domingo, julio 18, 2010

*La Filosofía como arma de la Revolución* por Louis Althusser


(Cuadernos de PASADO y  PRESENTE PYP. nº 4 Córdoba. Cuarta Edición mayo 1972. Traducción de OSCAR DEL BARCO y ENRIQUE ROMÁN)

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

Advertencia:
Los ensayos del marxista francés LOUIS ALTHUSSER que hoy publicamos tienen una evidente unidad de temas y propósitos y expresan nuevas elaboraciones de los puntos de vista expuestos en LA REVOLUCIÓN TEÓRICA DE MARX y PARA LEER EL CAPITAL, éste último de próxima aparición en castellano editado por Siglo XXI. Muestran la continuidad de un trabajo teórico empeñado en establecer las coordenadas fundamentales de la filosofía marxista, concebida como una “Teoría de la producción de conocimientos”.
Para ALTHUSSER dicha teoría está aún por elaborarse y las respuestas obtenidas hasta el presente son insatisfactorias. Las razones de esta ausencia deben buscarse en el mismo MARX y no sólo en las circunstancias histórico-políticas que rodearon el desarrollo del movimiento socialista mundial, en especial en el stalinismo, al que ALTHUSSER critica duramente en la autobiografía que prologa su libro sobre MARX. “La filosofía marxista -afirma- fundada por MARX en el mismo acto de fundar su teoría de la historia, aún debe ser constituida”.
Sus escritos y los de sus colaboradores tienen el propósito de contribuir a elaborarla.
Debido a ello el fondo del análisis althusseriano es epistemológico y se manifiesta concretamente en una “relectura” de las obras teóricas fundamentales de MARX, en especial de la INTRODUCCIÓN A LA CRÍTICA GENERAL DE LA ECONOMÍA POLÍTICA/1857 (Cfr. Cuadernos de Pasado y Presente nº 1, Córdoba, 1968) y de EL CAPITAL.
A la lectura “literal” de esos textos realizada hasta el presente por la gran mayoría de los teóricos, ALTHUSSER opone una lectura que denomina “symptomale” y que parte del reconocimiento del texto de MARX no como un “gran libro abierto”, donde todo está dicho de manera clara y definitiva y al que sólo basta glosar mediante  una “lectura inocente”, sino como un discurso que inaugura una nueva problemática con conceptos todavía inadecuados.
“MARX no ha pensado teóricamente, bajo una forma adecuada y desarrollada, el concepto y las implicancias teóricas de su investigación revolucionaria desde el punto de vista teórico”. Esto explicaría el “coqueteo hegeliano” en que ocurre algunas veces en EL CAPITAL y con excesiva frecuencia en los Grundrisse. Para esta lectura crítica, ALTHUSSER se vale de los recursos que le aportan la lingüística (JACKBSON), la antropología estructural (LÉVI-STRUSS) y el psicoanálisis lacaniano.  
Aunque estamos sin duda frente a un pensamiento teórico en proceso de elaboración (“Nuestros textos y fórmulas son provisorias y están destinadas a ser rectificadas”, dice ALTHUSSER con modestia), ya podemos verificar los enormes efectos positivos que ha provocado en el actual debate teórico marxista. Constituye ya una escuela interpretativa del pensamiento de MARX que se despliega en multitud de campos de trabajo y que influencia de manera decisiva la cultura francesa y Europa actual. Pero además, y esto aparece superficialmente como un hecho bastante paradójico, aunque las elaboraciones althusserianas se mantienen en el plano epistemológico, concitan la adhesión y hasta el entusiasmo de los jóvenes intelectuales  revolucionarios. No en vano es en Cuba donde sus obras y escritos circulan profusamente y obtienen el reconocimiento de algunos aparatos de elaboración cultural.
En un artículo que le dedicara el Suplemento  Literario del TIMES, al señalar el éxito sorprendente de sus obras, se intentaba explicarlo más que por las innegables dotes de inteligencia, lucidez y estilo del autor, por la precisa oportunidad de su aparición. “La atmósfera del Barrio Latino es tal que todo alumno secundario o estudiante de izquierda que se respete a sí mismo es maoísta o por lo menos castrista”. En ella, SARTRE y HENRI LEFEBVRE son monumentos arcaicos y las auto-laceraciones de los intelectuales excomunistas de 1956 son tan incomprensibles como el “oportunismo” de WALDECK-ROCHET y ROGER GARAUDY. Una nueva generación de rebeldes necesita una nueva versión de ideología revolucionaria, y ALTHUSSER es esencialmente un “duro” que desafía el ablandamiento político e intelectual que lo rodea… Pero esto no lo convierte en un neo-stalinista” como sostienen sus detractores”. Como lo demuestran palmariamente los ensayos incluidos en el presente volumen, sería más exacto hablar del “leninismo” de ALTHUSSER.
Aunque se mantiene en el plano teórico, su problemática no es manera alguna neutral. Sus consecuencias políticas deben ser indagadas, pero no de una manera abstracta sino aplicadas en el marco general de la teoría política (como lo hace NICOS POULANTZAS en un libro de próxima aparición dedicado al examen del concepto de hegemonía en el Estado (NICOS POULANTZAS, Introducción al concepto de hegemonía en el Estado, Editorial Universitaria de Córdoba, EUDECOR, Córdoba, 1968) y en el particular de situaciones políticas concretas, como nos proponemos hacerlo en el Anuario de PASADO Y PRESENTE en preparación. Sin embargo, hay en ALTHUSSER un elemento muy significativo, teórico y político, que aparece sistemáticamente en estos ensayos y que LUPORINI precisa así: “Es la fidelidad de ALTHUSSER a la crítica leninista de toda concepción espontaneísta. Es preciso elaborar de una manera teórica y crítica la visión de clase revolucionaria, si se quiere que ella devenga revolucionaria. Esta visión revolucionaria tiene por fundamento, y también con vistas a la acción, el análisis teórico en su universalidad y no una confianza mística en una conciencia de clase concebida como preexistente, a la que bastaría interpretar para obtener la ciencia revolucionaria. Me parce que aquí se funda toda la investigación de ALTHUSSER” (en L´homme et la societé, nº 4, p. 35). Y esta conclusión justifica plenamente que hayamos decidido presentar estos escritos con el título de LA FILOSOFÍA COMO ARMA DE LA REVOLUCIÓN.
*VEAMOS: “pasado y presente” según  +ARICO, DEL BARCO, o “Los usos de Gramsci”…por  +PORTANTIERO.

