*A través de sus escritos por Alfredo Tarruella*
Editó: Lic. Gabriel Pautasso
*DE
LA VIRGEN DE LUJÁN dice: “No es tanto su poder que pueda hacer competencia a
Nuestra Señora de Lourdes. El milagro ya hace un siglo que se echa de menos en
la tierra, debido a los progresos de la física y la química que los despintan
apenas vislumbran en la embrollada inteligencia de los ignorantes”. DFS, OC, t.
XXXVIII.p. 9*
1. La
literatura romántica de los unitarios del siglo XIX
argentino fue una expresión de odio, de profundo y deliberado rencor. Estos
escritores constituyeron un grupo de libelistas –panfletos-, que usaron toda
clase de artilugios, astucias y engaños para realizar sus propósitos. En
realidad el conjunto de intelectuales que se desterraron voluntariamente en la
época de JUAN MANUEL DE ROSAS, usaron de todas las armas prohibidas para
persuadir a sus coetáneos con vistas al futuro, y esto lo advirtieron
claramente, porque sus ideas dieron inconcebibles frutos. Fue una literatura
peculiarísima, de una efectividad altisonante. Como obra literaria, como valor
estético constituyó, indudablemente, un fracaso. Es que todos ellos no
escribieron para enaltecer la belleza, no fueron ni poetas, ni novelistas, ni
ensayistas con el fin elevado de dar trascendencia a la cultura de la patria.
Escribieron con el único objeto de hacer triunfar un partido, creyeron que la
ideología que preconizaron era la verdad, como lo creyeron muchos españoles del
siglo XVIII, al subestimar la grandeza de la Edad de Oro y anhelar viva la
europeización, es decir, la extranjerización de las fuerzas vitales del
espíritu español. El pensamiento de los escritores unitarios fue idéntico. La
misma crisis de religiosidad y la misma crisis de patriotismo. Españoles
notables del siglo XVIII se cegaron como los nuestros, como se cegaba el indio
ante el abalorio, o como los liberales contemporáneos, ante el desarrollo
industrial estadounidense. El poeta QUINTANA proclama lo mismo que SARMIENTO:
la religión del progreso; MORATÍN y MELÉNDEZ VALDÉZ RENIEGAN DE SU
PATRIA PARA SEGUIR A LOS FRANCESES. El afrancesamiento español como el nuestro,
que debíamos padecer durante toda la segunda mitad del siglo XIX.
Indudablemente existe una similitud entre el liberalismo argentino, que
desemboca en las quemazones de conventos de los tiempos de MENDIZABAL.
“El 12
de diciembre de 1883 decía SARMIENTO en la ciudad de Rosario: “En Rosario, en
lugar de cúpulas y torres que fatigan al cielo con plegarias, levántanse
graneros colosales. Os felicito porque hacéis poco consumo de iglesias y mucho
de trilladoras y vagones”. DFS, OC, t. XXII, p. 217 *
2) Existe también otra similitud digna de tenerse en cuenta. Los
europeizantes como SARMIENTO, ECHEVERRÍA, ALBERDI, GUTIÉRREZ, etc., defendían
el librepensamiento, el progresismo, la moral sin religión. Era el pensamiento
preconizado por los liberales españoles. En contraste, la clase campesina
española, defendió denodadamente la religión, afilándose al carlismo en defensa
de sus tradiciones. La revolución federal argentina, aunó al campesinado, al
gauchaje, en un solo haz, y su lema fue muchas veces religión o muerte. La traición de los escritores unitarios contra
el sentido religioso de la vida, contra la tradición hispánica encarnada en
múltiples valores, entre ellos el idioma castellano, que fue despreciado,
prefiriéndose el francés al castellano, tiene otra faz que ha de ser juzgada
con la severidad que se merece, cuando las generaciones futuras hagan triunfar
la verdad histórica. Nos referimos a la deslealtad, a las armas usadas para
hacer triunfar un sistema ideológico que todavía existe y que tantos males haga
irrogado al país de muchas décadas. Los métodos de la MENTIRA, la CALUMNIA, y
el FRAUDE fueron utilizados sistemáticamente por los unitarios, por estos
escritores que comentamos, para desprestigiar a todo lo que no correspondía a
sus corrientes ideológicas.
