viernes, abril 27, 2012

*LA REVOLUCIÓN DEL PROLETARIO CAMPESINO: EL BOLCHEVISMO*


1917 – 7 de noviembre – 2010 - A noventa y tres años de la Revolución Bolchevique

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

*EL MARXISMO EN RUSIA*


A PESAR de que MARX había sido conocido muy temprano en Rusia (BAKUNIN tradujo el Manifiesto Comunista en 1862 y en 1872 apareció la primera versión rusa de “El Capital”) y aunque se mostró por sí mismo tan interesado por Rusia que aprendió su idioma y estudió atentamente todos los problemas que atañían a esa nación, fue en el año de su muerte (1883) cuando tuvo la fundación de un partido socialdemócrata ruso bajo la jefatura de PLECHANOV. Con ello se integraron también los obreros en la gran fuerza revolucionaria, hasta entonces constituida únicamente por los campesinos, trabajados ya por nihilistas y los revolucionarios sociales. Pero el partido de PLECHANOV permaneció largo tiempo en un plano muy humilde. Sólo el año del cólera y el hambre (1891) y las huelgas cada vez más turbulentas que se sucedieron a partir de 1893 hasta culminar en el gran alzamiento de las industrias textiles de San Petersburgo en 1896, aceleraron la marcha ascendente del nuevo partido. En 1897 organizaron los obreros judíos una “Unión” socialdemócrata. Pero aun seguía siendo tenazmente combatido el materialismo de MARX y de PLECHANOV, especialmente por el propio partido bolchevique, “convertido” oportunamente por orden de LENIN. En el año 1900 se habían dividido ya los socialdemócratas rusos, exactamente igual que sus correligionarios occidentales, en ortodoxos y revisionistas y éstos, con BULGAKOV a la cabeza, se pasaron en parte en parte al campo contrario. Las mayores inteligencias militaban en su mayor parte en las filas de los revolucionarios sociales, nuevamente fortalecidos, y en las de los terroristas, que llevaron a cabo una larga serie de sangrientos atentados en los primeros años del nuevo siglo.
Pero cada vez se hacía más agobiante el problema sobre si era lícito matar, y en las propias filas socialistas cundía el desaliento y la duda, que hacían presa en los espíritus más débiles y los impulsaban a la desesperación y aun el suicidio. Estos escrúpulos fueron borrados totalmente por el marxismo fanático, al colocar a las leyes naturales por debajo de los hombres y de la acción revolucionaria, con lo que pareció quedar relevado de toda responsabilidad moral. Este hecho, unido al materialismo característico de todo el hecho marxista, es lo que determinó finalmente el triunfo de esa ideología. En el Congreso marxista celebrado en Londres en 1903, alcanzó LENIN la mayoría y desde entonces se llaman sus adeptos “bolcheviques, de “bolsche” (más), en contraposición a los “mencheviques, de “mensche” (menos).  
LENIN logró afianzarse en la organización centralista, y desde ella comenzó a preparar la revolución que debería dar paso a la dictadura del proletariado. El primer intento fue hecho bajo su propia dirección en 1905-1906, pero fracasó porque aun faltaba en sus filas una “tropa de choque” debidamente constituida. A aquel período siguió otro, que bien se puede llamar “parlamentario”, aunque el Parlamento ruso no fue tomado en serio por ningún estamento social de la nación y no hizo más que aumentar el abismo que separaba al pueblo ruso de sus dirigentes y a los partidos políticos entre sí. Así se llegó al estallido de la Guerra Mundial (1914-1918), que, como hemos visto ya, no sólo fue saludada con alborozo por los generales y paneslavistas, sino también por los socialistas y sectas pacifistas, aunque, naturalmente, desde puntos de vista completamente opuestos. Las derrotas del ejército ruso en el frente de batalla y la inmensa corrupción de la retaguardia terminaron por arrebatar el poder de las débiles manos de los zares. Con ello alcanzó la guerra las metas soñadas por la masa y, por tanto, adquirió para ella el sentido consiguiente.
De haber comprendido ese hecho la intelectualidad rusa y el socialista KERENSKI, y haber firmado inmediatamente la paz, hubiera quedado privado LENIN de un arma efectiva y peligrosa y su juego habría sido más difícil. En vez de ello se trato de diferir la petición de paz, bajo presión de las potencias de la ENTENTE (Rusia-Inglaterra-Francia) e incluso se intentó pasar a la ofensiva en los frentes donde más desastrosa había sido la catástrofe, intento que, naturalmente, no hizo más que agravar la crisis. KERENSKI, que en sus Memorias rechaza airado la acusación de un agente de la ENTENTE acerca de la paz separada, explica su plan y hace público que sus propósitos fueron mantener a RUSIA al lado de los Aliados (Inglaterra-Francia) hasta la intervención de América, que él consideraba, con razón, inminente. Pero con ello no hizo más que entregar RUSIA a los bolcheviques, que ganaron la partida con el lema: “Paz y tierra a los campesinos” y se hicieron definitivamente dueños del ex imperio en noviembre de 1917.

