Las mujeres debieron aceptar una paulatina masculinización: “…reducían inexorablemente al uniforme de jeans y camisa de hombre, generalmente verde oliva.”
“Mujeres guerrilleras”
Por Marta Diana
El IMPERIALISMO SE ENCUENTRA EL LA CRISIS FINAL E IRREVERSIBLE DE SU DOMINIO, DECÍA EL TEXTO. ES IMPORTANTE QUE A PARTIR DEL AÑO “69” UNA SERIE DE ACONTECIMIENTOS CONMOVIERON A LA ARGENTINA: DESDE EL CORDOBAZO EN ADELANTE EL PROCESO DE POLITIZACIÓN Y MOVILIZACIÓN CALLEJERA HABÍA GENERADO UN ESTADO DE CRECIENTE CONFIANZA EN LAS POSIBILIDADES DE EDIFICAR UNA SOCIEDAD DIFERENTE. CÓRDOBA, ROSARIO, MENDOZA INCLUSO SERÍAN ESCENARIO DE ENFRENTAMIENTOS CALLEJEROS ENTRE LAS FUERZAS Y EL PROLETARIADO URBANO ORGANIZADO, LOS GRUPOS ESTUDIANTILES Y LAS ORGANIZACIONES DE IZQUIERDA QUE SALÍAN A LA CALLE A ENFRENTAR A LA DICTADURA. EL 29 DE MAYO DE 1969, EL “CORDOBAZO”, CON UNA CIUDAD MARCADA POR LAS FOGATAS Y BARRICADAS, ANUNCIABA EL FINAL DE LA DICTADURA DE ONGANIA Y EL NACIMIENTO DE UNA CONSIGNA QUE HARÍA ÉPOCA: “OBREROS Y ESTUDIANTES, UNIDOS ADELANTE”
Este era un libro esperado, (comentario de libros), dado que, como no podía ser de otra manera, la mujer argentina siempre estuvo, está y estará presente en todos los eventos de la realidad nacional; y esa realidad desgraciadamente comprende el sombrío período de las décadas de los años 60 y 70. De esta forma, “MUJERES GUERRILLERAS” intenta reflejar la participación activa y militante de la mujer argentina en ese turbulento espacio de nuestra historia reciente.
La autora, MARTA DIANA, nacida en Córdoba en 1947, encaró la redacción de esta obra impulsada por la obsesión y el deseo de establecer el destino de una muy buena compañera de estudios: ADRIANA LESGART que, como ella, egresara como maestra en 1965.
Y ASÍ, comienza a describir una serie de historias dolorosas, tristes, que hablan claramente del extravío espiritual de los causantes, del abandono, falta de afectos y trágicas consecuencias que experimentaron aquellas mujeres, atraídas por una errada prédica que pretendía lograr la redención del mundo mediante la violencia armada. Hoy, después del rotundo fracaso de aquellas ideas políticas, que tanto atraían y guiaban a aquellas jóvenes, puede uno comprender mejor el gran error y espejismo a que nos estamos refiriendo.
MARTA DIANA cuenta historias que podrían suscribir la mayoría de aquellas mujeres: “Hasta que conocí el ambiente universitario, yo era una “nena buena” que aceptaba tranquila el estilo muy tradicional de la familia…Allí, en la facultad lo conoció a él, que tenía tres años más que ella y “estaba muy interesado en temas sociales y políticos. Esa diferencia de pensar…produjo una gran admiración en mí. Él fue el primero que me habló de las ideas del Che…y también el que me inició sexualmente… En casa no tenían idea del cambio que se estaba operando en mí. Solamente veían que yo salía con un muchacho y que volvía tarde…Luego de algunas charlas entramos a militar juntos en la agrupación estudiantil de la Organización” (p. 28). Allí tuvo la primera decepción, su compañero fue “promocionado” (¿a guerrillero?) antes que ella porque simplemente era hombre, y cuando intento protestar por esa discriminación: “… me explicaron que debía aceptar sin discutir las decisiones que se tomaban.” (p. 29).
Es que en las distintas que azotaron a nuestro país, las mujeres debían aceptar la tendencia machista propia del resto de la sociedad, y emprender el camino de la revolución sin dejar de sobrellevar las cargas de los hijos, los pañales, la comida… y el “apoyo logístico” de los militantes varones. Así, las relaciones de las parejas se fueron endureciendo, deteriorando y subordinando a las necesidades operativas de la guerrilla, y “… un día me contestó que un militante no debía tener hijos ni mujer, porque el amor lo aferraba a la vida y la vida había que estar dispuesto a darla por la revolución”. (p. 29).