3) SARMIENTO fue el representante más conspicuo de mentalidad
materialista unitaria. Con más energía física y mental que sus cofrades, con
más seguridad, más astucia y espíritu destructivo que los demás, supo engañar y
aún sigue engañando a los timoratos y a los débiles. El pensamiento
sarmientino, sus ideas sobre la religión católica, a quien ataca continuamente,
tratando de reemplazar el sentido católico de la vida por el liberal o el
protestante. Este ataque sin solución de continuidad va unido a otra agresión
constante hacia un enemigo irreconocible, a quien no perdona su lucha titánica,
primero contra el mahometano y luego contra el protestantismo. Este enemigo es
ESPAÑA. Caen en un lamentable error quienes creen que SARMIENTO en lo
fundamental de sus ideas fue un contradictorio. Siempre supo a donde iba.
Asestaba los golpes con un fin premeditado. Durante más de cuarenta años escribió en los periódicos contra el
catolicismo y contra ESPAÑA. En el Facundo,
que los liberales consideran como obra maestra de SARMIENTO, quizá porque
es el libro donde más se ensaña contra la tradición nacional, no solamente es
ROSAS su enemigo natural, que hay que derribar para felicidad de la República, sino
que insulta y calumnia a FELIPE II. Este rey que constituyó el baluarte de
Occidente contra la herejía, que gracias a su afán purificador contribuyó
maravillosamente a que se realizara el milagro de la Edad de Oro, le quitaba el
sueño a SARMIENTO. Creyó todo lo que dijeron los protestantes de este caballero
de la cristiandad, y lo injuriaba en cuanta oportunidad se le presentaba.
Durante más de cuarenta años en periódicos de CHILE y la ARGENTINA no hizo sino
denostar contra él; con las frases más grotescas de su género libelista, ese
género que cultivó durante toda su vida, quejándose de la intolerancia de los
demás.
● Lee SARMIENTO en el
Congreso su mensaje inaugural: “Hemos recibido en
herencia masas populares ignorantes…Una mayoría dotada con la libertad de ser
ignorante y miserable no constituye un privilegio envidiable para la minoría
educada de una nación que se enorgullece llamándose república y demócrata”.
José María Rosa, Historia Argentina, t. VII, La Oligarquía 1862-1878. p. 236.*
4) Desde que inició su carrera periodística en CHILE, SARMIENTO comienza
sus ataques a la Iglesia en forma sistemática. No pierde oportunidad para ello.
Escribe contra la moral cristiana, contra las jerarquías de la Iglesia, contra
los seminarios, las órdenes religiosas y los fundamentos del catolicismo. El 21
de julio de 1842, a los treinta años de edad, escribe en el “Mercurio” de
Valparaíso, un artículo, atacando virulentamente a un seminario que se iba a
crear, a un proyecto de semanario. El artículo en cuestión se intitulada: “El exceso de clérigos”. Y dice entre
otras cosas: “No se explica de otro modo
la sublevación de toda Europa contra la Compañía de Jesús, orden docente, su
extrañamiento de todos los países católicos, su reaparición al lado de tronos
legítimos, el nuevo destierro que experimentan sus miembros desde que aquel
poder regresor cae, y últimamente sus recientes tentativas para colarse en los
nuevos Estados americanos, para ejercer su antigua profesión de maestros de la
juventud que han perdido en todas partes, buscando aquí pueblos bisoños, y
deseosos de recibir instrucción, no importa de quien, ni para qué fines. Son
estos padres, tablas rotas de un antiguo naufragio, que andan flotando en el
Océano de la nada, hasta que tocan una playa, donde no habiendo artífices que
labren la madera, no falta quien la recoge y la utilice”.
En
realidad los Jesuitas nada tienen que ver con tema periodístico que trata
SARMIENTO. Pero aprovecha cualquier
inoportunidad para calumniarlos. Las personas informadas saben muy bien que no
fue toda Europa la que sublevó contra la Compañía de Jesús. Conocemos el crimen
que se cometió con la expulsión de los padres de la Compañía, de América;
conocemos también cómo fueron el liberalismo y la masonería los principales y
ejecutores de una de las mayores injusticias de la historia universal. Pero
SARMIENTO VOLTERIANO, imbuido del odio que animaba y anima a los masones contra
la Iglesia, prosigue encarnizadamente, desnaturalizando los fines y propósitos
del sacerdocio y dice: “¿Cuántos
sacerdotes se necesitan para una población de poco más de un millón de
habitantes? ¿Puede ser limitado su número? ¿Por qué el sacerdocio no es más hoy
en nuestras sociedades, que una profesión, un medio de vivir útilmente para
quien lo ejerce en la sociedad?
