domingo, agosto 16, 2009

¿Agotamiento de la cultura?


“Simplemente quiero una nueva civilización” - Ezra Pound (1885-1972)
Toda la obra artística de ALEXANDER SOLZHENITSYN esta impulsada por motivaciones de fondo acerca del quehacer de la literatura, definida por él como “un gran corazón que late por los afanes y desgracias de nuestro mundo”.

Por Alexander Solzhenitsyn

La función del escritor es bien precisa: “La lucha contra conceptos equivocados, contra imágines falsas; la lucha contra el mito, contra una ideología hostil al hombre; la lucha por la memoria, para defender nuestro recuerdo de lo que verdaderamente ha sucedido, éstos sí que son quehaceres de un artista”. Los escritores y los artistas tienen además la posibilidad de “vencer a la mentira”, porque “en la lucha contra la mentira, ¡el arte ha vencido siempre!”, afirma.

¡Pronunciar libremente un discurso desde lo alto de una tribuna delante de quinientas personas, también ellas ebrias de libertad! Quizá por primera vez en mi vida siento, veo, que estoy haciendo historia”.

Sentido de libertad y al mismo tiempo deseo de edificación de la historia: dos realidades intrínsecamente presentes en el ánimo y en la obra del escritor. Esta “embriaguez de libertad” que hacía hablar a SOLZHENITSYN cuando aún era desconocido en el mundo occidental era la misma que habría de inspirar sus grandes obras.

SOLZHENITSYN distingue, en efecto, entre dos tipos de libertad: la exterior y la interior. De las dos. “LA VERDADERA LIBERTAD DEL HOMBRE ES LA LIBERTAD INTERIOR, QUE NOS VIENE DADA POR DIOS, LA LIBERTAD DE DECIDIR LAS PROPIAS ACCIONES, Y LA RESPONSABILIDAD ESPIRITUALIDAD DE LAS MISMAS”.
La libertad interior “ESTA SIEMPRE LIGADA A LA VOLUNTAD”, porque es libertad de la voluntad, que decide en nuestras elecciones y en nuestras acciones.


TODO EL SIGLO XX HA CONTRIBUIDO, POR DIVERSAS VÍAS, A LA DECADENCIA DE LA CULTURA. HA SIDO UN FENÓMENO MUNDIAL DE DESTRUCCIÓN SIN TREGUA, A RAÍZ DE LO CUAL SOLZHENITSYN ANALIZA LA IRREMEDIABLE DILAPIDACIÓN DE LOS VALORES ESPIRITUALES QUE HA CARACTERIZADO A NUESTRA ÉPOCA.

Habiendo usado en mi título la palabra cultura, debo precisar cuál es la definición que adopto de ella. Son dos. La primera distingue entre la civilización, comprendida como producto del medio, de las condiciones de existencia, y la cultura producto de la vida interior del hombre, de su alma. De acuerdo a la segunda, la cultura es el conjunto de todo lo que sea realizado en el ámbito de la actividad intelectual de la concepción del mundo de la ética y la estética.
Vemos que estas dos definiciones se unen para demostrar que lo esencial, en la cultura, es el desarrollo, el enriquecimiento, el perfeccionamiento de la vida no material. Por lo tanto, asistimos, en el mundo civilizado, a un proceso que no comenzó con este siglo, si bien se pudo detectar en él de inmediato: una pérdida de la concentración y de la elevación espiritual, una dispersión, incluso una irremediable dilatación de los valores espirituales.
Las personas conscientes de ello aún seguían estando en el siglo XIX. Pero el siglo XX, tan lleno de éxitos tecnológicos y de precipitación psicológica, contribuyó por entero, él sólo, por diversas vías, a la decadencia de la cultura. Un proceso mundial de destrucción, que avanzó sin tregua de un decenio a otro, pero que, sin embargo, aparentemente, nos tomó de sorpresa. Y, aunque sin fundamento alguno, la ilusión de una saciedad, de un cansancio cultural, se expandió ampliamente: como si ya hubiéramos agotado y no encontráramos en ella más alimento.