Las mujeres debieron aceptar una paulatina masculinización: “…reducían inexorablemente al uniforme de jeans y camisa de hombre, generalmente verde oliva” (p. 29). Debieron entonces aceptar convertirse en instrumentos del placer del hombre, que les imponía renunciar a la maternidad, al empleo independiente, al amparo del hogar, y las condenaba al abandono efectivo, a lo cual algunas de ellas se resistieron: “Yo quería ser madre, y punto” (p. 99). “De cualquier manera estaban en el terreno de la lucha misma. Esta fue un tema que quedo muy atravesado, al menos para mí…” (pág. 47) y hubo mujeres que aceptando todo llegaron hasta un virtual genocidio, como la que reconoce, por tales motivos, haber abortado siete veces (p. 56) todo lo cual debía tener un efecto devastador en el alma y sentir de cualquier mujer.
El libro registra también resistencias a las órdenes y disposiciones absurdas a las órdenes absurdas emanadas de una superioridad obstinada y errada como fue el caso de aquella Guillena que, proveniente de Tucumán después de la derrota y desbande en los montes de de esa provincia (Operativo Independencia) reaccionó contra la insistencia de las pintadas murales en Buenos Aires que decían “La Compañía de Monte vencerá”, cuando se sabía perfectamente que la Compañía del Monte estaba vencida (p. 64): “En ese momento empecé la ruptura porque dije: “En ese momento empecé la ruptura porque dije: esto es disparatado. No puede ser que alguien caiga (muerto o preso) por pintar algo que no existe más”.
Bueno, sería interminable seguir reproduciendo los efectos nocivos para la salud física y espiritual y las consecuencias anímicas que aquella ardua y enajenante militancia tuvo sobre las mujeres. Pero podemos señalar que la autora incluye sorprendentemente los casos de cuatro militantes del MTP (Movimiento Todos por la Patria, un desprendimiento nostálgico del antiguo PRT-ERP: Partido Revolucionario de los Trabajos- Ejército Revolucionario del Pueblo), que en 1989, en pleno período de recuperación democrática y contra un gobierno legalmente constituido, desencadenara el artero e indefendible asalto a los cuarteles de La Tablada.
Titulado: “También resulta característico que MARTA DIANA recurra al testimonio de personas que conocieron a varias guerrilleras en un capítulo “Asi lo recordaron” que incluye el relato de ex jefes y compañeros o familiares de sendas guerrilleras, así como el de algún sacerdote desorientado y contestarlo, de poca firmeza en sus convicciones religiosas. Tampoco falta el detalle sentimental y de bajo golpe, de las fotográficas de las guerrilleras muertas o desaparecidas cuando eran niñas, ni la de infalible “Che” Guevara, cuya prédica y ejemplo perverso causaron, o llevaron a la muerte, a centenares de jóvenes en todo el mundo.
Desde luego que todo suena sentimental, doloroso, lamentable…y podemos agregar una palabra que hasta ahora estábamos tratando de evitar: PARCIAL. Sí, parcial porque las narraciones proceden todas de una parte del problema, presentando todo como una epopeya trágica, soslayando las muertes, las heridas, las mutilaciones, dolores y ausencias que esas mujeres militantes causaran en las filas de sus oponentes. Esas mujeres sufrieron e hicieron sufrir. Algunas murieran… pero también mataron y, según refleja el libro que comentamos, ninguna se arrepiente de sus “hazañas de guerra”.
Finalmente, recalcamos que esta es la historia parcial de la participación de la mujer en los años terribles del 60 y 70, si bien menciona también los hechos de La Tablada de 1989. Hubo otras mujeres argentinas, también madres de familia, esposas, hermanas, que también sufrieron la pérdida de sus seres queridos., que también murieron, pero e las que nadie, pero nadie, habla y, lo que es peror, nadie se acuerda de ellas. E. M. C,
COMENTARIOS DE LIBROS: “MUJERES GUERRILLERAS” – Por MARTA DIANA – Editó Planeta, espejo de la Argentina, Buenos Aires, 1996, 445 páginas de texto, 20 de ilustraciones.
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“HOMBRES Y MUJERES DEL PRT-ERP; DE TUCUMÁN A LA TABLADA”
DE LUIS MATTINI (Edición ampliada). Editorial de la Campana, colección Campana de Palo. Con prólogo de DAVID CÁMPORA, ex dirigente nacional de MNL Tupamaros del Uruguay. 502 páginas que contienen 27 capítulos y un Epílogo.
