El marxismo utiliza la terminológica política de la sociedad democrática, pero dando a los términos dando a los términos un contenido muy distinto, interpretándolos dentro su sistema de ideas. Quien no conozca bien el marxismo puede caer de un programa político atrayente e incluso democrático.
Por Gabriel S. P. Pautasso
Diario “Perfil, domingo 6 de mayo de 2007, p. 5 Cultura/Filosofía:
Titulado: ANTONIO GRAMSCI (1891-1937), “Un héroe de la clase obrera”.
Mentor intelectual: JUAN JOSÉ SEBRELI.
“Teórico marxista, renovador de la política revolucionaria y polemista excepcional. Fue encarcelado por MUSSOLINI y durante un largo cautevario escribió sus célebres Cuadernos de la cárcel. Pensamiento e influencia a 60 años de su muerte. Sesenta años atrás, moría uno de los grandes teóricos marxistas. Renovador de la política revolucionaria, que adaptó de acuerdo con las condiciones de los países capitalistas avanzados y autor de las célebres “Cuadernos de la Cárcel”, en su obra la filosofía aparece íntimamente vinculada con la política. Su trabajo está relacionada con el contexto: la derrota y el ascenso revolucionaria europeo de la primera posguerra. Aquí, un repaso por su pensamiento e influencia y el pasaje de la “guerra de movimiento” a la “guerra de posesión.
El marxismo utiliza la terminológica política de la sociedad democrática, pero dando a los términos dando a los términos un contenido muy distinto, interpretándolos dentro su sistema de ideas. Quien no conozca bien el marxismo puede caer de un programa político atrayente e incluso democrático. En las páginas siguientes aclaremos el sentido de los slogans y de las consignas marxistas que llegan a nuestros universitarios, para encontrar su verdadero contenido dentro de la dialéctica del marxismo.
1. Nuestra sociedad, los medios de comunicación social, nuestros dirigentes políticos, los intelectuales, etc., …, tienen constante en su boca términos del tipo “social”, “socialismo”, “justicia social”, “socializar”…La importancia de los valores sociales, la necesidad los enfrentamientos que se pueden producir en una sociedad y país, etc. ..., son unas de las múltiples metas de nuestro tiempo. La industrialización egoísta del siglo XIX está siendo sustituida por la socialización de muchos servicios públicos, por una mayor igualdad de oportunidades, por una más efectiva justicia distribuida.
2. No será difícil oír de labios de un marxista los mismos conceptos antes aludidos. También un marxista hablará de socializar, de “justicia social”, de una sociedad más “justa”… Pero estos conceptos no significan lo mismo para un marxista que, por ejemplo, para un cristiano-católico, aunque gramaticalmente sean idénticos sean idénticos. Porque el marxista confundiera siempre “socialización” con “estatificación”. En la ortodoxia marxista la sociedad queda absorbida por el Estado.
3. Cuando separemos sociedad de Estado, en el pensamiento de MARX estamos reconociendo un tipo “burgués” de Estado, que acaba siendo enemigo de la clase obrera. El Estado no es otro mundo, es “el proletariado organizado en clase dirigente”, y “socializar” será poner en manos del Estado “todos los instrumentos de producción para incrementar lo más rápidamente posible la masa de las fuerzas de producción” (Manifiesto Comunista). Lo que para un no marxista es iniciativa social, para un marxista será iniciativa estatal.
2. Otro punto confuso par quienes no conocen la terminología marxista y su filosofía social es e referente a la forma del Estado. Acabamos de ver la confusión entre socialización y estatificación, aclaremos ahora otra confusión notable. Es habitual que los marxistas se presenten como “demócratas” o “democráticos”, o defensores de la democracia. Y, EFECTIVAMENTE, lo son. Pero se trata de una democracia ad modo marxista demonstrata.
