*UCRANIA,
ABRIL 1940 – ABRIL 1943 : ABRIL 2010. ACCIDENTE en SMOLENSK (en KATYN) POR EL
EXTINTO PRESIDENTE POLACO.*
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
Así se cumplían las amenazas proferidas por SAINT-YVES D´ALVEYDRE, en su libro Misión de la India (publicado por sus amigos en 1949 (2009), pero escrito durante el reinado de la reina VICTORIA): “Si no hacéis la sinarquía, veo, a un siglo de distancia, eclipsada para siempre vuestra civilización judeo-cristiana, interrumpida para siempre vuestra supremacía brutal por un renacimiento increíble de toda el Asía, armada de pies a cabeza, y cumpliendo sin vosotros, contra vosotros, las promesas sociales de los Abramidas, de MOISÉS, de JESUCRISTO y de todos los cabalistas judeo-cristianos (pág. 109). Y más adelante (pág. 169): a cincuenta años de distancia, “con las armas en la mano de Dios (¿?), y, a China y el Islam en cabeza, bajo la dirección de vuestros propios instructores militares, vendrá a imponeros que pongáis vuestra firma debajo de la promesa social…que vosotros habréis rechazado”. (Lombard, Jean, III, cap. XXXIII).
*LA INVASIÓN SOVIÉTICA y SUS CONSECUENCIAS*
La lucha entre Alemania y la URSS fue de un tremendo salvajismo. Los alemanes, imbuidos del sentimiento de su superioridad racial, consideraban a los rusos como seres inferiores – Untermensch – y no olvidaban el aspecto político de la contienda sabiendo que se enfrentaban a un ejército superpolitizado por los Comisarios comunistas. Los rusos, por su parte, se encontraban en un grado de civilización mucho más bajo, se consideraban el país agredido y correspondían con creces – incluso los que inicialmente habían recibido a los alemanes con los brazos abiertos – al trato deshumanizado de las tropas de ocupación. Los españoles que lucharon en Rusia, e incluso los italianos, entablaron unas relaciones muy cordiales con la población civil, con la que convivieron, cuando se presentó el caso, en términos de verdadera amistad. Un tipo de relación que nunca se dio con los soldados alemanes. En ocasiones, la brutalidad venía impuesta por las circunstancias: piénsese, por ejemplo, en las dificultades que planteaba evacuar y alimentar a cientos de miles de prisioneros rusos capturados en una sola jornada y concentrados en medio de la estepa. La crueldad se acentuó cuando empezó a extenderse la guerra de guerrillas, que los alemanes no admitían como método de lucha. En consecuencia, trataron siempre a los partisanos (guerrilleros) como francotiradores, y no sólo en Rusia, sino en todos los países que ocuparon. En el enfrentamiento ruso-germano fueron siempre deliberadamente ignorados por los convenios de GINEBRA de 1929, que por otra parte habían quedado desfasados en todo el ámbito de la contienda debido a la utilización de unos medios bélicos desconocidos en la época en que se firmaron aquellos convenios. Sin embargo, no habían dejado de tener cierta vigencia, en particular en lo que respecta al trato que debía darse a los prisioneros de guerra, por ser las únicas normas internacionales existentes en tal materia.
Pero resulta oportuno señalar que la brutalidad de los métodos soviéticos no fue una consecuencia de la agresión alemana, puesto que ya se habían manifestado cuando los rusos, aprovechándose del estado de guerra entre Alemania y los Aliados y sacando partido del Pacto germano-soviético de 1939, invadieron los Estados bálticos y la mitad oriental de Polonia. Durante aquella primera ocupación rusa fueron deportados hacia el Este 60.000 estonianos, 60.000 letones y 70.000 lituanos, en condiciones tanto más inhumanos por cuanto las deportaciones no fueron algo repentino e improvisados sino que respondieron a un plan cuidadosamente elaborado a lo largo de un año de ocupación. En lo que respecta a Polonia, la documentación recogida por el Gobierno polaco en el exilio hace ascender la cifra de deportados a Rusia entre un millón y un millón seiscientos mil, de los cuales perecieron 400.000 mil. Todas estas cifras son aproximativas y nunca podrá conocerse con exactitud el número de muertes producidas en aquellos países a consecuencia de la ocupación soviética.