En primer lugar, debemos recordar que las siglas PRT-ERP corresponden a: Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo, la organización político-militar subversiva más peligrosa y convocante de los años sesenta y setenta, que llevara a cabo los golpes terroristas y guerrilleros más espectaculares de la época, y que estuviera a punto de lograr establecer en la Provincia de Tucumán, al norte del país, “una zona liberada”. Se trata de una organización con vastas vinculaciones en el exterior, según reconoce al autor (LUIS MATTINI, ex conducción del PRTÉRP), con regionales que llegaron a abarcar casi todo el mundo occidental, siendo las más desarrolladas las de México, España, Italia, Suecia, Francia, Venezuela, Brasil, Bélgica, EE. UU., pero, por supuesto Cuba, y grupos en otros países como Noruega, Finlandia, Holanda, Suiza, Alemania, Canadá, Ecuador, Colombia, y hasta Israel y Argelia”. (p. 487).
Por todo ello, este libro merece un análisis especial, oues estamos frente a una obra densa, seria, sumamente interesante y aleccionadora. No es un libro de historia, ni de autocrítica – aunque lo parezca -, ni la narración de un arrepentido, sino que, por propia confesión pretende “formar parte de las fuentes de referencia para la constitución de un nuevo proyecto político popular”. Es decir, algo así como “nos equivocamos en esto o aquello, téngalo en cuenta para la próxima vez”; y ahí está el nudo de la cuestión.
Curiosamente, el título hace referencia a los “hombres y mujeres” del PRT-ERP, pero se habla muy poco de las mujeres. Asimismo, en tapa figura “de Tucumán a la Tablada”, pero de ésta sólo le dedica dos páginas y media sobre más de 500 que tiene el libro. Mientras tanto, en el interior del título es completado con la leyenda “La pasión militante”, que sintetiza el verdadero mensaje de la obra: la pasión – errada desde luego – que guió todo el accionar terrorista-guerrillero del RRT-ERP, inspirada clara y explícitamente reconocida por la funesta doctrina marxista marxista-leninista, que no sólo alimentó a esos hombres y a esas mujeres con la creencia pseudo científica y determinista y determinista de que el triunfo del socialismo era inevitable, inexorable y sólo una cuestión de tiempo, sino que los arrastró a una aventura bélica que les causó innumerables bajas, pérdidas de vida jóvenes que estaban convencidos de la superioridad grandiosa de la “doctrina militar socialista” y de la “inefabilidad política del Partido”, así como de las cualidades de su máximo: MARIO ROBERTO SANTUCHO, el cual era objeto de un no confesado, pero real e intenso culto de la personalidad, semejante al que otrora se le rindiera a STALIN.
Este libro expone los problemas los problemas políticos-militares del PRT-ERP, sus necesidades y logros logísticos y de recursos humanos y de formación e instrucción de cuadros, sus esfuerzos para remontar un ejército regular popular, que por determinismo histórico inevitablemente convencional, como había sucedido en Vietnam y en Argelia con los ejércitos de Estados Unidos y Francia, que aparentemente fueron vencidos por sendos movimientos guerrilleros.
Pero esta obra contiene párrafos que, más allá de la “pasión militante” y de todo el palabrerío y la terminología marxista y revolucionaria, constituyen verdaderas revelaciones para todos los estudiosos e historiadores de aquellos años sangrientos. Revelaciones que no pueden ser menospreciados ni menospreciadas ni minimizadas por nadie. En aquellos días nuestro país se encontraba en guerra, una guerra revolucionaria abierta y reconocida sin tapujos, proclamada a los cuatro vientos por los mismos agresores que la desencadenaron. Así, al decir el V CONGRESO DEL PRT-ERP, que prácticamente lanzó esa guerra en 1970, “esta guerra tendrá un carácter prolongado con una primera etapa de guerra civil revolucionaria para pasar posteriormente a una guerra nacional patriótica ante la intervención de las tropas imperialistas” (p. 68). Con estas indicaciones, en septiembre de 1970 el ERP se lanzó su primera operación bélica: el asalto a la comisaría 24 de ROSARIO.
MATTINI tiene conceptos verdaderamente notables; como, por ejemplo,: “en todos los casos la información previa era fundamental porque de ella iba a depender el plan operativo” -8p. 85) lo que resaltaba la importancia que daban los hombres del ERP al trabajo de inteligencia. Asimismo, resalta los esfuerzos de la Dirección de la guerrilla en lograr “el mejoramiento de los métodos conspirativos, el tabicamiento, el secreto y la planificación minuciosa”(p. 87), para señalar cuál era el enemigo, dice: “No hay otra salida para nuestro país que una revolución profunda, verdadera, socialista, que acabe con el capitalismo en la Argentina, liquide al Ejército opresor y elimine la explotación del hombre por el hombre) (Sic, p. 196). Agrega también: “Se le propuso al Presidente CAMPORA que se sumara a la lucha revolucionaria para desarmar al Ejército Argentino y construir un nuevo ejército en base a las organizaciones guerrilleras (p. 204). Más adelante, en p. 228, el autor reconoce la necesidad de contar con una información “más objetiva”, mencionando que SANTUCHO empezó a exigir un verdadero trabajo de inteligencia, ordenando “obtener información, procesarla y presentar la síntesis estadística: industrias, número de personal, tipo de producción, corrientes políticas, vida económica de la región, porcentajes de las clases, número de personas incorporadas al PRT, cantidad de material de propaganda distribuido, etc.” El autor describe cómo el ERP fue militarizándose, cómo se crearon se unidades reglamentarias (escuadras, pelotones, compañía y batallones), cómo se utilizaron uniformes (camisa, y pantalón verde oliva y kepí con insignias de graduación), cómo se disciplinó al ERP al punto de eliminar el tuteo entre los oficiales y soldados rasos.