“La democracia –escribe JEAN -IVES CALVEZ S. J. explicando este concepto en MARX – no es un régimen político determinado, ni siquiera una teoría filosófica que tiende a la construcción del mundo político únicamente. En cuanto realidad concreta, la democracia sería para él (MARX), por encima de cualquier régimen particular, la reconciliación de la sociedad civil con el Estado”. (La mejor y más completa exposición del marxismo es la de JEAN-IVEZ CALVEZ, S.J., El pensamiento de CARLOS MARX, Madrid, 1958. Dos buenas introducciones son: O. M. IBAÑEZ LANGLOIS, El marxismo: visión crítica, Madrid, 1973, y F. OCÁRIZ, Introducción al marxismo, Madrid. Ver CALVEZ, op. Cit., págs. 194-195).
Democracia será para MARX la realización de su ideal de Estado: la dictadura del proletariado.
En el marxismo la democracia se entiende como el acceso del proletariado al poder, pero no dentro de un juego democrático que respete otras fuerzas sociales y un juego legal, sino como un acceso sino retorno, un poder no compartido. La realización de la democracia por la dictadura del proletariado es un punto muy discutido hoy entre los partidos comunistas occidentales. La táctica electoral de estos partidos les ha llevado a oscurecer el concepto – incluso a negar el concepto de dictadura, provocando una peligrosa herejía MARXISTA - , pero ningún partido comunista ha aceptado en la práctica (una vez en el poder), renunciar a implantar una dictadura. Los marxistas puros justifican el Estado dictatorial como período transitorio hacia la sociedad comunista. Pero esta utopía ni ha llegará en ningún país comunista.
4. Ya hemos visto cómo los marxistas se presentan como renovadores del orden social y demócratas. Posturas que nadie puede temer… si no se conoce bien lo que entiende un marxista por sociedad y por democracia. Pero aún nos queda una nueva confusión de la terminología político del marxismo: la forma de llegara la “democracia”.
5. También en este terreno la propaganda marxista se presenta como una doctrina que “lucha por instaurar la democracia”. De ahí que sus enemigos sean el “FASCISMO” y las “dictaduras” (no marxistas, claro). Oiremos a los marxistas defender la democracia; más aún, aparecer como celosos cancerberos del orden democrático. Pero la “vía marxista” a la democracia no se hace con partidos políticos. La “vía marxista” a la democracia no se hace con partidos políticos, ni elecciones, ni parlamentos. La “vía marxista” para la democracia popular es la REVOLUCIÓN.
Este es el punto muy importante en la ideología de MARX. Los socialismos no revolucionarios no son verdaderos socialismos. A lo largo de su vida y su obre, MARX atacó denodadamente a cualquier socialismo que no hiciera de la revolución una bandera. A ESTOS SOCIALISMOS los llamó “socialismos feudales” o “pequeño-burgueses”. El modelo de los socialismo “feudales” para MARX, era el de PROUDHON, al que criticó severamente en La Miseria de la Filosofía. Los socialismos reformistas o socialdemocracias, aunque tengan un origen común con el marxismo se separan de él en un punto de capital importancia.
Lucha por la democracia es sinónimo por implantar el Estado comunista. Y esa implantación en la dialéctica marxista, es siempre una REVOLUCIÓN: “Al esbozar – dice MARX – las fases más generales del desarrollo proletariado, hemos seguido a la guerra civil, más o menos latente en el seno de la sociedad actual, hasta el punto en que estalla en forma de revolución abierta, y en el que el proletariado pone los cimientos de su dominio mediante el derrocamiento violento de la burguesía. (CALVEZ, op. Cit., pág. 548).
La revolución puede adquirir diversas formas: desde la lucha violenta hasta el mismo proceso electoral de un país democrático. En este segundo es donde que hay más cautelosos con el marxismo. Sólo un ingenuo puede creer que un partido comunista sea fiel a sus convicciones políticas no haga la revolución (derrocamiento de la burguesía) una vez llegue al poder a través de unas elecciones de unas elecciones democráticas.
La táctica revolucionario de los partidos comunistas europeos ha ido cambiando en los últimos años. Pero no confundamos la táctica con el fin revolucionario. Quizás, en la actualidad, los partidos comunistas no se levantarán en lucha armada contra un Estado occidental. Pero este cambio de táctica no quiere decir que hayan renunciado a hacer la revolución “desde arriba”, una vez conseguido el poder.
