1917
– 7 de noviembre – 2010 - A noventa y tres años de la Revolución Bolchevique
Editó:
Lic. Gabriel Pautasso
*EL
MARXISMO EN RUSIA*
A PESAR
de que MARX había sido conocido muy temprano en Rusia (BAKUNIN tradujo el
Manifiesto Comunista en 1862 y en 1872 apareció la primera versión rusa de “El
Capital”) y aunque se mostró por sí mismo tan interesado por Rusia que aprendió
su idioma y estudió atentamente todos los problemas que atañían a esa nación,
fue en el año de su muerte (1883) cuando tuvo la fundación de un partido
socialdemócrata ruso bajo la jefatura de PLECHANOV.
Con ello se integraron también los obreros en la gran fuerza revolucionaria,
hasta entonces constituida únicamente por los campesinos, trabajados ya
por nihilistas y los revolucionarios sociales. Pero el partido de PLECHANOV
permaneció largo tiempo en un plano muy humilde. Sólo el año del cólera y el
hambre (1891) y las huelgas cada vez más turbulentas que se sucedieron a partir
de 1893 hasta culminar en el gran alzamiento de las industrias textiles de San
Petersburgo en 1896, aceleraron la marcha ascendente del nuevo partido. En 1897
organizaron los obreros judíos una “Unión” socialdemócrata. Pero aun seguía
siendo tenazmente combatido el materialismo de MARX y de PLECHANOV,
especialmente por el propio partido bolchevique, “convertido” oportunamente por
orden de LENIN. En el año 1900 se habían dividido ya los socialdemócratas
rusos, exactamente igual que sus correligionarios occidentales, en ortodoxos y
revisionistas y éstos, con BULGAKOV a la cabeza, se pasaron en parte en
parte al campo contrario. Las mayores inteligencias militaban en su mayor parte
en las filas de los revolucionarios sociales, nuevamente fortalecidos, y en
las de los terroristas, que llevaron a cabo una larga serie de sangrientos
atentados en los primeros años del nuevo siglo.
Pero
cada vez se hacía más agobiante el problema sobre si era lícito matar, y en las propias filas socialistas cundía el
desaliento y la duda, que hacían presa en los espíritus más débiles y los
impulsaban a la desesperación y aun el suicidio. Estos escrúpulos fueron
borrados totalmente por el marxismo fanático, al colocar a las leyes
naturales por debajo de los hombres y de la acción revolucionaria, con lo que
pareció quedar relevado de toda responsabilidad moral. Este hecho, unido al materialismo
característico de todo el hecho marxista, es lo que determinó finalmente el
triunfo de esa ideología. En el Congreso marxista celebrado en Londres en 1903,
alcanzó LENIN la mayoría y desde entonces se llaman sus adeptos “bolcheviques”, de “bolsche”
(más), en contraposición a los “mencheviques”,
de “mensche” (menos).
LENIN logró afianzarse en la organización centralista, y desde ella comenzó
a preparar la revolución que debería dar paso a la dictadura del proletariado.
El primer intento fue hecho bajo su propia dirección en 1905-1906, pero
fracasó porque aun faltaba en sus filas una “tropa de choque” debidamente
constituida. A aquel período siguió otro, que bien se puede llamar
“parlamentario”, aunque el Parlamento ruso no fue tomado en serio por ningún
estamento social de la nación y no hizo más que aumentar el abismo que separaba
al pueblo ruso de sus dirigentes y a los partidos políticos entre sí. Así se
llegó al estallido de la Guerra Mundial
(1914-1918), que, como hemos visto ya, no sólo fue saludada con alborozo por
los generales y paneslavistas, sino también por los socialistas y sectas
pacifistas, aunque, naturalmente, desde puntos de vista completamente opuestos.
Las derrotas del ejército ruso en el frente de batalla y la inmensa corrupción
de la retaguardia terminaron por arrebatar el poder de las débiles manos de los
zares. Con ello alcanzó la guerra las metas soñadas por la masa y, por tanto,
adquirió para ella el sentido consiguiente.
De
haber comprendido ese hecho la intelectualidad rusa y el socialista KERENSKI,
y haber firmado inmediatamente la paz, hubiera quedado privado LENIN de
un arma efectiva y peligrosa y su juego habría sido más difícil. En vez de ello
se trato de diferir la petición de paz, bajo presión de las potencias de la ENTENTE
(Rusia-Inglaterra-Francia) e incluso se intentó pasar a la ofensiva en los
frentes donde más desastrosa había sido la catástrofe, intento que,
naturalmente, no hizo más que agravar la crisis. KERENSKI, que en sus
Memorias rechaza airado la acusación de un agente de la ENTENTE acerca de la paz
separada, explica su plan y hace público que sus propósitos fueron mantener a
RUSIA al lado de los Aliados (Inglaterra-Francia) hasta la intervención de
América, que él consideraba, con razón, inminente. Pero con ello no hizo más
que entregar RUSIA a los bolcheviques, que ganaron la partida con el lema: “Paz y tierra a los campesinos” y
se hicieron definitivamente dueños del ex imperio en noviembre de 1917.