Todo el tiempo había habido un bordoneo de charla a lo largo de las filas de prisioneros. De repente, se produjo un impresionante silencio al ver que de cada camión sacaban una larga cadena de acero cuyos eslabones tenían dos centímetros de diámetro aproximadamente. Un soldado de mi testamento avanzó hacia los dos hombres, apartándolos (las filas eran dobles, pero estábamos muy juntos), y fue avanzando entre nosotros, separándonos. Le seguían otros soldados, que llevaban la cadena, dejándola entre nuestras dos filas, en el suelo. Luego nos ordenaron a gritos que cogiéramos la cadena, cada fila con la mano que le caía más cerca. A mí me tocaba el lado izquierdo. Recuerdo cómo me alegró no verme obligado a utilizar la mano derecha, que tenía aún despellejada y dolorida. La cadena era completamente nueva. Aún estaba recubierta con un preparado oscuro, pegajoso, contra el moho. Sentí la frialdad del acero en la mano como si fuera una quemadura. Luego nos encadenaron, cincuenta hombres a cada lado, con una argolla en la muñeca”. SLAVOMIR RAWINCZ, “LA INCREÍBLE HISTORIA ”. Ediciones Destino, Barcelona, 1969, págs. 60-63. En autor, oficial de Caballería polaco, fue capturado por los rusos en 1939 y condenado a trabajos forzados en Siberia. De allí, junto con otros compañeros, logró huir a la India.
*DOS RACISMOS FRENTE A FRENTE*
1) EL MISTERIO DEL BOSQUE DE KATYN: basándose en las pruebas disponibles en Occidente, JERRARD TICKELL hace una reconstrucción de los hechos relativos a la matanza.
2) El BOSQUE DE KATYN: el punto de vista soviético. ARKADIJ POLTORAK, sirviéndose de las pruebas resultantes de las indagaciones rusas y del proceso de Nuremberg, expone el punto vista soviético.
3) Fuente. Así fue la segunda guerra mundial, nº 47, Ed. NOGUER, Buenos Aires, 1972, p. 369-372.
4) Ucrania, abril 1940-abril 1943. por JERRARD TICKELL y ARKADIJ POLTORAK.
“ESTE ARTÍCULO, DOS ESCRITORES, UNO INGLÉS Y OTRO RUSO, NOS OFRECEN DOS VERSIONES OPUESTAS DEL HECHO, AUNQUE LA OCCIDENTAL PARECE MÁS CONVINCENTE.
DICE TICKELL: “Durante el proceso de Nuremberg contra los criminales de guerra, se mencionaron los asesinatos de KATYN (Smolensk) en los cargos contra GOERING y otros acusados. Los Aliados, vencedores, acordaron que era oportuno evitar el debate sobre este punto y no se investigó nunca a fondo el crimen de Katyn. Y el Gobierno soviético no aprovecho la ocasión para disculparse de aquella tremenda acusación que había encontrado tan amplio crédito. KATYN no se nombró en la sentencia definitiva del tribunal internacional. Por ello, cada uno tiene el derecho de formarse una opinión personal al respecto”.
I)*Aquellos oficiales, en su mayor parte reservistas, representan la clase dirigente de Polonia y, en consecuencia, eran enemigos de la Unión Soviética. A este respecto, hay que recordar la confidencia del hijo de STALIN, JACOB DZUFGASHVILLI, prisionero en el campo alemán de Lübeck, al teniente polaco LEWESZECKI: “¿Por qué armar tanto de ruido por 10 o 15.000 polacos asesinados? Aquellos oficiales eran la intelligentsia de Polonia, el elemento más peligroso para nosotros: había que eliminarlos”.
HENRI DE MONTFORT: “Le massacre de Katyn. Crime Russe ou crime alemand ? La Table Ronde. París, 1966, p. 175-198.
II) “En Nuremberg, el Fiscal ruso afirmó, sin ambages, que correspondía a los alemanes la responsabilidad del asesinato de la oficialidad polaca, y recordó que la propaganda nazi lo había atribuido a los rusos, intentando incluso la prueba de esta aseveración. Para ello aportó tres testigos, dos profesores rusos y el profesor de medicina legal de la Universidad de Sofía, MARKOV. Éste había sido el representante búlgaro en la comisión internacional, de la que formaban parte neutrales, investigadora del macabro hallazgo, cuando en la primavera de 1943 fue descubierto por los alemanes. Sobre la imparcialidad de los dos primeros no hace falta comentario. El profesor búlgaro había firmado antes el informe unánime de la comisión, que atribuía el crimen a los rusos. En Nuremberg, tres años después, su patria ocupada por los rusos, afirmó que no había visto entonces las cosas claras y que firmó porque se lo solicitó su gobierno. Sobre la espontaneidad de este testimonio tampoco hacen falta comentarios”.
JOSÉ A. LLORENS BORRÁS: Crímenes de guerra. Ediciones Acervo, Barcelona, 1973, pág. 34-35.
*EDITO:
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO
PAMPERO Cordubensis nº 311
INSTITUTO
EREMITA URBANUS
Córdoba
de la Nueva , 12
de abril del Año del Señor de 2010. San Hermenegildo, Mártir. Sopla el Pampero.
¡VIVA LA PATRIA !
¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Gratias
agamus Domino Deo Nostro! gspp.*reedito: 14.8.2012.
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