Esa adaptabilidad táctica del marxismo ha sido recomendada por sucesivos congresos de la Internacional Comunista. El primero que defendió una amplia estrategia revolucionario fue el mismo LENIN. (Una buen repertorio de estas tácticas lo podemos encontrar en WHETER-LEONARD, La ideología soviética, Barcelona, 1958).
POSTERIORMENTE, el Profesor italiano AUGUSTO DEL NOCE, docente de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Roma, ha expuesto la táctica propiciada por el Partido Comunista italiano, siguiendo las recomendaciones de ANTONIO GRAMSCI (1891-1937), uno de sus fundadores. Esta táctica ha influido notablemente en la estrategia seguida por los comunistas europeos. Em artículos aparecidos en Il Tempo, Roma, los días 26 y 28 de junio de 1975.
Para GRAMSCI, la penetración marxista debe dirigirse hacia las ESFERAS CULTURALES de la sociedad: “El Estado (burgués) terminará por caer, al final, una vez que se habrá producido en la sociedad civil la disolución de la antigua concepción del mundo (la trascendente, la católica), gracias a la acción de los intelectuales, que deben llevar a las masas a vivir la nueva concepción inmanentista, la mundana, la laica”. Se explica, explica el Profesor DEL NOCE, de un proceso con dos fases claramente definidas:
a) sustituir la concepción trascendente del mundo por otra laica, a través de una acerba a la tradición cultural de Occidente (primera fase);
b) difundir el marxismo como concepción “científico” del mundo (segunda fase).
Esta táctica de penetración cultural o evolución ideológica tiene a las UNIVERSIDADES y a los intelectuales como primer objetivo. No hace falta que insistamos en que la penetración de la ideología marxista en las aulas es una estrategia pretendida por los comunistas.
*MARXISMO PARA CONSUMO DIARIO*
Una gran parte de las ideas marxistas llega a los universitarios a través de ortodoxas clases de materialismo dialéctico. Pero, todavía, las cátedras marxistas son pocas. La mayoría de las ideas marxistas llegan en forma más ambigua, aunque no menos eficaz. Muchos profesores, sin ser fervorosos marxistas, difunden una concepción de la Historia y de la sociedad claramente inspiradas en CARLOS MARX. Eso sin contar el diario golpeteo de ideas comunistas a través de asambleas, actos “culturales”, panfletos o ejemplares de literatura progresistas, que se pueden adquirir con absoluta libertad en cualquier universidad ya “laica” o “libre” según pasan los años desde 1960.
Esta difusión vulgarizadora del marxismo está provocando en muchos un cúmulo de ideas directamente emparentadas con el marxismo. El pensamiento de muchos universitarios influidos por el marxismo se podría resumir así:
1. La sociedad establecida responde a los intereses de la burguesía, enemiga del proletariado. Es necesario rebelarse contra esa clase explotadora por medio de la revolución socialista.
2. Toda cultura anterior es producto de la sociedad burguesa, la cual se ha servido de la cultura como un medio de opresión. Dentro de estos medios opresores se encuentra especialmente la religión.
3. El Estado burgués, la economía capitalista, la religión… han “alienado” al hombre. Necesidad de una “liberación” entendida solamente en su aspecto económico. En la práctica esta “LIBERACIÓN” se transforma en planificación dictatorial.
4. Planteamiento dialéctico de la Historia y de la sociedad: el comunismo es presentado como “libertario”, mientras que la sociedad y los grupos no comunistas o casi anticomunistas, nacionalistas, peronistas ortodoxos, son siempre “burgueses”, “reaccionarios”, “fascistas”.
5. Para hacerse una idea de la difusión de estas ideas marxistas tan sólo basta con advertir la cantidad de veces que se escriben o se pronuncian términos del tipo: “opresión de la burguesía”, “alienación”, “reaccionario”, “explotadores del pueblo”, etc. Claro está que no siempre sus mentores son marxistas, ni están incluidos en un contexto dialéctico, aunque su origen es marxista y desde luego están contribuyendo a la difusión – vaga, pero efectivamente de la cosmovisión marxista.