(*Veamos: Nota del Editor del Diario Pampero Cordubensis: Los Marxismos).

LENIN  (1870-1924).
STALIN (1879-1953)
G. LUKACS (1885-1971)
TROTSKY (1879-1940)
GRAMSC1 (1891- 1937)
ROSA LUXEMBURG (1870-1919)
MAO (1893-1976)
ALTHUSSER (1918-1978)
KOSIK (1926-1975)
GOLDMAN (1913-1970).

*ESCUELA crítica de FRANFURT (1918…K.KORSCH, W.BENJAMIN, M. HORKHEIMER, T.W.ADORNO, H. MARCUSSE, J. HABERMAS, H.-G. GADAMER y otros.

*GRUPO “PASADO Y PRESENTE” (1960…JOSÉ MARÍA ÁRICO, OSCAR DEL BARCO, JUAN CARLOS PORTANTIERO y otros: antes de: PRT-ERP, OPMONTONEROS, FAP, FAR, ERP 22 de agosto, OCPO y otras organizaciones paramilitares a partir de 1955, veáse: “El origen y evolución de los movimientos paramilitares)”. * 1955-1989* (Archivo Diario Pampero).

*Otros marxismos: NICOLÁS BUJARIN, A. M. DEVORIN, C. KAUTSKY, E. BERSTEIN, G. LUCKAS, R. GARAUDY, H. LEFÈBVRE, F. CHÁTELET, A. CORNU, A. GORZ, E. BLOCH, E. FROMM, y LOUIS ALTHUSSER y el marxismo estructuralista.

*Este texto reproduce la versión integral de una entrevista otorgada por LOUIS ALTHUSSER  a la corresponsal de L´Unita, M.-A. MACCIOCCHI. Se publicó en el número correspondiente al 1º de febrero de 1968.

¿Puede decirnos alguna palabra sobre su historia personal? ¿Cómo llegó usted a la filosofía marxista?

Entrevista:
En 1948, a los 30 años, me convertí en profesor de filosofía y adherí al partido comunista francés.  
La filosofía me interesaba y trate de convertirla en mi oficio. La política me apasionaba y traté de convertirme en un militante comunista.
Lo que me interesaba en la filosofía era el materialismo y su función crítica en pro del conocimiento científico y contra todas las mistificaciones del “conocimiento” ideológico; contra la denuncia simplemente moral de los mitos y engaños, y por su crítica racional y rigurosa.
Lo que me apasionaba en la política eran el instinto, la inteligencia, el coraje y el heroísmo revolucionario de la clase obrero en su lucha por el socialismo. La guerra y los largos años de cautiverio me habían hecho vivir en contacto con obreros y campesinos y conocer a los militantes comunistas.
Es la política la que decidió todo. No la política en general sino la política marxista-leninista. 
En primer lugar fue necesario encontrarla y comprenderla. Esto siempre es muy difícil para un intelectual. Fue igualmente difícil, por las razones que se conocen, en la década del 50 al 60: período del “culto” (a STALIN), el XXº Congreso de NIKITA K., después de la crisis del movimiento comunista internacional. No fue fácil para el marxismo resistir la irrupción ideológica “humanista” contemporánea y los distintos asaltos de la ideología burguesa.
Después de comprender mejor la política marxista-leninista, comencé a apasionarme también por la filosofía pues, finalmente, podía comprender la tesis fundamental de MARX, LENIN y GRAMSCI: la filosofía es fundamentalmente política.
Todo lo que he escrito, al principio solo y después en cada colaboración con camaradas y amigos más jóvenes, GIRA,  pese a la “abstracción” de nuestros ensayos, alrededor de esos problemas concretos.