Esta
actitud de SARMIENTO respecto a la religión católica persiste durante toda su
vida y es el tema de infinidad de notas periodísticas que comienzan en CHILE,
su patria de adopción, y que continúan luego en los diarios argentinos.
“Hay, por ejemplo, el evidentemente eficaz “Slogan” para
su época, sobre la civilización y barbarie, (la civilización eran ellos, los
hombres de casaca negra, la barbarie eran los demás, aunque fueran cultos hidalgos
de provincias, como QUIROGA, PEÑALOZA, VARELA, NAZARANIO BENAVÍDEZ). Pero fue,
¿quién lo duda? Ese sub-título del “FACUNDO”, una bomba de tiempo puesta a la
sociedad argentina”. (Revista del Instituto de
Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, Buenos Aires, segundo semestre,
“Sarmiento y sus Mitos por RAMÓN DOLL, p. 57-60).
5) No solamente contra los clérigos arremetía SARMIENTO en los
periódicos, su irreverancia llenaba todo el ámbito religioso. En el “Mercurio” de ese mismo año 1842 apareció un artículo
intitulado: “Las Hermanas de Caridad”.
Aprovecha entonces para elogiar al protestantismo y las revoluciones liberales.
El vocablo civilización que utilizó para
colocarlo como antagonista de la tradición nacional, para contraponerlo al
gaucho, al caudillo, al hombre de nuestras pampas, lo utiliza en esa
oportunidad contra el catolicismo. En el “Facundo”
utilizó: “Civilización o barbarie”. Aquí
aparece con otro lema: “civilización o
catolicismo”. Efectivamente, enfrenta estos conceptos como antagónicos,
como enemigos, como verdaderamente opuestos, antípodas. Y así nos dice: “La civilización parece mostrarse hostil a
las casas monásticas, y los hombres que creen que las sociedades pueden
retrogradar o detenerse, se han imaginado que el mal no está en las necesidades
de la época, sino en el espíritu innovador de los que llaman filósofos. A esto
podría preguntarse, admitiendo su hipótesis: ¿Por qué existen ahora estas
ideas, y no han existido durante larga serie de siglos en que los conventos han
existido sin obstáculo? ¿Por qué existen se manifiesta en todas partes esta
misma prevención? ¿Por qué cada día ejercen estas casas menos influencia en la
Sociedad? ¿Por qué los hombres mismos que ponen su hombro para que no caigan
estos edificios que amenazan ruina, no hacen tomar a sus hijos el hábito? ¿Por
qué escasean las fundaciones pías que en otro tiempo acumulaban tesoros para su
esplendor y mantenimiento? ¿Por qué son vencidos a la larga donde quiera que su
supresión se ha intentado realizar? ¿Por qué necesitan apoyarse en la autoridad
para resistir?
Esta
persecución anticatólica que encontramos a través de la lectura de los escritos
de SARMIENTO y que llena muchas páginas de los cincuenta y dos tomos de sus
obras completas (¡52!), tiene caracteres inverosímiles, que revelan un estado
paranoico que avanza a medida que aumenta su edad. Para SARMIENTO LAS
REVOLUCIONES LIBERALES, CON SUS ESTRAGOS Y MATANZAS, constituyen la reacción de
la civilización contra el pensamiento obscurantista representado por el
catolicismo. Lo dice en sendos artículos publicados en las entregas del diario:
“El Progreso”, de los días 10 y 11 de
marzo de 1843. La diatriba en cuestión está dirigida contra “La Revista Católica”, que aparecía
entonces en Santiago de Chile, e incita a los católicos a plegarse al
librepensamiento, no resistir más las corrientes foráneas que van minando la
tradición. Es como una obsesión sarmientina el elogio continuo e inveterado al
progresismo industrial de las naciones protestantistas, desde según sus
convicciones está la mayor gloria de Dios, y agrega: “Por eso desearíamos que nuestro clero conociese profundamente la
historia profana de las épocas modernas, y el espíritu, marcha y tendencias del
siglo en que vive. Por falta de este conocimiento puede incurrir en el grave
error de darnos una sexta, décima o vigésima edición de las resistencias
inútiles que en todas partes y en épocas diversas, ha hecho a las ideas del
siglo, resistiendo a las reformas o
instituciones que la opinión exige, y suscitando contra la parte pensadora de
la sociedad, las preocupaciones populares, que al principio corresponden al
llamamiento, pero que al fin se vuelven en verdugo del mismo clero. Desearíamos
que el clero se convenciese de que la CIVILIZACIÓN es una misma en todas
partes de que los intereses de PARTIDO son unos mismos, y que lo que ha sucedido en EUROPA en diversas épocas,
es un mismo hecho, cuyo resultado es fatal y necesario; y que este hecho con
todos sus incidentes se ha de reproducir entre nosotros, siempre que se
suscitan resistencias desacordadas”.