6. Incluso recientemente se nos ha presentado el marxismo como una ideología HUMANISTA o incluso abierta al espíritu. No han faltado cristianos progresistas de un esperanzador diálogo con los marxistas.
7. El marxismo, si es ortodoxo, es un materialismo absolutamente cerrado al espíritu. Ya en su tesis doctoral, sobre la filosofía de DEMÓCRITO, está claro el materialismo de MARX: asimilar humanismo con naturalismo. Por supuesto que MARX pretende liberar al hombre, pero a un hombre cuya única realización personal es subsumirse en la sociedad total: “Este comunismo – escribe MARX – se presenta como un naturalismo perfecto que es idénticamente humanismo, y en cuanto humanismo perfecto que es idénticamente naturalismo, es la verdadera solución de la lucha entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre”. (C. MARX, Manuscrito de 1844 ). El marxismo no es sólo un naturalismo; es un ATEÍSMO práctico. MARX considera la religión como “alienante”, por lo que suprimirla es una “LIBERACIÓN” aportada por el comunismo. La religión es el “opio del pueblo” porque hace que los hombres abandonen los verdaderos fines de la vida: la producción.
8. La crítica que hace MARX del cristianismo es aún más severa: “Los principios sociales del cristianismo han justificado la esclavitud clásica, han glorificado la servidumbre medieval, y cuando hace falta, saben aprobar la opresión del proletariado”, según CALVEZ, pág. 87. Es una injusta apreciación de la amplia labor social (desde abolir la esclavitud hasta las universidad) realizada por la Iglesia durante siglos. El marxismo, como el freudismo de FREUD, desconoce la esencia de la religión cristiana. La religión no es una droga ideológica para acallar las ansias de justicia del pueblo. La misma pervivencia del sentimiento religioso en países dominados por el marxismo es una prueba de que la religión es mucho más. Por otra parte, las concepciones religiosas de MARX eran sumamente endebles y provenían del sector más ateo del protestantismo liberal cuyas investigaciones escriturísticas (base de su negación de la divinidad del cristianismo) han sido ampliamente criticados por la investigación posterior como carentes de rigor y de conclusiones científicas.
9. Otro error es considerar la posibilidad de un futuro Estado comunista en el que exista libertad religiosa (es decir, donde pueda haber educación religiosa y donde los ciudadanos que sean cristianos puedan acceder a los cargos públicos). Un Estado que permite – aunque sea indirectamente – la vida religiosa de los ciudadanos, no es comunista. Lo explica el mismo MARX con palabras suficientemente rotundas: “El Estado que presupone la religión no es aún un Estado real y verdadero”. (C. MARX, La cuestión judía, véase CALVEZ, op. Cit. pág. 71).
a. Quizá los marxistas se muestren tolerantes con la religión. Pero esto no es más que una táctica. MARX ya concibió el fin de la “alineación” religiosa en dos fases:
b. Sustituir el Estado cristiano por un Estado profano que relega la religión a la esfera privada,
c. Instauración del Estado comunista t ateo, porque en el estado marxista no hay “cuestiones privadas” que escapen a la competencia del propio Estado.
d. ¿A QUÉ SE DEBE ENTONCES ESA ATRACCIÓN QUE EL MARXISMO HA LEVANTADO EN LA JUVENTUD? Qué duda cabe que el comunismo ha puesto el dedo en la llaga de muchos problemas sociales. Incluso ha creado una inquietud y preocupación social que ha arrastrado a no pocos jóvenes generosos. Pero el estudio atento del marxismo nos lleva a dos discrepancias fundamentales de los que derivan otras muchas: SU ÓPTICA EXCLUSIVAMENTE MATERIALISTA y SU APOLOGÍA DE LA VIOLENCIA (LUCHA DE CLASES) COMO MEDIO PARA CONSEGUIR UNA NUEVA SOCIEDAD.
*Véase de Gabriel S. P. Pautasso, « Proyección marxista en la educación argentina”, Córdoba, 1979.*
“CONFUSIONES DEL MARXISMO” por Gabriel S. P. Pautasso*
GRATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO!
Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 338
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