VEAMOS, por último:

*GRAMSCI – ALTHUSSER: UNA ESTRATEGIA PARA LA REVOLUCIÓN. por MARIANO I. MADERO. Revista “Cabildo”, diciembre 1987, 2ª época, Año XII, nº 118, pág. 32-33. Director D. Ricardo Curutchet.*

Se ha dicho en otra ocasión que el objetivo de ANTONIO GRAMSCI  es la instalación de un “orden natural” opuesto al real, prevaleciente –pese a todo – en la sociedad occidental. La sociedad estructurada sobre el Orden, que GRAMSCI describe como “artificial”, hace que el hombre sea “infeliz y perverso” pues se encuentra “encadenada por las leyes, las costumbres (y) las ideas recibidas”. En consecuencia hay que “liberarlo para salvarlo”. ¿Cómo? Mediante la “virtud creadora de la destrucción”  primero, para luego abocarse a la mencionada instalación.
LOUIS ALTHUSSER , un ideólogo seguidor de GRAMSCI, sostiene en nuestros días que el hombre es un ser sometido (porque está) sujeto a una autoridad superior” que lo priva “de toda libertad, salvo de la de aceptar libremente su sumisión, concluye ALTHUSSER. Vemos, pues, como ambos autores coinciden en dos tópicos que son esenciales para comprender cabalmente la cuestión marxista y, fundamentalmente, en materia de estrategia para imponer la revolución cultural: la ruptura del orden jerárquico mediante el corte de la cadena natural de mandos: esto es, actuando sobre el principio de autoridad. Dicho más llenamente: la creación del caos social a fin de suscitar una crisis (o de aprovecharla) para aislar al Estado de la Sociedad.
De aquí la importancia de atacar todas las instituciones sociales que sirven de semillero para la formación de la clase dirigente, como así también para apuntarla, en los casos de crisis. Y a este fin, como bien lo señala GRAMSCI, hay que atacar el principio en todas las formas en que se hace manifiesto. Vertical y horizontalmente, creando un poder paralelo o dual que contraponga las nuevas instituciones a las que se resisten a caer bajo esos postulados. Así, por caso, si la iglesia no permite la penetración de la ideología disociadora, se instala una nueva iglesia “popular” que procurará oponerse dialécticamente a la iglesia “oficial” o romana y arrastrar de este modo a aquellos sacerdotes y fieles que han perdido la fe.
Este ataque a la autoridad, se encara entonces tomando como objetivo todas las células pequeñas de la sociedad; medianas o intermedias como bien podría ser un barrio, bibliotecas, periódicos, clubes, cámaras empresarias, sindicatos, etc., etc. y las mayores que son las que actúan estructuralmente sobre la sociedad (civil o política), como los fundamentos de un edificio, como es el caso citado de la Iglesia, del Estado mismo, de la Educación, de las Fuerzas Armadas. Tenemos, pues, los tres niveles: micro, meso y macrosocial, de acuerdo a las prescripciones de GRAMSCI cuando indica que hay que atacar el “Dogma Religioso, el Poder Monárquico, la Enseñanza Oficial, el Estado Militar, el Vínculo Conyugal, el Prestigio Paterno… la Justicia”, etc.  Por supuesto sus discípulos han extendido esta lista hasta llegar a abarcar casi toda institución, ya que en esta guerra no hay trinchera que deba ser despreciada. (1) GRAMSCI, ANTONIO “Cultura y Literatura” (Instituto Gramsci 1948-1951: Quaderni al carcere: traducción, selección y prólogo de J. SOLÉ TURA), Ediciones Península, Barcelona, 1977: pp. 137-139).
ALTHUSSER efectúa una enumeración de las mismas, a las cuales llama APARATOS IDEOLÓGICOS DEL ES TADO, -AIE-  que “no se confunden con el aparato represivo, (sic) del Estado, representado por el “gobierno, administración, ejército, policía, tribunales, prisiones, etc.”, proponiendo al efecto una lista que “exige ser examinada en detalle, comprobado, rectificada y perfeccionada”. Esta clasificación comprende: “Los AIE religiosos (el sistema de las distintas iglesias); los AIE escolares (el sistema de las distintas “escuelas” PÚBLICAS Y PRIVADAS); los AIE familiares; los AIE jurídicos; los AIE políticos (el sistema político, sus distintos partidos); los AIE sindicales; los AIE de información (prensa, radio, televisión, etc.); los AIE culturales (literatura, bellas artes, etc.)”. (2) ALTHUSSER, LOUISLA FILOSOFÍA COMO ARMA DE LA REVOLUCIÓN” (traducción de O. del Barco, E. ROMÁN, y O.L.MOLINA Ed. Cuaderno de Pasado y Presente, México, 15ª ed., 1985; pp. 109-110: pp. 161, 166.