*LENIN
(1870-1924)*
WLADIMIR ILICH ULIANOV-LENIN era originario de una familia pequeño-burguesa. Su hermano ALEJANDRO
fue juzgado en 1887 por tomar parte en una conjuración terrorista, y también LENIN
se mostró entusiasmado desde sus años de adolescente por las ideas
revolucionarias de MARX. Tras su primer tropiezo con las autoridades,
emigró al extranjero. En Alemania tuvo sus primeros contactos con los
socialdemócratas, entrevistándose en Ginebra Suiza con PLECHANOV. Laboró
intensamente en los círculos secretos y alcanzó pronto una posición preeminente
en ellos. Su parte en la gran huelga textil de San Petersburgo en 1896 le valió
ser condenado a tres años de reclusión de Siberia. En 1900 comenzó a publicar
en Munich un período revolucionario ruso, que procuraba pasar al otro de la
frontera, muchas veces con grave peligro de su vida. Tras su triunfo de 1903,
en Londres, cargó totalmente con la jefatura del partido y dirigió el
alzamiento de Moscú dos años más tarde. El fracaso le hizo huir nuevamente al
extranjero y en 1908, privado totalmente de medios de vida, pero sin
dejarse vencer por el desánimo, tuvo que volver los ojos a GORKI para
que le facilitara la publicación de un nuevo periódico y su envío a RUSIA.
Todos estos esfuerzos hallaron finalmente su premio y el partido fue ganando
terreno. En la cuarta Duma (parlamento)
se sentaron ya seis bolcheviques y siete mencheviques, separados por una
profunda enemistad. Al hacerse más intensa la amenaza de guerra, se trasladó LENIN
a Cracovia Polonia, donde vivió desde el verano de 1912 al mes de agosto de
1914. Hasta el último momento temió
que no estallara la guerra y sus escritos de aquella época califican una guerra
entre Austria y Rusia como “una cosa muy provechosa para la revolución (en toda
la Europa
oriental”. (V. MARCU,
Lenin, 30 jahre Russland (Treinta años de Rusia), Leipzig, 1927, p. 166).
Apenas
estallada la guerra, LENIN fue apresado por las autoridades austríacas,
pero pronto lo pusieron en libertad merced a la presión de los socialdemócratas
de la doble Monarquía Austria Hungría. Volvió a su refugio suizo y desde allí
lanzó enconados contra la II Internacional ,
a la que acusó de haberse plegado a la política guerrera de los gobiernos,
sacrificando su meta de la revolución mundial. Tras la abdicación del ZAR,
solicitó y logró del gobierno alemán
permiso para el tránsito en su viaje de regreso de la patria. PLECHANOV
había llegado a RUSIA algunos días antes, a bordo de un acorazado inglés,
mientras TROTZKI era arrestado por las autoridades inglesas en ruta
hacia América.
La
posición del gobierno provisional frente a LENIN, fue vacilante e
incluso contradictoria muchas veces. En julio de 1917 pareció que iba a oponer
toda su fuerza a los “SOVIETS DE
OBREROS y CAMPESINOS”, por el jefe bolchevique. Éste tuvo que huir momentáneamente,
para volver con más arrestos y desencadenar toda su violencia el 7 de
noviembre de 1917. Entre un mar de
sangre y lágrimas vengó la vieja condena de su hermana, en la terrible represión
contra las “clases rectoras” y estableció las primeras bases para la
consecución implacable y cruel del plan de “pan-destrucción” ideado por BAKUNIN.
Pero la muerte vino a interrumpir su obra y murió en la cumbre de su éxito el 21
de enero de 1924, siendo su cuerpo
embalsamado y depositado en el gigantesco mausoleo del Kremlin. (la momia de los bolches).