El odio
sistemático contra las manifestaciones de carácter religioso se convierte en
una manía. ESPAÑA y su clero vuelve a ser víctima de los dicterios más agudos,
habla de la intolerancia de los españoles, pero su propia intolerancia raya a
alturas desconocidas- Es un intemperante sin fiscalización, pero esta
intemperancia está animada por pasiones tremendas, que denotan una naturaleza
sensual que no sabe detener sus impulsos. En el diario “El Progreso”, en 15 de marzo de 1843, escribe: “El proyecto de procesiones de semana santa,
es pues, un verdadero anacronismo sin resultado, y sin otra importancia que una
mascarada religiosa”. En el mismo periódico, en 28 de agosto de 1844,
escribe: “La verdad es que la España,
después de trescientos años de haber llevado una mordaza en la boca, de haberse
gozado brutalmente en ahogar toda manifestación que contrariase las ideas
dominantes, ha demostrado con los horrores y las atrocidades cometidas contra
el sacerdocio, que no se contraría impunemente la marcha del espíritu humano, y
que la intolerancia armada tiene también su día de castigo ejemplar y de
expiación de sus delitos”.
Este
Jacobino enardecido, entregado a todos los elementos de su furia temperamental,
que puso a precio la cabeza de RAFAEL
HERNÁNDEZ, que logró para su satisfacción personal la de PEÑALOZA, que ansiaba el
aniquilamiento del gaucho, para traer inmigrantes de los países protestantes,
que bregó en CHILE contra su patria y que iba a tener en el normalismo, el baluarte del
despotismo ideológico donde se fraguó el laicismo ateo, la falsificación de la
historia nacional y se enalteció el libro más anti-argentino, surgido de su
pluma, construido sobre la base de las mayores inexactitudes, ha conseguido
triunfar parcialmente sobre las ruinas de la verdadera tradición argentina que
hoy resurge patrióticamente.
“Pero SARMIENTO ha sido aleccionado por VÉLEZ. “Si la
masonería ha sido instituida para destruir el culto católico, desde ahora
declaro que yo no soy masón”, empieza con desconcierto de muchos y termina:
“Hechas estas manifestaciones para que no se crea disimulo mis creencias tengo
el deber de anunciar a mis hermanos -tres puntos- que de hoy en adelante me considero
desligado de toda práctica o sujeción a estas sociedades. (A SARMIENTO no se lo tenía por católico, pese
a algunos catecismos cuando fue director de Escuelas en Chile y Buenos Aires, y
ciertas actitudes para congraciarse con el clero. Pero la Constitución
Nacional exigía la condición de católico para ser presidente). José María
Rosa, Historia Argentina, t. 7, p. 236.
6) El mismo SARMIENTO dechado de infinita vanidad en el folleto que
escribió atacando a su ex ministro AVELLANEDA y que intitulaba: “La escuela sin la religión de mi mujer”
se jactaba con estas palabras de su victoria: “Nos admira la veneración que ya tienen nuestros hijos por los Padres de
la Patria, que la constituyeron en nación en 1853, pues ya tenemos los hombres
de la leyenda y del mito popular”. Esta confesión pública de la soberbia
sarmientina nos revelaría de todo comentario si no existiera algo de verdad y mucha
falsedad en sus aseveraciones. En realidad, hay una leyenda sarmientina
fraudulenta y ya en plena decadencia y también supervive el mito de SARMIENTO
que no es precisamente un mito popular; es el mito de la instrucción, del
progresismo y del laicismo que fue impuesto por los gobiernos liberales y
masones. Es el mito anti-católico que hoy defienden los epígonos del
liberalismo y del marxismo unidos por un mismo quehacer y tarea análoga en el
campo político y social.