En suma, un conjunto de entidades que en su mayoría son privadas, cuya nota esencial es que “funcionan con ideologías” de modo preponderante. Esto es en definitiva lo que los identifica, enfatizando ALTHUSSER que esta diversidad ideológica encuentra su matriz “unificadora” es una “ideología dominante” que asegura, parafraseando a GRAMSCI, LA HEGEMONÍA POLÍTICO-CULTURAL. Es decir, el poder del Estado (¿y por qué no, la soberanía?).
Seguidamente recuerda ALTHUSSER que la “mayor preocupación de LENIN era revolucionar el aparato ideológico del Estado a nivel de ESCUELAS. Por esta razón, el filósofo francés deduce que son “EL LUGAR (sic) DE LA LUCHA”, el lugar  donde se encuentran “los medios y ocasiones de expresarse” y de conquistar “por la lucha posiciones de combate” en las AULAS y de allí en los restantes AIE.  Empero es “el aparato ideológico escolar” el que siempre tiene “posición dominante”. ¿Por qué motivo? Porque “silencioso en grado sumo”, recibe a los niños de todas las clases sociales desde los jardines infantiles y desde ese momento… les inculca durante muchos años – los años en que el niño es más “vulnerable” y está aprisionado entre el aparato ideológico FAMILIAR y el ESCOLAR – “saberes prácticos” tomados de la ideología dominante (el idioma materno, el cálculo, la historia, las ciencias, la literatura) o simplemente la ideología dominante en estado puro (moral, educación cívica, filosofía)…”. De aquí concluye ALTHUSSER  que “la escuela y la pareja escuela familia constituye el aparato ideológico dominante, aparato que desempeña el papel decisivo en la reproducción de las relaciones de producción… para añadir en otro lugar que “como admirablemente lo decía SAN PABLO, en el “logos” – en la ideología – tenemos “el ser, el movimiento y la vida”… (es decir que) “el hombre es por naturaleza un ANIMAL IDEOLÓGICO…”.
Retomando el párrafo inicial, bien podría concluirse con las siguientes palabras de GRAMSCI: “EL PLAN CULTURAL SERÁ SOBRE TODO NEGATIVO, DE CRÍTICA DEL PASADO, TENDERÁ A HACER OLVIDAR Y A DESTRUIR (FOMENTANDO) LAS LUCHAS AGUDAS Y LAS CATÁSTROFES”. (GRAMSCI, ANTONIO “Notas sobre Maquiavelo, sobre la Política y sobre el Estado Moderno” (traducción de JOSE MARÍA ÁRICO), Juan Pablos Editor, S. A., México, 2ª ed., 1986: pp. 161-166) para sobre esa base, construir una enseñanza a la que palpó en la Rusia soviética en 1924, observando “el espectáculo cotidiano… de un pueblo que crea una nueva vida, nuevas costumbres, nuevos modos de pensar”. (BROCCOLI, ANGELO “ANTONIO GRAMSCI y la Educación como Hegemonía” (Traducción de F. MATEO), Editorial Nueva Imagen, S. A., México, 4ª ed., 1984: p. 76 y nota 83 al pie de p. 177. Asimismo: GARCÍA-HUIDOBRO, JUAN E., “Gramsci: Educación y Cultura”, Cuadernos de Educación nros 108-109, de Cooperativa Laboratorio Educativo, Venezuela, 1983, pp. 42-44 y nota 18 al pie de p. 43).
Esta visita, pues, fue “determinante precisamente para su concepción de la ESCUELA”, dice BROCCOLI recordando con MARIO MANACORDA  que su estadía en el UNIÓN SOVIÉTICA permitió la construcción de “UNA “GRAN CRIPTOGRAFÍA PEDAGÓGICA GRAMSCIANA” bajo la cual emergería un proyecto educativo de sello soviético…”. (MARIANO I. MADERO).  

*RATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO! gabrielsppautasso@yahoo.com.ar*

VEAMOS, LA REVOLUCIÓN…desde el bunker mientras sopla el Pampero, el viento más argentino y nacional…

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