*El
BOLCHEVISMO*
El
bolchevismo es la tercera y mayor
revolución surgida de los eslavos, es decir, del proletariado campesino
eslavo. La ola bogomila, que llegó a
anegar hasta las fértiles tierras del Mediodía francés, fue seguida de la
revolución husita, que sacudió a
Europa en sus mismos cimientos. Finalmente ha sobrevenido el bolchevismo,
sacudiendo los fundamentos del mundo entero en una época crítica en que la
humanidad acababa de salir de una guerra devastadora y necesita de todas sus
fuerzas para iniciar la reconstrucción. No es, pues, ninguna maravilla que
hayan rebrotado las ideas quiliastas
entre los pueblos “civilizados”, pero no en su forma fanática o exegética, sino
como tesis científica basada en “La Decadencia de Occidente”, de OSWALD SPENGLER.
Se ha
reconocido hace mucho tiempo que el bolchevismo es algo más una demostración de
las utopías marxistas. El marxismo jugó en Rusia igual papel que la doctrina de
WICLEFF había jugado en Bohemia o los maniqueos en Bulgaria. Sancionó
con sus fórmulas científicas y sus teorías económicas los impulsos mucho menos
claros y por tanto más instintivos deseos del campesino ruso. Hemos
visto ya cómo coincidían socialistas y sectarios en su fe en el
advenimiento del Tercer Reino, convertido para los primeros en el futuro
Estado socialista. El marxismo fue acogido como una nueva religión y el partido comunista se organizó a
semejanza de una orden religiosa,
con las formas ascéticas de vida, que eran ya comunes desde mucho antes en los
sectarios y nihilistas. Pero en ello
iba incursa una equivocación, que si al principio ha servido para alargar la
existencia del bolchevismo, conducirá finalmente a su vencimiento.
El
campesino ruso saludó al bolchevismo con entusiasmo porque le daba lo que hasta
entonces le había faltado: paz y tierras. Pero con ello quedo satisfecho
su interés por el comunismo, y todos los intentos posteriores para
incorporarlos a una tarea común no han dado otra consecuencia que la
destrucción o el grave quebranto de la producción. Entre los obreros rusos, más desarraigados que los campesinos del suelo nativo y
difusores en su mayor parte, como “grupos de choque” del partido, de los nuevos
ideales, hizo presa un gran entusiasmo por el comunismo, pero tan sólo mientras
hubo algo que ganar o los mejores entre ellos estuvieron dispuestos a
sacrificarse en interés de la comunidad, inspirados por la vieja idea del
comunismo amoroso que alentaba desde los primeros tiempos cristianos. Y es que
el comunismo negativo sólo ha podido subsistir siempre a costa del comunismo
positivo.
El
problema de la madurez de RUSIA como Estado agrícola, para una dictadura del
proletariado, ocupó largo tiempo a lo más relevante de la intelectualidad
marxista. MARX hizo para RUSIA una excepción en su ley de la revolución como
consecuencia de la industrialización excesiva; pero LENIN pronto rechazó
aquellas teorías, aunque no por ello dejó de verse obligado a rectificar su
política respecto a los campesinos, y TROTZKI, con toda la oposición
izquierdista que sólo deseaba trabajar con el proletariado industrial, fue
condenado. STALIN inició el ensayo de comunistizar también al pueblo, de
acuerdo con la receta de BABEUF. El primer resultado fue la huída de los
colonos alemanes, uno de los
elementos más valiosos del agro ruso y que hasta entonces se habían inclinado
favorablemente hacia el comunismo, debido a su ascendencia menonita.
El segundo
fue el retraimiento de los campesinos, que habían creído ver en el colectivismo
marxista su universalismo y
que no pudieron disimular el desengaño al comprobar que los bolcheviques no
sólo rompían los ligazones de la familia y el matrimonio, sino que inmiscuían
también su mano pecadero en la
Naturaleza con la que hasta entonces se había sentido tan
ligado el campesino ruso. Es una contradicción insoluble la del sistema
marxista, que combate al individualismo al mismo tiempo que atomiza a la
sociedad mediante la destrucción de sus lazos naturales. ¿De dónde tenían que
extraer fuerzas las “comunidades” si sus fuentes naturales, el amor materno y
filial, eran destruidas con sistemático y diabólico refinamiento?
En
nombre de la lucha contra el individualismo arremetió LENIN contra Dios
y organizó una propaganda gigantesca para desarraigar del alma del pueblo ruso
el menor resto de fe en Dios. En su lugar entronizó el culto a la máquina, de la que puede decirse
sin metáfora que es adorada por los comunistas convencidos, cuyo ideal sigue
siendo la creación del hombre-máquina.
Con ello establece contacto la ideología comunista con el tan execrado
capitalismo, que ansía alcanzar la misma meta con el sistema taylorista,
demostrando así que ambos son hermanos gemelos, nacidos de una misma y única
mentalidad. La diferencia estriba tan sólo en que el capitalismo concede al menos a los hombres
esperanzas acerca de los beneficios a alcanzar con esa degradación, mientras el
comunismo exige renunciamiento al bienestar en aras de un futuro estado
paradisíaco en su pretendida sociedad sin clases ni desigualdades.
