Editó: Lic. Gabriel Pautasso |
Los siglos XIV y XV, en ellos hace su aparición un conjunto de hechos que contribuyen a dotarla de su carácter específico. Entre éstos destaca uno: la lucha que hoy diríamos de clases. Materializada a lo largo de casi doscientos años por una cadena de huelgas, revueltas, luchas sociales y repetidas insurrecciones.
En la creciente complejidad de organización en las industrias modernas, una crisis económica o una revuelta social de hoy, afecta a millones de personas y familias tanto productores como accionistas; en cambio, en una edad en que la máquina y el capital se empezaban a dibujar, el mismo fenómeno no producía sino trastornos infinitamente menores. SI A ESTO AÑADIMOS QUE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LA EDAD MEDIA POSEEN UNA ESTRUCTURA Y UNA MOTIVACIÓN Y JUSTIFICACIÓN RELIGIOSAS, QUE A PARTIR DEL SIGLO XVIII, NO SÓLO SE PIERDE, SINO QUE DESECHA OSTENTIBLEMENTE Y HASTA SE COMBATE EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS. NO HA DE EXTRAÑARNOS QUE SOCIÓLOGOS E HISTORIADORES, DESLUMBRADOS POR LA PRÓXIMA GRAVEDAD DE LAS PERTURBACIONES INDUSTRIALES DEL POSTMODERNISMO, SE OLVIDARON DE LOS HECHOS QUE AHORA VAMOS A ESTUDIAR.
Nos referimos aquí al capitalismo industrial, ya que en la Edad Media existieron, sin lugar a dudas, los capitalismos comercial y financiero: ENRIQUE BAGUÉ, Edad Media. Diez siglos de civilización. Luis Miracle, Editor, Barcelona, 1942; Cardenal HERGENRÓTHER, Compendio de la Historia de la Iglesia , Tomo II, Madrid, s. fecha; ALFRED VON MARTIN, Sociología del Renacimiento, F.C.E. México, 1963; ALFRED VON MARTIN, Sociología de la cultura medieval, I.E.P. Madrid, 1979; HENRI PIRENNE, Historia Economía y Social de la Edad Media , F. C. E, 9ª edición, 1963; HENRI SEE, Origen y Evolución del Capitalismo Moderno. F. C. E. México, 1939; HENRI SEE, Orígenes del capitalismo moderno, F. C. E. México, 1961; JOSEPF LEO SEIFERT, Los revolucionarios del mundo. De BOGOMIL A LENIN A TRAVÉS DE HUS. Luis de CARALT Editor, Barcelona, 1953; WERNER SOMBART, Lujo y Capitalismo, Madrid, 1928: WERNER SOMBART, Los Judíos y la vida económica. Ediciones Cuatro Espadas, Buenos Aires, 1981; y, en forma especial, de MANUEL JORGE ARAGONESES, “Los movimientos y luchas sociales en la Baja Edad Media”, Madrid, 1949. Del Patronato de Historia Social de España del “Instituto “BALMES” de Sociología del Consejo Superior de Investigación Científicas, con un aporte de 151 páginas. Registrado por DIARIO PAMPERO en su biblioteca CLEMENTE XIV, Hasta aquí una introducción bibliográfica.
El carácter de la lucha social en el campo y la ciudad se basaba en la obtención de reivindicaciones materiales, de mejoras de vida es, en el fondo, el denominador común de estos conflictos del bajo Medievo, aquel fin se persigue de distas formas, producto a su vez de múltiples FACTORES, que dan a los hechos de cada época y cada región fisonomía propia.
En cuanto del Carácter de los Movimientos Urbanos, se debe destacar, en primer lugar, la complejidad de una lucha en la que interviene la ciudad como núcleo vivo; complejidad que se manifiesta en la diversidad de los grupos contendientes, en sus distintos fines y en su crecido número.