Se pueden nombrar al menos algunas de las causas de esta decadencia cultural. Una de ellas es de carácter utilitario de las exigencias que se le presentan: ya sea proceda de la restricción social-comunista o de la ley de la oferta y demanda, mata a la cultura de alto nivel. JUAN PABLO II ha dicho recientemente que un tercer totalitarismo está por sucederles a los dos que ya conocíamos: el poder absoluto del dinero, sostenido además por la ferviente devoción de una masa incontable.
La invasión de la cultura por la mediocridad se debe a la vez a la rapidez sofocante de la evolución del mundo y a las razones económicas que precipitan esta evolución.

EL EFECTO DE LA MASIFICACIÓN

Segunda causa: el auge sorprendentemente veloz y amplio, gracias al desarrollo técnico del bienestar material que tomó una ventaja considerable sobre el estado de preparación del carácter humano, sobre el trabajo de autoeducación que permite el dominio del alma – y por lo tanto, la receptividad a la cultura - sobre los bienes materiales. A personas que se encuentran en un estado de falta de preparación – y son la mayoría – el confort omnipresente los ha secado moralmente. De esta manera, la expansión de la civilización ha traído, junto con infinitas riquezas y comodidades, junto con la conquista de todo el mundo, un empobrecimiento de las almas (En las clases acomodadas de los siglos anteriores, muchos ya sucumbieron a la tentación, transformándose en dominadores fríos y crueles o en gozadores inútiles; pero ¡en cuántos casos se pasó con éxito la prueba del bienestar! En ese caso, uno podía ver constituirse a personalidades de un tipo elevado, y fueron precisamente esas personas las que aprovecharon su bienestar material para continuar ellos mismos con la cultura o para mantener a sus creadores por medio del mecenazgo).

Otra causa más (que esta lejos de ocupar el último lugar) ha sido la masificación de la CULTURA, debido al avance general de la civilización. La lectura y la escritura, la instrucción y la información se convierten en fenómenos masivos. Aquello que hace progresar a grandes saltos el número de consumidores de bienes culturales, al combinarse con los efectos de las leyes del mercado, amenaza con apartarse de la cultura auténtica – y hace avanzar efectivamente sin cesar a la deriva – toda la actividad desplegada. Este proceso lleva ineludiblemente a una decadencia en el nivel general medio de la cultura, afectando al mismo tiempo especialmente a sus cumbres: en lugar de ello, se instala una fría indeferencia, la necesidad que había de cultura se detiene y su misma envergadura termina por pasar desapercibida.

Algo debe quedar claro: esto no se debe a la NATURALEZA MISMA DE LA CULTURA MASIVA. UN ARTE DEMOCRÁTICO ES POR SÍ MISMO CAPAZ DE LLEGAR A LAS MÁS ALTAS CUMBRES, COMO LO DEMUESTRA EL FOLCLORE DE NUMEROSOS PUEBLOS. LA DESGRACIA SE DEBE A QUE SE USAN PROCESOS DE PRESENTACIÓN DECADENTES, SIN NINGÚN TIPO DE EXIGENCIA MORAL.

A LAS PERSONAS QUE SE ENCUENTREN EN UN ESTADO DE FALTA DE PREPARACIÓN – Y SON LA MAYORÍA – EL CONFORT OMNIPRESENTE LOS HA SECADO MORALMENTE.

