domingo, agosto 23, 2009

El siniestro iniciador de la guerra química

El gabinete del Doctor Fritz Haber
Premio Nóbel en 1918 por la síntesis del amoníaco y sus aplicaciones a la agricultura, se conoce que fue también el siniestro iniciador de la guerra química.


POCAS VECES, LOS QUÍMICOS DEPLORAN LA MALA IMAGEN DE SU CIENCIA. REMONTÁNDOSE EN SU HISTORIA, ENCUENTRAN INEVITABLEMENTE LA FIGURA DE ESTE DOCTOR JEKYLL Y MISTER HYDE DE LA QUÍMICA QUE ES FRITZ HABER. (Dgo 10 de agosto de de 1997, E14,15 A y L, recensión).

HABER. Químico alemán nacido en 1868, es célebre por haber conseguido la síntesis del amoníaco a partir del nitrógeno del aire. Con ello, abrió el camino a la utilización de los abonos nitrogenados que han hecho aumentar la producción agrícola mundial de manera espectacular. Pero también es tristemente célebre por haber introducido los gases asfixiantes durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), casi en su centenario mundial.

Fue un hombre desmesurado en todos los sentidos de ese calificativo. Las fotografías lo muestran sobrepasando en estatura al menos una cabeza a todo el mundo, erguido y orgulloso, vestido pomposamente con quevedos, cuello de pajarita y el aire condescendiente de un mandarín dominador del personal de su laboratorio. Poco después de abril de 1933, cuando el nacionalsocialismo le revelaron de todas las funciones oficiales porque era JUDÍO, HABER confió a un amigo: “He sido alemán hasta un extremo tal que hasta hoy no me he dado cuenta de ello”. Se describió a CHAIM WEISMANN como uno de los hombres más poderosos de Alemania. “Yo era más que un gran jefe militar, más que un capitán de industria. Yo era el fundador de las grandes industrias. Mi obra ha abierto el camino a la gran expansión militar e industrial de Alemania. Tenía abierto todas las puertas”.

La biografía detallada de HABER, escrita por DIETRICH STOLTZENBERG, lo demuestra con toda claridad: intensidad de su dedicación a la gloria del Reich del Emperador de Alemania y de BISMARCK, el canciller de Hierro, es difícil de imaginar para las generaciones actuales. Dotado de una inteligencia superior y de una gran cultura, HABER estaba movido por una ambición desmesurada, servida por cierta ausencia de humanidad.

Ya en la escuela, la química había fascinado a HABER. Como era costumbre en Alemania, estudió en varias universidades para llegar finalmente a la universidad técnica de Karlsrube. Sabiendo que las carreras universitarias estaban vedadas a los no-cristianos, se convirtió a la fe luterana. La precarizad económica obligó a HABER a completar sus ingresos con patentes y contratos con la industria privada y también con libros. Trabajó obstinadamente, decidido a llegar a lo más alto. Cuando se le negó una cátedra de química física, el decano WILHELM OTSWALD, también químico, le hizo observar: “Cuando se trabaja a la media, se provoca entre los propios colegas una oposición instintiva”.