Luchan los gremios contra el patriciado para alcanzar el gobierno municipal. Con ello se benefician de las extensas prerrogativas que posee la autoridad urbana para aligerar las cargas fiscales y militares – volcadas preferentemente por la burguesía sobre las gentes de oficio – e impiden, a la vez, que capitalistas y altos burgueses reglamenten a su gusto las condiciones de trabajo. El alzamiento contra el patriciado se lleva a cabo, preferentemente, en las ciudades que cuentan con una industria de exportación, y, por tanto, con abundantes asalariados para sostenerla, en quienes repercuten injusticias que se muestran dispuestos a tolerar. SU NÚMERO LES DA LA FUERZA. Caminando ya las clases populares por la vía revolucionaria no se contentan, dice BOISSONNADE, con reivindicar la igualdad y la justicia en la administración comunal, sino que alimentan, más de una vez, el sueño de un gobierno sindicalista, de un dominio de clase, de una dictadura de proletariado ejercida en su favor y en oposición a las otras categorías sociales. De estos disturbios se libraron aquellas ciudades en donde la clase dirigente estuvo sometida a constante y pacífica renovación o en las que sus gobernantes desplegaron cuidadosa solicitud para las necesidades de las otras clases. Es el caso de las ciudades de la Gansa teutónica, es el de las villas ingleses y es también de Venecia, de la que CARLOS DIEHL ha podido decir que “a partir del siglo XIV no había un solo veneciano que no tuviera algo; y todos encontraban un empleo remunerador para su actividad. NO EXISTÍA EL PROLETARIADO; LAS CRISIS SOCIALES ERAN DESCONOCIDAS; LA OLIGARQUÍA , CON UNA MEZCLA INTELIGENTE DE PRIVILEGIOS Y ATENCIÓN, HABÍA SABIDO OFRECER A TODOS LOS QUE NO ERAN NOBLES AMPLIA Y CUMPLIDA COMPENSACIÓN EN EL TERRENO ECONÓMICO”.
(CARLOS DIEHL: Una república de patricios. VENECIA. Madrid, 1943, p. 80-81).
Dentro estrictamente de la función laboral, los gremios miran con recelo la actuación de los grandes empresarios capitalistas ya que su calidad de extranjeros – los hanseáticos en FLANDES y los flamencos en ITALIA – los hacen escapar a una legislación hecha sólo para burgueses y, a su vez, estos magnates de la industria textil no se pueden sujetar, sin correr el riesgo de una ruina inmediata, a las reglamentaciones gremiales, tan limitadas para el volumen de una industria que vive de exportaciones e importaciones en grandes masas. (H. PIRENNE: Historia económica y social de la Edad Media. México, p. 209).
Frente a compagnonnages, confraternitates, Brüderschaften y Gesellenverbande, unidas entre sí por el apoyo mutuo y aludiendo ha podido BOUSSONNADE hablar de algo así como de INTERNACIONAL, los maestros mantienen su posición con alianzas que procuran extender también fuera del recinto ciudadano. Así, en el año 1383, los herreros de Maguncia, Worms, Spìra, Francfort,Aschaffenbourg, Krenznach, Oppenheim y Bingen conciertan una alianza contra los KNECHTEN de sus respectivos oficios que empezaban a dar muestra de agitación. (H. PIRENNE, op. Cit, p. 206.
El ingrediente político enmascara, generalmente, las posiciones de los distintos al establecer una doble y recíproca corriente entre éstos y aquél. En efecto, los poderes estatales, siempre deseosos de reafirmar su dominio sobre la ciudad, intervienen en la lucha social a favor o en contra de determinado grupo contendiente, según convenga a las necesidades de su política; pero, a su vez, la clase protegida o atacada se vale de esta protección o de este ataque para obtener cómodamente ventajas económicas y sociales.
GINO ARIAS dice que la ciudad es en la Edad Media uno de los núcleos primordiales en que debe ejercer la soberanía el poder superior, si quiere gozar de prestigio y solidez, y ello por la inveterada posición de aquélla frente a la nobleza, que la hace pieza muy importante en el ataque contra el poder señorial. La estructura económica, genuinamente URBANA, del otoño medieval, obliga, por otra parte, a monarcas y Estados a depender de la ciudad.
EDITÓ-, gabrielsppautasso@yahoo.com.ar DIARIO PAMPERO Cordubensis. INSTITUTO EMERITA URBANUS. Córdoba de la Nueva Andalucía , 19 de mayo del Año del Señor de 2010. SAN PEDRO CELESTINO Papa y Confesor y SANTA PUDENCIANA. SOPLA EL PAMPERO. ¡VIVA LA PATRIA ! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! Gratias agamus Domino DEO nostro. gspp.
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