“Al famoso predicador y teólogo ilustre, rector de la
universidad de Córdoba, PEDRO IGNACIO DE CASTRO BARROS, presidente del congreso
de Tucumán, secretario de Estado y diputado nacional en los tres congresos
patrios de 1813, 1816 y 1825, lo trató de “fanático, ambicioso, majadero,
insano e hipócrita”, porque condenó el liberalismo y defendió a los jesuitas. Y
al año siguiente sostenía, como Gran Maestre de la masonería, que bastaba el
simple deísmo profesar la creencia en el Gran Arquitecto del Universo y en la
inmortalidad del alma”. Revista Masónica Verbum,
discurso de 1882. Héctor D. Daliadiras, “Algo más sobre SARMIENTO”, Editorial
Nuevo Orden, Huemul, Bs As. 1965, p. 158.
7) El odio al catolicismo estuvo unido al odio a España. A través de su
labor periodística advertimos cómo esta nube rencorosa de denuestos, calumnias
y digresiones VOLTERIANAS contra la religiosidad española, crece y recoge
cuanto detritus encuentra a su paso. No hay nada original en ese ataque sin tregua,
pero la blasfemia es continua. Veamos algunos. En “El Progreso”-diario del 23 de agosto de 1844. Escribe: “La España agriada por la lucha con los
mahometanos, se hizo intratable en materia de creencias religiosas; porque para
ella la patria, la familia, la nacionalidad, la libertad, el idioma, estaban
representados en su creencia religiosa.
La cruz y la media luna lucharon palmo a
palmo por la posesión de la España; si el islamismo triunfaba, los españoles de
raza eran esclavos, expatriados, desnacionalizados. Cuando la España salvó de
este peligro, la intolerancia quedó no obstante, en la médula de los huesos de
todo el pueblo. La reforma no hizo más que irritar esta inveterada llaga, y si
la nación en masa lo esperó armada de hogueras, tormentos, confiscaciones,
delaciones y persecuciones espantosas. Nada reservó de entre sus más vitales
intereses, que no sacrificase a la pasión que la dominaba. Con la expulsión de
los moros perdió su industria y su agricultura, con la de los judíos, su dinero
y su comercio, con la inquisición armó a sus reyes del despotismo más absoluto,
dándoles derecho de penetrar a toda hora con el Santo Oficio en el hogar
doméstico, destruyendo así todas las garantías que resguarden al ciudadano y
como si sacrificios tan grandes no le pareciesen aún bastantes, no quiso
cultivar las ciencias, por miedo de errar; y mientras que la Europa se
enriquecía, se civilizaba y se hacía libre, la España continuaba remachando sus
cadenas y retardándose indefinidamente en la carrera de la industria y de la
libertad. Recién hoy la vemos moviéndose y trabajando, no con el sudor de su
frente, sino con la sangre de sus venas, por reparar los males que se hizo con
su funesta ceguedad”. SARMIENTO que era el hombre más intolerante de
su tiempo señala como intolerante a España y recoge todas las falseadas que el
protestantismo difundió durante dos centurias. No es exacto lo que dice de
moros y judíos ni tampoco lo que afirma sobre el Santo Oficio. La intolerancia
fue general en Europa durante los siglos XVI y XVII, pero los más intolerantes,
los ejecutores de las grandes matanzas, de las grandes confiscaciones fueron
sin lugar a dudas las sectas protestantes, acuciados por la rapiña de los
nuevos propietarios. SARMIENTO, como los detractores malévolos ignoró el
sentido y la obra del tribunal de la Inquisición e ignoró la obra maravillosa
de la contrarreforma en su lucha por la conservación de la fe. Por eso
SARMIENTO, como discípulo de VOLTAIRE,
se ensaña en su diatriba contra los jesuitas sobre la base de una información
falsa y del odio nacido con el fermento de pasiones groseras.