En 1901 HABER se casó con CLARA IMMERWARHR, de 30 años, a la que había conocido durante su adolescencia. CLARA era hija de otra respetada familia judía de Breslau. En la biografía que escribió sobre CLARA, GERI VON LEITNER dice que ella rivalizaba con su marido en ambición y determinación. Demostró su carácter luchando contra los prejuicios y oposiciones para conseguir ser la PRIMERA mujer en obtener un doctorado en ciencias por la universidad de Breslau.
En su laboratorio, FRITZ HABER intentó resolver una cuestión que, desde hacía más de un siglo, mantenía a los químicos en jaque: fabricar amoníaco a partir del hidrógeno y nitrógeno. Excelente teórico y experimentador de talento, HABER decidió enfrentarse al problema sin preocuparse por eventuales aplicaciones prácticas. Con su joven colaborador inglés ROBERT LE ROSSIGNOL estudió minuciosamente las temperaturas y las presiones necesarias para combinar hidrógeno con nitrógeno, y conseguir, finalmente, producir cantidades significativas de amoníaco.
Descubrieron que la síntesis de del amoníaco requeridas unas condiciones extremas, jamás aplicadas antes en laboratorio: una temperatura de 200 º C, aún en estas que sobrepasa doscientos veces la atmosférica. Sin embargo, aún en estas condiciones, la producción de amoníaco era muy lenta. Para acelerar la reacción era necesario un catalizador, en este caso un metal sobre cuya superficie la combinación se efectuaría más rápidamente. HABER y LE ROSSIGNOL ensayaron toda la lista de los metales hasta llegar al polvo del metal muy raro, el OSMIO, que aceleró la reacción de una manera notable. El 2 de julio de 1909, hicieron una demostración: produjeron unas setenta gotas de amoníaco por minuto ante los empresarios de la Badische Anilin und Soda Fabriken, la mayor empresa de productos químicos de la época.
La principal fuente de abonos nitrogenados naturales provenía entonces de las minas de nitrato de Chile, que, con una capacidad de producción limitada, tenían previsto su agotamiento de 1940. Los gases de hulla representaban otra fuente en nitratos, pero eran totalmente insuficientes para hacer frente a la demanda. En cambio, era evidente que el nitrógeno existía en cantidades ilimitadas en el aire y que y que podía disponerse, también ilimitadamente, de hidrógeno a partir del gas a partir del gas de hulla. El producto de su combinación, el amoníaco, era utilizable como abono, bien haciéndole reaccionar con ácido sulfúrico, bien oxidándolo para obtener nitratos.
Convencidos de las inmensas posibilidades que ofrecía la demostración de HABER, los dirigentes de la sociedad de Badische confiaron a dos de de sus mejores químicos, CARL BOSCH y ALWIN MITTASCH, la misión de desarrollar el proceso de producción industrial.

El 9 de septiembre de 1913, la primera sede industrial instalada por BOSCH y MITTASCH empezó a producir entre tres y cinco toneladas de amoníaco diarias, es decir, mil veces más que la capacidad de producción inicial de HABER y LE RESSIGNOL. Hoy, la producción mundial de amoníaco para la agricultura es unas cien mil veces mayor. Pero el catalizador de hierro de MITTASCH,, cuya eficacia y estabilidad jamás han sido superadas, sigue siendo el centro del proceso de fabricación. HABER fue recompensando con importantes royalties y con el Premio Nobel de Química en 1918, fin de la Primera Guerra Mundial, “la Gran Guerra”.
En 1910, el emperador alemán fundó la Kaiser Wilhelm Geeselschaft zur Förderung del Winssenschaft, una institución semipública de investigación que debía beneficiar grandemente a la ciencia alemana. Estaba financiado por LEOPOLD KOPPEL, un respetable banquero de origen judío, que también propuso fundar un instituto físico en Berlín bajo la dirección FRITZ HABER. Este puso sus condiciones: ser nombrado catedrático de la Universidad de Berlín, miembro de la Academia de Ciencias de Prusia y percibir un salario de 15.000 marcos al año (¡!).
Además de su uso agrícola; los nitratos entran en una proporción importante en la composición importante en la composición de los EXPLOSIVOS. En agosto de 1914, cuando estalló la guerra, Alemania sufrió el bloqueo británico que la privó de su fuente tradicional de nitratos: CHILE. Los alemanes consiguieron de veinte mil toneladas de nitrato en el puerto de Amberes, Bélgica. Sin embargo, es muy probable que, sin la síntesis del amoníaco de HABER, los stocks de nitratos se hubieran agotado pronto, con lo que Alemania se visto obligada a negociar la paz.
HABER quiso enrolarse en el ejército en el que había en su juventud, pero fue declarado inútil a causa de su edad. Se le nombró, sin embargo, jefe de la sección química del Ministerio de Guerra. En diciembre de 1914, efectuó una prueba de artillería con un obús lleno de gasas lacrimógenos, pero el gas se disperso con demasiada rapidez para que se pudiera tener algún efecto.
Según su ayudante FRITZ EPSTEIN, HABER propuso utilizar unos tubos cilíndricos para una dispersión más eficaz del…cloro. El cloro es un gas amarillo-verdoso, más pesado que el aire, cegador, que provoca una tos inmediata y violenta; ataca los ojos, la nariz, la boca, la garganta y los pulmones y acaba por generar asfixia. HABER propuso utilizar el viento para enviar gas hacia las líneas enemigas francesas: el cloro se extendería por las trincheras y obligaría a los soldados a salir al aire libre, donde serían blanco fácil. La idea sedujo al jefe del Estado Mayor alemán, ERICH VON FALKENHAYAN. Pero quedaba todavía el espinoso problema de las convecciones de La Haya, Holanda de 1899 y 1907 que Alemania había firmado y ratificado. Según la primera “Las Potencias firmantes se comprometen a abstenerse de UTILIZAR CUALQUIER PROYECTIL CUYO OBJETIVO SEA LA DIFUSIÓN DE GASES ASFIXIANTES O VENENOS Y ARMAS TÓXICAS.
En la nube tóxica, una obra erudita sobre los gases tóxicos, LUDWIG, el hijo de HABER, nos dice: “(EL Estado Mayor) encontró en HABER una mente brillante y un organizador de extraordinaria energía, determinado y probablemente carente de todo escrúpulo”. En su biografía, STOLTZENBERG confirma que HABER fue, sin duda alguna, EL INICIADOR DE LA GUERRA QUÍMICA.