EL RELAJAMIENTO DE LOS ARTISTAS

En esta atmósfera, muere la parte más creativa de la cultura. Esto comprende al conjunto filosofía-concepción del mundo, a las ciencias teóricas de nivel más alto, aunque distantes de toda aplicación utilitaria y, naturalmente, e incluso en primer lugar al arte mismo. Sin estímulo de trabajar para ser juzgado por los más grandes conocedores, los árbitros más preclaros, el artista se autoriza a sí mismo a relacionarse en su exigencia de sí mismo, y los encargados de obras de consumo superficial que logra hacer, lo llevan aun más lejos en esta vía. De esta manera, caen – y rápidamente – numerosas formas artísticas: degeneran en un manojo de bajo nivel que se limita a reproducir incesante y obstinadamente, modelos primarios.
Se le comienza por inculcar (imponer) al público, por medio de artificios de presentación, los correspondientes gustos: luego se pasa a los sondeos de opinión que ponen en evidencia la existencia de estos mismos gustos y así se obtiene la justificación deseada y se puede seguir repitiendo hasta la saciedad y continuar bajando el nivel.
Todos podemos ver aparecer en el primer plano de nuestra televisión cotidiana, que ha arrastrado con ella a la decadencia al arte cinematográfica que era tan promisorio. (En Hollywood, y no solo allí, existen “brigadas de evaluación” de los escenarios; de acuerdo a criterios bien probados, éstas les ponen notas que acompañan con consejos imperiosos sobre la manera de modificar la trama, los personajes y otros elementos, con vistas a una mayor rentabilidad de la película.
Esta empresa de decadencia aparentemente no conoce límites, y con la misma seguridad, en este momento se reescriben los clásicos; así la compañía DISNEY ha corregido a VÍCTOR HUGO y reemplazado la trágica muerte de ESMERALDA con el happy end de un feliz matrimonio). La vulgaridad de un arte envilecido, que ya no es desde hace tiempo más que una falsificación, se expande triunfalmente, sin traba alguna, mutilando la sensibilidad visual y auditiva de la gente y llenando sus almas con engaños.

EL HUMANISMO TOTALITARIO

¿En qué medida este proceso de envilecimiento general es irreversible, irremediable? A juzgar por el ámbito de la literatura, que es más cercano, el camino a creadores elevadas aún no está condenado, aún nos accesible, aunque esto exija una gran concentración de talentos y esfuerzos.

LA NATURALEZA MISMA DEL ARTE, SU SUTILEZA Y POLIVALENCIA HACEN QUE EN PRINCIPIO UNA OBRA LITERARIA PUEDA DIRIGIRSE A LA VEZ A UNA ÉLITE Y AL PUEBLO; PUEDE, BIEN LOGRADA, PRESENTAR MÚLTIPLES NIVELES, SER ESCRITA DE MANERA DE LLEGAR Y SATISFACER AL MISMO TIEMPO A LECTORES QUE SE SITÚAN EN DISTINTOS NIVELES DE COMPRENSIÓN Y SENSIBILIDAD Y LOS QUE, CON EL TIEMPO, ACCEDEN A UN NIVEL MÁS ELEVADO, VUELVEN A RELEER EL LIBRO COMPRENDIENDO EN EL NUEVAS COSAS.
No se trata de decir algo exclusivo. Pero el autor debe situarse por encima de las exigencias inmediatas del mercado literario, por encima de la búsqueda de un éxito rápido y seguro.
Pienso que esto se aplica a la vez a numerosas ámbitos de la cultura y a aquellas ramas de la ciencia que pueden aún permitirse el lujo de vivir una vida no colectiva.
Sin embargo, LAS CAUSA ESENCIAL, ORGÁNICA, DE LA DECADENCIA DE LA CULTURA QUE PRESENCIAMOS SE ENCUENTRA EN OTRO LUGAR, EN LA SECULARIZACIÓN QUE LA DESPOJADA DE SU SAVIA. DESDE HACE MUCHOS SIGLOS, EL ANTROPOCENTRISMO OCULTO BAJO EL NOMBRE MÁS HALAGADOR DE HUMANISMO, NO DEJÓ DE INCREMENTAR SU IMPERIO SOBRE LOS ESPÍRITUS, NO DEJÓ DE INCREMENTAR SU IMPERIO SOBRE LOS ESPÍRITUS EN EL SENO DE LA HUMANIDAD INSTRUIDA, QUE SE HIZO CASI TOTAL EN EL SIGLO XX.
Pero, a pesar de su seguridad, se muestra incapaz, de dar respuestas a numerosas preguntas fundamentales de la vida, y mientras más profundas son estas preguntan, mayor es su impotencia. Se elimina del sistema de representaciones y motivaciones humanas, avanzando cada vez más hacia LA DESTRUCCIÓN, EL COMPONENTE RELIGIOSO. SE HA ALTERADO TODA LA JERARQUÍA DE VALORES, TODA COMPRENSIÓN DE LA ESENCIA DEL SER HUMANO Y DE LOS FINES DE SU EXISTENCIA. Y, al mismo tiempo, el hombre se ve cada vez más apartado del ritmo, de la respiración de la naturaleza del universo.