“CÓRDOBA OSCURANTISTA. Sarmiento, además, tuvo un
gesto especial en infamar a Córdoba, REDUCTO DEL OSCURANTISMO HISPANO, según
él. En “El Nacional” del 6 de marzo de 1883, escribía: “LA RELIGIOSA CÓRDOBA,
JESUITA Y MEDIEVAL, ES LA PROVINCIA MÁS ATRASADA Y MÁS IGNORANTE, COMO
RESULTADO DE TRES SIGLOS DE EDUCACIÓN JESUÍTICA, FRANCISCANA Y CONVENTUAL.
Ignorancia disimulada bajo capuchones de frailes y borlas doctorales”. Sarmiento, Obras Completas, Tomo XLVIII, pp- 210. 211.
8) El SENTIDO MATERIALISTA DE LA VIDA, EL ODIO A LA POBREZA Y EL ELOGIO
DE LA RIQUEZA ES CONSTANTE EN SARMIENTO que es el irreligioso por antonomasia.
Por eso se comprende su rencor a ESPAÑA. En Buenos Aires, después de CASEROS,
continuo su antigua prédica ANTIESPAÑOLA y ANTICRISTIANA. El 11 de enero de
1858 escribe en El Nacional, un
artículo que sigue su leit-motiv
y donde incluye también a ITALIA entre los países despreciables: “Tienen aquellos países que habérselas,
no ya con preocupaciones hostiles a todo progreso y a toda libertad, sino con organizaciones e influencias
sacerdotales, que pretenden conservar el poder político que tan
infructuosamente para la religión y la moral cristiana misma, habían ejercido
durante siglos. Los que confunden la
religión con la jerarquía eclesiástica, y un personal organizado para enseñar
moral, como si la moral fuese ajena a las sociedades mismas, tienen que
convenir lo que ese sistema de administración religiosa ha producido la
ignorancia, la degradación moral y la pobreza común en ITALIA y ESPAÑA a las
clases de la sociedad que tan estado más inmediatamente bajo su influencia, o
que si la inmoralidad se ha producido o perpetuado durante siglos por causas
extrañas, esa influencia jerárquica es importante para curar males que no
pueden atribuirse a errores de la filosofía del siglo XVIII que son posteriores
a la pobreza, ignorancia e inmoralidad de que han sido presa la ESPAÑA y la
ITALIA durante siglos y de que se esfuerzan por librarse hoy”. Con un desparpajo detonante SARMIENTO enjuicia
a la religión y a sus ministros, y reduce a la nada siglos enteros de cultura,
de dos de las naciones más cultas del globo. Esta irresponsabilidad, esta
improvisación que sólo puede ser dictada por la ignorancia de la materia de que
se trata, la encontramos en el decurso de toda la producción sarmientina. Los 52
tomos de sus obras completas son un venero de esta prosa, donde la audacia convierte
en grotesco lo que quiere ser polémica, y que no es sino, una agresión
deliberada contra países, la Iglesia Católica y hombres representivos de la más
elevada espiritualidad.
En esta campaña DE TODA SU VIDA contra el catolicismo y España, SARMIENTO ataca
todas las épocas DE LA GRAN CULTURA CRISTIANA, aquéllas donde el hombre logró
su mayor nivel espiritual. No se detiene nunca ante la mentira o la
calumnia, para ello usa todos los proyectiles que se le vienen a mano. ES EL
GUERRILLERO PUERIL Y ELEMENTAL QUE DESCRIBE EN “RECUERDOS DE PROVINCIA” que atropella y hiere a pedradas, a todo
aquel que se le aproxima. El 15 de abril de 1844 expresa en el diario El Progreso, de Santiago de Chile; “…Nuestra
época tiene por fortuna otro espíritu y otra carácter; es menos sacerdotal,
pero mucho más cristiana, menos religiosa si se quiere, pero más moral y más
caritativa, es en fin lo que debe ser, lo que no está en su mano CAMBIAR”.
Ya sabemos que SARMIENTO plagia a VOLTAIRE,
y que siente una dilección de apóstata, al injuriar a la orden de SAN IGNACIO. Por eso en El Progreso del 7 de agosto de
1844, intitulado: “Los jesuitas”,
dice: “Perseguidor ha sido el
catolicismo, hasta nuestros días, en los que a fuerza de sangre y revoluciones
se le ha quitado los medios de DAÑAR”. Y después, astuto e irónico a la
vez, nos habla del creador de la COMPAÑÍA y de su obra como un enemigo de la
fe, que recoge la consabida LEYENDA NEGRA que se ha tejido contra los JESUITAS.
