supieron redimirnos de aquellos que en irredentas islas, enfrentando el uno al instante supremo de: “…defender la bandera hasta perder la vida”, o el otro de: “…irse a pique con el pabellón…”, optaron por gambeatarle a la historia, eludiendo el acto heroico que sus jerarquías, el momento y la Patria les exigen.

En septiembre pasado se cumplieron 25 años de los asesinatos de JOSE IGNACIO RUCCI, y del Coronel LARRABURE respectivamente. Aquel fue Secretario General de la Confederación General del Trabajo, quien cayó bajo las balas disparadas desde una escuela de la red escolar bajo control de la DAIA sionista. Se sospecha que los asesinos eran sionistas, de la fracción marxista, donde militaban los notorios sionistas HERNÁN SCHILLER y el rabino homosexual MARSHALL MEYER, íntimos amigos y asesores de RAÚL RICARDO ALFONSÍN, quien, para vergüenza de todos los argentinos, del componente honesto del judaísmo y de buenas patriotas argentinos de origen israelita, vejando la memoria de SAN MARTÍN, condecoró al impúdico rabino con la Orden del Libertador, en abierta violación de la ley. SCHILLER y MEYER merecieron el “honor” alfon-cínico de ser designados miembros de la CONADEP, junto con personajes de calidad moral como ERNESTO SÁBATO, MAGDALENA RUIZ GUIÑAZÚ, y promitentes próceres civiles e inciviles.

El Coronel LARRABURE fue asesinado luego de más de un año de secuestro. Los hijos de las “Madres de Plaza de Mayo” luego de asesinar a centenares de argentinos y extranjeros, hoy, gracias al DR. ALFONSÍN, defensor de SANTUCHO, cabecilla del ERP, sientan en los estrados de la “justicia” a jueces y fiscales, quienes, luego de violar la Constitución en 1976 jurando acatamiento a los tiránicos documentos de la Junta Militar del Proceso de Reorganización Nacional, y luego de estar durante siete años obedeciendo las órdenes de la tiranía liberal, hoy están a disposición de los deseos de la Casa Rosada, luego de haber negado durante el Proceso, los hábeas corpus solicitados por abogados y parientes de las presuntas.

El fiscal STRASSERA, a quien algunos llaman GROUCHO MARX por su parecido físico al célebre payaso sionista y por su ideología marxista, constituye un ejemplo de lo que puede esperarse de ciertos sector de la justicia. Vedetismo televisivo y periodístico, burla a los procesados, “preparación a los testigos, etc., etc., son las opiniones que se recogen entre el pueblo, entre abogados y entre los propios magistrados.

El Coronel LARRABURE había sido secuestrado el 12 de agosto de 1974 en circunstancias en que las tropas subversivas asaltaron la Fábrica de Pólvora de Villa María, provincia de Córdoba. Fue asesinado más de un año después, en septiembre de 1975, luego de haber sido sometido a las más horribles torturas que pueda imaginarse. Su cuerpo fue encontrado con evidentes señales de las torturas aplicadas, que fueron desde los genitales horriblemente destrozados, picana eléctrica, arranque sin anestesia, quemaduras diversas, huesos destrozados, y mostrando una flacura impresionante. Durante todo ese tiempo se le permitió ver la luz del sol o respirar aire no viciado, encerrado en una “cárcel del pueblo” que quizá haya diseñado alguna “Madre” de Plaza de Mayo, mientras el abogado RAUL RICARDO ALFONSÍN accionaba en tribunales, por sí o por sus amigotes, en defensa de los subversivos globales Este y Oeste, a efecto de que fueran bien tratados en las cárceles públicas y para lograr su liberación, tal el caso de SANTUCHO.


El Asesinato de JOSE IGNACIO RUCCI por los subversivos del escuadrón sionista.


JOSÉ IGNACIO RUCCI fue, sin duda, el dirigente más capaz que hasta entonces produjera el movimiento obrero organizado argentino. Honesto a carta cabal, inteligente, bondadoso, combativo en la defensa de los derechos de los trabajadores, se perfilaba como el más meritorio candidato a la sucesión política de PERÓN (en su tercer mandato 1973-1974), ya anciano y al borde de la muerte, como él mismo lo hiciera conocer al pueblo.

RUCCI, era un profundo conocedor de los problemas argentinos y mundiales. Comprendía que el mayor peligro que se cernía sobre el país era la acción del sionismo, ya infiltrado en todos los resortes del quehacer nacional. Valientemente lo denunció en una célebre reunión multitudinaria. Eso constituyó la causa principal para el Sionismo, sector marxista, cuyos exponentes son en aquella época eran HERNAN SCHILLER y el homosexual rabino MARSHALL MEYER, lo condenaron a muerte. No obstante, las previciones adoptadas, los asesinos sionistas desde un escuela sionistas dependiente de la DAIA, procedieron a ejecutar las órdenes de algún sector de la sociedad secreta Bené Berith, Juncal 2573.

“Dicho acuerdo tenía como base ideológica la aceptación del marxismo y como fundamento político la perspectiva de la construcción de un partido revolucionario obrero. Contribuyó al acuerdo el punto de vista similar de ambos grupos de que para encarar la lucha armada – considerada como única vía para la toma del poder – era necesario construir previamente un pequeño partido revolucionario. Este acuerdo correspondía a la situación del momento en que la vanguardia discutía cómo comenzar la lucha armada y proliferaban las corrientes putchistas”.
(MARIO ROBERTO SANTUCHO, Introducción a las Resoluciones del V Congreso y de los CC y Ce posteriores. Ediciones El Combatiente, Buenos Aires, 1973, pp. 24-25).


“En la Argentina recibimos primero la influencia francesa y luego la Norteamérica, aplicando cada una por separado y luego juntas, tomando conceptos de ambas… El enfoque francés era más correcto que el norteamericano; aquél apuntaba a la concepción global y éste al hecho militar exclusivamente o casi exclusivamente… Todo esto hasta que llegó el momento en que asumimos nuestra mayoría de edad y aplicamos nuestra propia doctrina, que en definitiva permitió lograr la victoria argentina contra la subversión armada”.
(GENERAL RAMÓN ALBERTO CAMPS al diario La Prensa, Buenos Aires, 4 de enero de 1981).


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 242

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