Este peligro fue previsto por BLAISE PASCAL, a quien pienso que nadie en esta asamblea le negará una alta autoridad científica. EN SU TIEMPO HIZO ESRA ADVERTENCIA: “LA ESENCIA ÚLTIMA DE LAS COSAS NO LE ES ACCESIBLE MÁS QUE EL SENTIMIENTO RELIGIOSO”.
Y los tres siglos que han transcurrido desde entonces aumentan el peso de su juicio. ¡Cuántas ocasiones hemos tenido ya para convencernos de que la esencia de todos los procesos históricos no se encuentran en su superficie accesible a la vista, sino en sus profundidades espirituales!
LO MISMO CON LA CRISIS DE LA CONCEPCIÓN DEL MUNDO Y EL CAOS ÉTICO QUE CONOCE LA HUMANIDAD ACTUAL. EN TANTO NO SE RECONSTITUYA EL TERRENO MORAL NECESARIO, LA CULTURA NO SE ABRIRÁ ANTE NOSOTROS EN TODA SU EXTENSIÓN CON SUS AUTÉNTICAS PROFUNDIDADES.
En una reflexión sobre las características más generales de la cultura, no hay qe olvidar otro punto importante: LA MULTIPLICIDAD DE CULTURAS QUE EXISTEN EN LA TIERRA. Lo que llamamos “CULTURA”, comprendiendo en ella siempre a la occidental, NO ES LA CULTURA DE TODA LA HUMANIDAD, y los valores que llamamos “UNIVERSALES” no lo son necesariamente.
LAS TENTATIVAS QUE BUSCAN ADOPTAR, INSTALAR EL CONCEPTO DE UNA CULTURA ÚNICA, GLOBAL Y TOTALIZANTE, CONSTITUYEN UNA AMENAZA DE APLASTAR A IMPORTANTES CULTURAS ORIGINALES DE NUESTRO PLANETA. ESTAS TIENEN A VECES UNA GRAN EXTENSIÓN EN EL TERRITORIO QUE ABARCAN O EL NÚMERO DE PERSONAS A LAS QUE CONCIERNAN (COMO LA CHINA, LA HINDÚ, LA MUSULMANA) – Y ALGUNAS DE ELLAS ESTAN LEJOS DE SER AUTOMÁTICAMENTE ALCANZADAS POR EL PROCESO DE AGOTAMIENTO ANTERIORMENTE SEÑALADO.

Una de estas culturas de vasta extensión y de gran antigüedad es la nuestra, LA CULTURA RUSA. Mucha gente piensa en la actualidad que mientras más resueltamente nos pongamos a DESMANTELAR EL SISTEMA DE VALORES TRADICIONAL DE NUESTRA NACIÓN, MÁS RÁPIDAMENTE ASIMILAREMOS EL SISTEMA COMÚN DE OCCIDENTE Y NOS FUNDIREMOS EN ÉL.
No es solamente una esperanza vana (sin agregar que una cultura prestada es siempre INFERIOR a su MODELO), es además un plan mortífero para nuestra existencia espiritual. Ciertamente, tenemos gran necesidad de aprender algo de Occidente: CÓMO TENER UNA VIDA POLÍTICA ACTIVA Y ESTABLE.
Pero la vida normal, natural, de desarrollo de una cultura, sea la que sea, no se encuentra en una combinación racional y equilibrada de los principios orgánicos que lleva en sí misma – tanto los conservadores que protegen como los creadores que innova – en una interacción viva, no programada, de estos principios con las demás culturales. En medio de la gran feria cultural que actualmente se desarrolla en nuestro país, sería desastroso que la dejáramos desnaturalizarse y que nuestra cultura nacional fuera engullida con tanta facilidad.