He aquí algunos parágrafos del artículo en cuestión: “UN CAPITÁN ESPAÑOL LLAMADO D. IGNACIO de LOYOLA, dejó el servicio
militar después de haber sido herido en un sitio en Pamplona y formó una
asociación de sacerdotes llamada COMPAÑÍA de JESÚS.
El genio de este piadoso varón comprendió bien la situación del
catolicismo y realizó desde luego la idea de ASOCIACIÓN más vasta, más
profundamente calculada, que concibió jamás cerebro humano. Acaso dio a su arma
temple más subido que el necesitaba el objeto especial a que la destinada;
acaso la fragilidad humana que degenera las cosas más santas y puras se produjo
como la cizaña entre la buena simiente, aprovechando para fines mundanos lo que
había concebido para conseguir objetos más altos: lo que hay de cierto es que
cuando se hubo desenvuelto esta RED que cubría la sociedad cristiana entera,
los soberanos se creyeron como cogidos en ella y aprisionados en sus tronos, en
los que no podían moverse ya, sin el permiso de la orden cuyos progresos habían
ellos mismos fomentado; y los reyes, los déspotas absolutos, los dueños de
vidas y haciendas, se vieron forzados a conspirar y concentrarse en medio de
las tinieblas y rodeados del misterio, como los débiles y los oprimidos, para
romper de un golpe y en todos los puntos las cadenas que los oprimían”.
Hay escritos
de SARMIENTO donde se observa el agravio calculado, la tergiversación de los
hechos y de los personajes, todo está estudiado para herir mejor, para
calumniar con eficacia. Cuando se refiere a los jesuitas habla como si hablara
de una asociación creada para el mal, para tiranizar a la especie humana, para
dirigir a los hombres hacia la inmortalidad. Es el lenguaje de la propaganda
masónica de ese tiempo.
Es el
estupor que sentía GOYENA cuando
leía las barbaridades que escribía SARMIENTO, en las que se presenta como un
hombre inculto e irrespetuoso de los valores del espíritu, y no podía
comprender, la consideración extraordinaria que le dispensaban algunos de sus
contemporáneos. En una nota editorial del diario EL PROGRESO, de CHILE, que es de comicidad simiesca: “…Creemos que lo precede bastaría para
probar que si conduce a algo que los sacerdotes sean célibes, el gobierno debe
poner coto a la multiplicación del sacerdocio a no ser que se diga que dos y
tres no son cinco o que el celibato de los clérigos no disminuye la población,
lo que a cierto, probaría que el celibato ES A MÁS DE INÚTIL, PERJUDICIAL, Y UN
SEMILLERO DE CORRUPCIÓN”.
“CÓRDOBA OSCURANTISTA: SARMIENTO tuvo un gesto
especial en infamar a Córdoba, reducto del oscurantismo hispano, según él. En
EL NACIONAL del 6 de marzo de 1883, escribía: “La religiosa Córdoba, jesuita y
medieval, es la provincia más atrasada y más ignorante, como resultado de tres
siglos de educación jesuítica, franciscana y conventual. Ignorancia disimulada
bajo capuchones de frailes y borlas doctorales”. Sarmiento, Obras Completas, Tomo XLVIII, pp. 210, 211.
9) En su afán de dar
vuelta a las cosas, de trabucar la verdad, de explicarlo todo de acuerdo a una
conveniencia personal, llega hasta lo ridículo. En un artículo denominado: “LA ROMERÍA A LUJÁN” se burla con frases
repugnantes de los milagros y ansiosamente propende a sacar la religión de
todas partes. Del Estado argentino y de la enseñanza pública. En un discurso de
11 de mayo de 1860, ataca y consigue triunfar sobre un proyecto de FÉLIX FRÍAS que decía: “LA RELIGIÓN CATÓLICA, APOSTÓLICA,
ROMANA ES LA RELIGIÓN DE LA REPÚBLICA ARGENTINA CUYO GOBIERNO COSTEA SU CULTO.