Pero también exalta el exitoso accionar de los Servicios de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, que “supieron procesar (las informaciones obtenidas) y – cuando llegó el momento de actuar – lo hicieron con una precisión encomiable según se desprende de la sistematización con que actuaron contra el PRT-ERP…
En efecto, el Ejército empezó a operar directamente contra el ERP a las pocas del golpe del 24 de marzo de 1976. La observación del abanico represivo indicaría que se siguió un plan determinado por una información bastante precisa, plan que culminó con la muerte de SANTUCHO y los principales dirigentes apenas a los tres meses y medio. Dicha información no fue sólo el resultado de eventuales infiltraciones sino una combinación que se basaría en una conclusión analítica bastante precisa a partir de la masa de información a partir de la masa de información pública del ERP y apoyada por todos los demás recursos de la moderna inteligencia” (p. 277).
-Asimismo, en la p. 291 MATTINI destaca: “La sagacidad de las fuerzas represivas argentinas para montar operaciones de desinformación, una capacidad de la que dio muestras durante toda la actividad guerrillera y que el PRT siempre sugestionó”.
Siempre según el autor (p. 479), “el sistemático trabajo de inteligencia basado en una estrategia represiva que no supimos ver en su momento y que hacía pie en nuestras crónicas debilidades derivadas de la autosuficiencia y el creciente aislamiento político”.
Así, podríamos seguir reproduciendo conceptos y hechos sobre el PRT-ERP, su organización clandestina sobre la base trinitaria (3 integrantes forman una célula; 3 células, un Comité fabril; 3 comités fabriles, una zona, una regional.
En suma, este libro de MATTINI, escrito en la década pasada de los “80”, y actualizado en una segunda edición por quien sucediera al mismísimo SANTUCHO en el mando del PRT-ERP, cuyo verdadero nombre es ARNOLD KREMER (algunos dicen que JUAN ARNOLD KREMER), nacido en Zárate en 1941); obrero metalúrgico, que iniciara su vida combativa a los 18 años en el ámbito sindical, y que ahora se dedica a restaurar muebles, y que si bien recoge la crítica marxista al capitalismo, dice hoy que ya no comparte su determinismo histórico; este libro, reiteramos, constituye un elemento valioso para comprender contra quién lucharon las fuerzas del orden desde 1970 a 1978; contra quien se defendió en La Tablada en 1989 y contra quien posiblemente pueden llegar a combatir en un incierto día del mañana.
Nadie puede asegurar que no pueden repetirse en el futuro los ataques y agresiones que caracterizaron la década de los años 70, encuadrados en “nuevo proyecto político popular”.
SUN TZU, el célebre filósofo chino del siglo V antes de C., decía que “si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no debes a ti mismo, no debes temer por el resulto de cien batallas”; con seguridad que la lectura y reflexión sobre el contenido de este libro contribuirá a que aquel conocimiento garantice la victoria y supervivencia de nuestro estilo de vida argentino. E.M.C.
COLOFON:
O si no ESTO: “En la guerra de nuestra primera independencia los ejércitos patrios intentaron avanzar dos veces por BOLIVIA hacia PERÚ y fracasaron; luego descubrieron el triunfal camino de CHILE. BOLIVAR, a su vez, cayó vencido cuatro veces se exilió hasta encontrar en su quinto intento el camino de la victoria definitiva. A ocurre y ocurrirá en nuestra guerra revolucionaria. Con avances y retrocesos seguiremos ascendiendo por el abrupto y glorioso sendero que nos conduce a la ansiada liberación nacional y social de nuestra patria y de nuestro pueblo”. (MARIO ROBERTO SANTUCHO, Argentinos, a las armas. Editorial de El Combatiente, marzo de 1976. En el libro de JULIO SANTUCHO, LOS ÚLTIMOS GUEVARISTAS. Surgimiento y Eclipse del Ejército Revolucionario del Pueblo, Ediciones Puntosur, Buenos Aires, 1988. pág. 144, nota 37).*
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 270
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