FRITZ HABER se entregó a la tarea. Trabajó hasta el agotamiento organizando la producción de centenares de toneladas de cloro y millares de tubos de gas. Entrenó tropas especiales para ensayar los tubos y supervisó su instalación en las trincheras del frente, sin preocupación alguna por el peligro que él mismo corría. Comprometió en esta tarea a sus propios colaboradores y a muchos químicos. Cuando OTTO HAHN objetó que su actividad era contraria a las leyes internacionales, HABER replicó que los franceses, en otoño de 1914, fueron los primeros que as transgredieron al lanzar obuses llenos de gas lacrimógeno. Según STOLTZENBERG Y LUDWIG HABER, esta afirmación era falsa. STONTZENBERG añade: “Cuando se leen los informas sobre la actividad y el comportamiento de HABER en aquella época, se tiene al impresión de que estaba obsesionado por las tareas que se imponía a sí mismo”. Su ambición ilimitada le había llevado a pensar que sólo él podía ganar la guerra. Su plan consistía en enviar el cloro a las líneas aliadas en un frente de veinticinco kilómetros, lo que habría matado o puesto en fuga a los soldados enemigos. La infantería alemana les habría perseguido y penetrado en el frente aliado. HABER advirtió a los componentes del alto mando que sólo utilizaran el gas si estaban seguros de obtener la victoria y les aconsejó muy vivamente que equiparan a las tropas alemanes con más de gas de un tipo rudimentario.
Cuando el alto mando pidió a los responsables de las divisiones destacadas en el frente que cooperaran en un ataque de este tipo, todos rehusaran, excepto el duque ALBRECHT DE WURTEMBERG. Sus tropas estaban empeñadas en algunas de las batallas más feroces del frente de Ypres, a treinta kilómetros de la costa belga. Las tropas especiales de HABER hundieron en las trincheras alemanas 5.730 tubos que podrían descargar 150 toneladas de cloro en un frente de cinco kilómetros. El gas debía llegar al enemigo empujado por el viento del este; pero, por término medio, éste sólo soplaba un día de cada tres, y, además, tan cerca del mar, el viento era extremadamente caprichoso. LUDWIG HABER escribe: “HABER en persona estaba allí: un universitario uniformado, panzudo, raramente sin su cigarro, los bolsillos llenos, rodeado de sus respetuosos y jóvenes acólitos. Estos parecían muy ocupados. Tanto sus vestimentas como su comportamiento eran inhabituales”.