EL GOBIERNO LE DEBE LA MÁS EFICAZ PROTECCIÓN Y SUS HABITANTES EL MAYOR RESPETO
Y LA MÁS PROFUNDA VENERACIÓN”. Durante la época de JUAN MANUEL DE ROSAS
el Estado era católico y FRÍAS y los católicos anhelaban esta continuidad que
era la de la TRADICIÓN NACIONAL del país, pero SARMIENTO, como había hecho en
la provincia de Buenos Aires, la reduce a la fórmula constitucional actual. Es
siempre el enemigo del catolicismo, que en esa oportunidad proclama: “LA LIBERTAD de la CONCIENCIA es la base de todas las otras libertades, la base de la sociedad y de la
religión misma. Donde no hay libertad de conciencia, donde la religión fue una tiranía, como en España y
aquí, entonces el sacerdote dice: es inútil para los niños el estudio de su
propia religión, porque los niños nacen y mueren católicos, so pena de ser
quemados vivos”. A la irreverencia une el sarcasmo, a la blasfemia la irrespetuosidad
sistemática. SARMIENTO hiere los sentimientos más nobles del pueblo argentino. En
1883, cuando se discutía la implantación de la LEY 1420, SARMIENTO FUE EL
PALADÍN DE LA ENSEÑANZA ATEA. Sus
discursos marchan al mismo compás que los WILDE y LEGUIZAMÓN. Pero él, como
alto grado de la masonería, es oído en todos cenáculos liberales y triunfa el
proyecto que anula la CONCIENCIA ARGENTINA. En “UNIÓN”, GOYENA, LAMARCA, ACHÁVAL y ESTRADA que levantan el último
baluarte del catolicismo conocen bien a SARMIENTO y dicen de él que ES EL
EGOÍSMO UNIDO A LA GROSERÍA, “SU CRITERIO
ES SU APETITO, Y SU APETITO ES DESORDENADO, HASTA INSPIRAR NÁUSEAS”.
Sarmiento
en el “EL NACIONAL”-diario del 19 de febrero de 1883, ataca a GOYENA y lo
compara FELIPE II, a quien
llama asesino. En una prosa tabernaria, con un lenguaje de hampón, sigue con su
antigua e inveterada manía de su antiespañolismo. SARMIENTO fue siempre el
enemigo implacable del catolicismo, el admirador de RENÁN y de todos los
apóstatas. Por eso se hizo MASÓN desde muy joven. Por intermedio de los
HERMANOS TRES PUNTOS consiguió el poder y desde allí pudo consumar su obra
empezada varias décadas antes.
*HASTA 1885 fue GRAN MAESTRE DE LA MASONERÍA y en 1888
murió como había vivido, sin auxilios espirituales. Supo dar a su vida una dirección siempre continuada en
su afán de satisfacer sus grandes vanidades y egoísmos. El cumplió con la
masonería y los masones cumplieron con él. Su apostasía corrió pareja con su irresponsabilidad
al juzgar hombres y países, su irreverencia era el producto de una falta de
sensibilidad por las cosas del espíritu. Careció del don de la POESÍA por eso
siempre era materialista, nunca idealizó y cayó en SUS ESCRITOS en galimatías,
en concepciones grotescas. Como decía GOYENA
en “La Unión”, nunca fue serio
y sensato. Se adivinaba en él la burla grosera del juglar que quiere divertir a
su público con sus difamaciones a Países y reyes. POR ESO EL MISMO GOYENA DECÍA QUE CUANDO ESCRIBÍA O HABLABA, LUCÍA
CASCABELES, LLEVABA PANDERATA Y HACÍA CABRIOLAS.*
*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO
PAMPERO Cordubensis *Nº 449
INSTITUTO
EREMITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía y del Tucumán, el 6 de junio del
Año del Señor de 2012. Fiesta de SAN NORBERTO , Obispo y Confesor. Sopla el Pampero. ¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO
TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Ave María Purísima! Estudio realizado en base
de la revista de investigaciones históricas JUAN MANUEL DE ROSAS de Buenos
Aires, Argentina por ALFREDO TARRUELLA, “Sarmiento y la religión católica, a
través de sus escritos, nº 22, julio-diciembre 1960. ¡Hace 52 años! Pp.
129-140. ¡UNA GLORIA DEL REVISIONISMO HISTÓRICO ARGENTINO! Gspp*
MASONETIS posmodernos felices pero sin saber que la MANO DIVINA les caerá encima en el momento FINAL dado.
ResponderEliminarDIOS NO PERDONE A LOS DEMOLEDORES ROMAE.
http://kaoshispano.blogspot.com.es/2014/12/la-mafiada-vaticanal-no-permite-ni-un.html