LA VULGARIDAD DE UN ARTE ENVILECIDO, QUE YA NO ES DESDE HACE TIEMPO MÁS QUE UNA FALSIFICACIÓN.


TRABAJO DE SOCAVAMIENTO

Y ya que hablamos de nuestra cultura nacional, constatamos con tristeza que a la crisis mundial se le ha agregado otra, exclusivamente nuestra. Durante setenta años nuestra cultura fue cruelmente reprimida, pero al mismo tiempo la tendencia bien pensante que se imponía se beneficiaba con un abundante de subsidio material. En tanto, hoy en día, y por segunda década consecutiva, la situación catastrófica de RUSIA hacen de la cultura y la ciencia sean totalmente olvidadas, relegadas a un costado de la ruta, y que se le arrojen sólo algunos restos que no la pueden nutrir, o incluso nada en absoluto. Para los seres vivos involucrados, esta caída es un golpe doloroso, tanto físico como moral.

Las nuevas generaciones se han visto prácticamente privadas de la posibilidad de desarrollarse; no sólo como lo exige como lo exige el mundo contemporáneo, sino incluso a un nivel mínimamente digno de un ser humano. ¿Los dejamos perderse sin beneficio alguno, cometemos la locura de la existencia, y se puede decir que sea por un cálculo serio y fundado? No, es por una debilidad de pensamiento, porque olvidamos que junto a la oligarquía instalada en el poder, sigue existiendo esa cosa que vive y que pretende vivir: EL PUEBLO.

Pero más grave aún que esta caída de la parte sana de la cultura en una miseria masiva es el trabajo de SOCAVAMIENTO, MASIVO también, y que comenzó a partir del año DIECISIETE (1917: revolución comunista bolchevique), que desmoronó desde el interior nuestras bases morales, nuestro sentido de l compasión y de ayuda a los más desdichados y débiles, más grave es la pérdida de nuestra MEMORIA HISTÓRICA y de la CONCIENCIA NACIONAL que nos unían.

El porvenir de la cultura rusa depende de la capacidad que demuestre nuestro genio nacional para encontrar, en estas circunstancias fuera de lo común, los primeros peldaños de un nuevo desarrollo. ¿En la confusión, o extravío actual de los intelectos y almas, el organismo del PUEBLO recibirá de sus “glándulas de secreción interna” impulsos revivificantes?

Que el PUEBLO sobreviva o perezca, dependerá de aquellos deberán atravesar esta época sombría, contribuyendo, con su propio trabajo concentrado o ayuda material, a salvar de la destrucción, a levantar, a consolidar y a desarrollar nuestra VIDA INTERIOR, la de INTELIGENCIA y del ALMA.
ESTA VIDA QUE ES LA CULTURA. (AyL)
Extraído de “Le Figaro”, 23 de enero de 1998. Domingo 15 de marzo de 1988, pág. E4.5. Diario El Mercurio, Santiago de Chile.


Cátedra de la Argentinidad: A SOLZHENITSYN Y LA LIBERTAD DEL HOMBRE: “EL CONCEPTO DE LIBERTAD NO SE PUEDE DEFINIR FIELMENTE FIELMENTE PRESCINDIENDO DE LA CONSIDERACIÓN DE LOS QUEHACERES VITALES DE NUESTRA EXISTENCIA, LOS CUALES NOS CONDUCEN POR EL CAMINO DE LA PERFECCIÓN ESPIRITUAL”.

Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 112


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