Todos los documentos fechados durante la guerra hablan de HABER con gran deferencia; le llaman el GEHEIMRAT HABER. Consiguió persuadir a OTTO HAHN, que mandaba una sección de ametralladora, para que fuera un “observador” activo. JAMES FRANCK y GUSTAVE HERTZ, futuros premios Nobel, se unieron a ellos. MAX BORN, otro joven físico del Instituto de HABER, y futuro Nobel, rehusó. El químico HUGO STOLZENBERG, padre del biógrafo de HABER, dirigía las estaciones de llenado de cloro cerca del frente. Los tubos, poco manejables, con un peso de 100 kg cada uno, se instalaron durante la noche del 10 al 11 de abril de 1915. Las máscaras antigás no llegaron jamás…

LUDWIG escribe en su libro sobre los trabajos de su padre: “La primera orden de alerta al gas se dio el 14 de abril a las 22 h 30 y fue anulada a 01 h 45 del 15 de abril. La segunda se dio el 19 de abril a las 15 h 00, pero también se anuló. La tercera alerta llegó el 21 de abril a las 17 h 00, luego a las 04 h 00 del 22 de abril, más tarde a las 09 h 00 y finalmente a primera hora de la tarde.
Las tropas, unos Pionierkommando, y los especialistas apenas habían descansado y se encontraban en la brecha desde hacía mucho tiempo. Estaban seguros de que los aliados habían sido prevenidos, lo cual era exacto. Tres semanas antes, los franceses habían sido informados por los prisioneros acerca de la instalación de los tubos, y tuvieron pruebas visuales de explosiones de gas en marzo. Pero los franceses no tuvieron en cuenta estas advertencias. La apertura simultánea de casi seis mil tubos, que dejaron escapar 150 toneladas de cloro sobre siete mil metros en diez minutos fue espectacular…En algunos minutos, los soldados franco-argelinos de las primeras líneas quedaron inundados y perecieron. Los que no murieron entre terribles espasmos huyeron, pero el gas les perseguía. EL FRENTE SE ROMPIÓ…
Los alemanes avanzaban con precaución. También ellos estaban sorprendidos, pero siguieron la nube, retrasándose no por la resistencia enemiga, sino por las bolsas de gas que habían quedado en las trincheras y entre las ruinas…Las dudas alemanas y la caída de la noche salvaron a los franceses y les dieron tiempo de reagruparse…La satisfacción inicial de los alemanes se transformó pronto indecepción cuando el 23 de abril, después de recibir la orden de avanzar, sus divisiones encontraron una resistencia cada vez más tenaz”. EL ATAQUE CON GAS DIO COMO RESULTADO 15.000 AFECTADOS DE LOS CUALES PERECIERON. PERO LA GRAN VICTORIA DE HABER SEGUÍA SIN MATERIALIZARSE. Volvió a Berlín algunos días más tarde decepcionado y agotado. El primero de mayo, los HABER tenían invitados a cenar y, aquella misma noche, mientras HABER dormía, CLARA se suicidó con la pistola de servicio de FRITZ. Su hijo de 14 años se despertó y la descubrió en el jardín entre un mar de de sangre.
Al día siguiente por la mañana, FRITZ HABER VOLVIÓ PUNTUALMENTE AL FRENTE DEL ESTE.

*(Referencia bibliográfica: Artículo extractado de la revista “Mundo Científico” basado en la obra “Square Rounds” de TONY HARRISON. Como base de la narración, nos referimos a MAX F. PERUTZ, Premio Nobel de Química 1962).*


Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis nº 289

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