miércoles, septiembre 02, 2009

La historia verdadera: El Departamento de Estado y la revolución cubana


Con la anuencia –dice el historiador revisionista SALVADOR BORREGO E. de México y autor de Derrota Mundial e Infiltración Mundial– de funcionarios mexicanos, que evidentemente conocían el sentir del Departamento de Estado norteamericano, FIDEL CASTRO RUZ y 60 hombres más recibieron instrucción de guerrillas en el rancho de Chalco, Estado de México, y luego se embarcaron en Tuxpan el 25 de noviembre de 1956, rumbo a Cuba.

CASTRO RUZ y su guerrilla se escondieron en la Sierra Maestra, a donde fue a entrevistarlos el periodista judío-americano HERBERT MATTHEUS, para hacerles una gran propaganda internacional desde el periódico “The New York Times”. A CASTRO se le proclamó adalid de la democracia y de la libertad, pese a que eran perfectamente conocidos sus antecedentes comunistas.

Manipulada ya la “opinión pública”, el embajador norteamericano EARL T. SMITH, recibió instrucciones terminantes para comunicarle al Presidente BATISTA que debería marcharse. “El embajador pidió disculpas por lo que iba a decir – refiere BATISTA - y nos dijo…que Washington consideraba terminado mi Gobierno”.

El embajador SMITH refiere en su libro “Cuarto Piso” que el Departamento de Estado estuvo bien informado, desde La Habana, Colombia y México, de que el movimiento (26 de Julio, Ataque al Cuartel de Moncada) de CASTRO era comunista. También se le informó que la Iglesia quiso mediar para que el régimen de BATISTA fuera sustituido por un gobierno de coalición, moderado, pero el Departamento de Estado norteamericano se opuso. Igualmente vetó un intento parecido de los adversarios de BATISTA, no comunista. Lo que el Departamento de Estado específicamente quería era que CASTRO tomara el poder.


Cuando BATISTA emigró de Cuba, los generales FRANCISCO TABERNILLA, CANTILLO y SOSA QUESADA intentaron que se formara una junta de gobierno para hacer elecciones, pero una vez más el Departamento de Estado se opuso. Quería categóricamente que Cuba quedara en manos de CASTRO RUZ y le dio vía libre.
El ex Embajador SMITH acusa directamente a ROY RUBOTOM, en aquella época, Subsecretario del Departamento de Estado, y a WILLIAM WIELAND, jefe de la sección del Caribe. Arriba de ellos estaban el Secretario JOHN FOSTER DULLES y el Presidente EISENHOWER. Mr. SMITH revela que también la C.I.A. (Agencia Central de Inteligencia) auxilió y encubrió a CASTRO RUZ.

LA AMERICAN RED MOGEN DAVID FOR ISRAEL, de Nueva York, demostró inmediatamente sus simpatías por el CASTRISMO (que en tres días mataba más gente que la INQUISICIÓN ESPAÑOLA en TRES SIGLOS), y otras empresas supercapitalistas se apresuraron a ayudarlo para que adquiriera armas en Estados Unidos de América, Noruega, Luxemburgo, Bélgica y la URSS, a fin de que afianzara su dominio.

Ahora bien, esa “propaganda dirigida desde un solo centro”, esa “conspiración del silencio” es ahora mucho más poderosa y mundial que cuando SS el Papa PÍO XII la denunció. En Hispanoamérica está influyendo los medios de información para suprimir de la mente de los pueblos americanos la imagen de que el marxismo es un peligro. Está en marcha una gradual y forzada supresión de todo lo que hable desfavorablemente del comunismo. Este ha de vincularse con poetas, artistas, deportistas, científicos, etc., no con nada que revele su esencia. Al dictador CASTRO RUZ, con licencia, debía llamársele “primer ministro”, al dictador rojo de Venezuela ha de de designarle siempre como “el presidente CHAVEZ”. A los terroristas rojos debe llamárseles extremistas o activistas, pero no por su nombre.

EL MAYOR TRIUNFO DEL DIABLO ES HABER LOGRADO QUE YA NADIE CREA EN ÉL
Se ha calculado que al hacer desaparecer la imagen del enemigo desaparecen los impulsos de defensa.
El escritor español MAURICIO CARLAVILLA dice que el mayor triunfo del diablo es haber logrado que ya NADIE CREA EN ÉL.

Todo esto se hace para facilitar el camino del progresismo, para que a sus pronunciamientos a favor de las tendencias comunistas, no suenen reacciones categóricas.

Y de esta manera el sector progresista del clero ha podido hablar cada vez más alejado de las tradiciones de su Iglesia y más cerca de las líneas del marxismo. Véase, el libro de MAURICIO KARL,“Asesinos de España. Marxismo, Anarquismo. Masonería”. Ediciones Bergua, Madrid, 1935, 403 páginas.