Puede
decirse, por tanto, sin temor a hipérbole, que el bolchevismo no aporta ninguna
idea al panorama espiritual de Occidente, sino que se limita a realizar o
intentar realizar el programa establecido ya por BABEUF. La FORMA
ESTATAL bolchevique no es más que un compromiso
contradictorio entre el centralismo marxista occidental y el sueño eslavo de
una federación de las comunidades campesinas. El derecho de elección se ha
convertido en una farsa, así como la anulación de la pena de muerte, que ha sido suplantada por el “castigo
superior” consistente en la “separación del alma y el cuerpo”. El Derecho, que
como descubrimiento de los “ricos” había sido odiado por todos los socialistas,
causa por la incendiaban con tanto gusto los Palacios de Justicia, ha sido
repuesto en “interés del proletariado”. No se ha llegado a la supresión del
dinero, pero se ha intervenido totalmente el comercio exterior y en parte el
interior, así como todos los “medios de producción” existentes en el territorio
nacional. El resultado ha sido que el obrero ruso disfruta de una posición
inferior y unos derechos menores a los de sus compañeros de clase en los países
capitalistas.
*NADA
CARACTERIZA MEJOR EL ESTADO ACTUAL DE RUSIA QUE LAS PALABRAS PROFÉTICAS QUE DOSTOIEWSKI
PUSO EN BOCA DE VERCHOWENSKI EN 1870-2010: 140 AÑOS, al ESCRIBIR SUS “ENDEMONIADOS”:
“TODO
ESTÁ ESCRITO EN SU CUADERNO (EL DEL COMUNISTA SCHIGALOV), TODO ES FRUTO DE SU ESPIONAJE
GENERAL. TODOS LOS MIEMBROS SE ESPÍAN LOS UNOS A LOS OTROS, PRESTOS A
DENUNCIARSE A LAS AUTORIDADES AL MENOR ASOMO DE TRAICIÓN…TODOS SON ESCLAVOS Y
TODOS SON IGUALES EN SU ESCLAVITUD. TIENEN LA
MUERTE EN LA
BOCA Y EN EL CORAZÓN Y ESTÁN PRESTOS A APLICARLA
SIEMPRE. Y POSEEN TAMBIÉN OTRA PALABRA MÁGICA: IGUALDAD. PARA IMPLANTARLA TIENEN PRIMERO QUE REBAJAR EL NIVEL DE LA ENSEÑANZA , DE LA CIENCIA Y DEL TALENTO. UN
ALTO NIVEL DE LA CIENCIA Y
DEL TALENTO SÓLO ES PRCTICABLE PARA LOS INTELIGENTES. ¡ABAJO CON LOS
INTELIGENTES! LAS INTELIGENCIAS PRIVILEGIADAS HAN LLEGADO A SER LAS
CORRUPTORAS, LAS DÉSPOTAS DE LA HUMANIDAD.
SE LES CONDENARÁ O SE LES DESTERRARÁ. A UN CICERON SE LE
SACARÁN LOS OJOS. A UN CICERON SE LE CORTARÁ LA LENGUA , A UN COPERNICO SE
LE SACARÁN LOS OJOS, A UN SHAKESPEARE SE LE LAPIDARÁ…¡ESTA ES LA DOCTRINA DE SCHIGALOV! LOS
ESCLAVOS TIENEN QUE SER IGUALES ENTRE SÍ…EN LA MANADA TIENE QUE HABER
IGUALDAD”.
*JOSEPH
LEO SEIFERT, Los
revolucionarios del mundo, De Bogomil a Lenin, a través de Hus. Luis de Caralt editor, Madrid, 1953, 360 p.*
DIARIO PAMPERO Cordubensis Nº 386 BIS
Córdoba de la Nueva Andalucía
Editó:
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
BUENO, DESPUES DE LEER ATENTAMENTE AL SR. ESCRITOR Y DETENIENDOME EN EN VARIAS OPORTUNIDADES, LAPIZ EN MANO PARA ASI DESARROLLAR MEJOR EL ENTENDIMIENTO, LLEGO A LA CONCLUSION DE QUE ESTE señor HA ESCRITO Y DESARROLLADO ESTE PENSAMIENTO, SOLO COMO PARTE DE SU PROPAGANGA NETAMENTE FASCISTA. ES MAS, HASTA SU LENGUAJE LO SEÑALA COMO TAL.
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