Asimismo, CASTRO RUZ celebró su triunfo con matanzas en masa e inmediatamente se implantó la educación comunista y atea en las escuelas, pese a que él se había ostentado como “católico”, al igual que algunos de sus cómplices “demócratas-cristianos”.
Ante el deseo público norteamericano de que se rescatara a Cuba del bolchevismo, el Presidente EISENHOWER dijo: “LAS ACUSACIONES DE INFILTRACIÓN COMUNISTA EN EL GOBIERNO DE CUBA NO SON FÁCILES DE PROBAR” (15 de julio de 1959).

El senador JAMES EASTLAND reveló (primero de septiembre de 1960) que el Departamento de Estado norteamericano “había derribado a BATISTA e instalado a CASTRO RUZ como dictador de Cuba, obrando con pleno conocimiento de causa, a sabiendas de que era marxista y de que había asesinado en Bogotá – en 1948 – a un cura y dos monjas”.
En fin, sería muy largo citar los numerosos testimonios de esa traición del Departamento de Estado. CUBA fue declarada marxista-leninista y el terrorismo oficial se enseñoreó de todo el país. Cientos de miles de cubanos huían de aquel infierno hasta en lanchones y balsas.

Es significativo que MAURICE L. PERLZWEIG, representante del CONGRESO MUNDIAL JUDÍO ante la ONU, estuvo en CUBA en enero de 1960 y declaró entusiasmado: “Hablare la verdad de Cuba y de su revolución HUMANISTA porque le haré justicia afirmando que aquí hay plenas libertades”. (“Vida de México”, enero 8 de 1960. Publicación israelita editada en México).
En abril de 1961 un ejército de cubanos exiliados pudo haber desembarcado y liberado a su país, pero el Presidente KENNEDY fue presionado por sus consejeros y prohibió que se diera apoyo aéreo a los insurgentes, incluso el que estaba previsto por parte de los aviones cubanos que poco antes habían escapado de Cuba.

CUBA ha sido un infierno, pero la vieja creencia de un régimen que no se sostiene contra la oposición de las mayorías no es ya válida bajo las tiranías rojas que han tecnificado el terror y la propaganda para la subyugación de las masas.
Peritos llegados de la URSS se encargaron de dirigir esa tarea en CUBA. Entre ellos figura FABIO GROBART, judío polaco entrenado en Moscú, cuyo verdadero nombre es ABRAHAM ZINCOWICH, con más de veinte años de residencia en CUBA. ZINCOWICH actúa desde las sombras y colocó como jefe del Partido Socialista Popular (actualmente Partido Comunista de Cuba) a un hombre de su confianza, BLAS ROCA, llamado en realidad FRANCISCO CALDEIRO. Así las cosas, resulta muy natural que el Congreso Judío Mundial reunido el Ginebra declarara el 20 de diciembre de 1961 que “en CUBA no hay antisemitismo…al contrario, estamos satisfechos porque el régimen en el poder está dedicado a suprimir toda forma de discriminación racial”.

Igualmente explicable es que la Federación de Entidades Culturales Judías de Argentina hiciera una exhortación para que no se adoptara ningún acuerdo contrario al régimen marxista de CASTRO RUZ el 18 de enero de 1962. Y en marzo el Presidente del Congreso Judío Mundial, doctor NAHUM GOLDMAN, declaró que “la Comunidad judía de CUBA no tenía nada que sentir del castrismo”.

En cambio, más de 15.000 cubanos fueron fusilados y noventa mil se hallaban presos todavía en 1969. Toda la población perdió sus bienes, en el campo o las ciudades; se impusieron trabajos forzados a jóvenes y adultos, y en general se suprimió la libertad y se impuso el terror como medio oficial de control. Treinta mil soviéticos fueron llevados a la isla a combatir los movimientos anticastristas.

El Dr. ZEV KATZ, editorialista del diario hebreo “Haaretz” y miembro del comité central del Partido Liberal israelí, asistió a las fiestas castristas del 26 de julio de 1964 y luego declaró muy ufano: “Espero en América un cambio similar al ocurrido en CUBA”. (18 de agosto de 1961).
Todo el continente ha abandonado al pueblo cubano en su desventurado cautiverio. Canadá, Inglaterra, Francia, y los supercapitalistas de Estados Unidos de América, de origen no americano, han ayudado al régimen marxista.

El Departamento de Estado norteamericano – probadamente infiltrado – instaló a CASTRO RUZ en el poder y lo protegió en sus primeros momentos. Ese Departamento, con el poder que tiene sobre los créditos internacionales y por tanto sobre los gobiernos de veintenas de países, impide que alguien se atreva a auxiliar a los cubanos contra la tiranía marxista.

Para terminar, la dominación material es transitoria, por dura que parezca. Desde CIRO hasta NAPOLEÓN así se ha demostrado en la historia. Mil veces más temible es la subyugación de las mentes, su confusión y su degeneración. Y esto es lo que está logrando el enemigo dentro de los pueblos occidentales. Es evidente que espera provocar en el mundo occidental, que somos nosotros, un desplome interior, o bien una devastadora guerra que mediante el instrumento del marxismo le dé el triunfo universal.

Cátedra de la Argentinidad: Al maestro del revisionismo histórico, el mexicano SALVADOR BORREGO E., nos quedan sus libros esclarecidos, para la juventud del mundo occidental y americano como “América peligra”.


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis

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