*LENIN (1870-1924)*


WLADIMIR ILICH ULIANOV-LENIN era originario de una familia pequeño-burguesa. Su hermano ALEJANDRO fue juzgado en 1887 por tomar parte en una conjuración terrorista, y también LENIN se mostró entusiasmado desde sus años de adolescente por las ideas revolucionarias de MARX. Tras su primer tropiezo con las autoridades, emigró al extranjero. En Alemania tuvo sus primeros contactos con los socialdemócratas, entrevistándose en Ginebra Suiza con PLECHANOV. Laboró intensamente en los círculos secretos y alcanzó pronto una posición preeminente en ellos. Su parte en la gran huelga textil de San Petersburgo en 1896 le valió ser condenado a tres años de reclusión de Siberia. En 1900 comenzó a publicar en Munich un período revolucionario ruso, que procuraba pasar al otro de la frontera, muchas veces con grave peligro de su vida. Tras su triunfo de 1903, en Londres, cargó totalmente con la jefatura del partido y dirigió el alzamiento de Moscú dos años más tarde. El fracaso le hizo huir nuevamente al extranjero y en 1908, privado totalmente de medios de vida, pero sin dejarse vencer por el desánimo, tuvo que volver los ojos a GORKI para que le facilitara la publicación de un nuevo periódico y su envío a RUSIA. Todos estos esfuerzos hallaron finalmente su premio y el partido fue ganando terreno. En la cuarta Duma (parlamento) se sentaron ya seis bolcheviques y siete mencheviques, separados por una profunda enemistad. Al hacerse más intensa la amenaza de guerra, se trasladó LENIN a Cracovia Polonia, donde vivió desde el verano de 1912 al mes de agosto de 1914. Hasta el último momento temió que no estallara la guerra y sus escritos de aquella época califican una  guerra entre Austria y Rusia como “una cosa muy provechosa para la revolución (en toda la Europa oriental”. (V. MARCU, Lenin, 30 jahre Russland (Treinta años de Rusia), Leipzig, 1927, p. 166). 
Apenas estallada la guerra, LENIN fue apresado por las autoridades austríacas, pero pronto lo pusieron en libertad merced a la presión de los socialdemócratas de la doble Monarquía Austria Hungría. Volvió a su refugio suizo y desde allí lanzó enconados contra la II Internacional, a la que acusó de haberse plegado a la política guerrera de los gobiernos, sacrificando su meta de la revolución mundial. Tras la abdicación del ZAR, solicitó y logró del gobierno alemán  permiso para el tránsito en su viaje de regreso de la patria. PLECHANOV había llegado a RUSIA algunos días antes, a bordo de un acorazado inglés, mientras TROTZKI era arrestado por las autoridades inglesas en ruta hacia América.
La posición del gobierno provisional frente a LENIN, fue vacilante e incluso contradictoria muchas veces. En julio de 1917 pareció que iba a oponer toda su fuerza a los “SOVIETS DE OBREROS y CAMPESINOS, por el jefe bolchevique. Éste tuvo que huir momentáneamente, para volver con más arrestos y desencadenar toda su violencia el 7 de noviembre de 1917.  Entre un mar de sangre y lágrimas vengó la vieja condena de su hermana, en la terrible represión contra las “clases rectoras” y estableció las primeras bases para la consecución implacable y cruel del plan de “pan-destrucción” ideado por BAKUNIN. Pero la muerte vino a interrumpir su obra y murió en la cumbre de su éxito el 21 de enero  de 1924, siendo su cuerpo embalsamado y depositado en el gigantesco mausoleo del Kremlin.  (la momia de los bolches).  

*El BOLCHEVISMO*

El bolchevismo es la tercera y mayor revolución surgida de los eslavos, es decir, del proletariado campesino eslavo. La ola bogomila, que llegó a anegar hasta las fértiles tierras del Mediodía francés, fue seguida de la revolución husita, que sacudió a Europa en sus mismos cimientos. Finalmente ha sobrevenido el bolchevismo, sacudiendo los fundamentos del mundo entero en una época crítica en que la humanidad acababa de salir de una guerra devastadora y necesita de todas sus fuerzas para iniciar la reconstrucción. No es, pues, ninguna maravilla que hayan rebrotado las ideas quiliastas entre los pueblos “civilizados”, pero no en su forma fanática o exegética, sino como tesis científica basada en “La Decadencia de Occidente”, de OSWALD SPENGLER.  
Se ha reconocido hace mucho tiempo que el bolchevismo es algo más una demostración de las utopías marxistas. El marxismo jugó en Rusia igual papel que la doctrina de WICLEFF había jugado en Bohemia o los maniqueos en Bulgaria. Sancionó con sus fórmulas científicas y sus teorías económicas los impulsos mucho menos claros y por tanto más instintivos deseos del campesino ruso. Hemos visto ya cómo coincidían socialistas y sectarios en su fe en el advenimiento del Tercer Reino, convertido para los primeros en el futuro Estado socialista. El marxismo fue acogido como una nueva religión y el partido comunista se organizó a semejanza de una orden religiosa, con las formas ascéticas de vida, que eran ya comunes desde mucho antes en los sectarios y nihilistas. Pero en ello iba incursa una equivocación, que si al principio ha servido para alargar la existencia del bolchevismo, conducirá finalmente a su vencimiento.
El campesino ruso saludó al bolchevismo con entusiasmo porque le daba lo que hasta entonces le había faltado: paz y tierras. Pero con ello quedo satisfecho su interés por el comunismo, y todos los intentos posteriores para incorporarlos a una tarea común no han dado otra consecuencia que la destrucción o el grave quebranto de la producción. Entre los obreros rusos, más desarraigados  que los campesinos del suelo nativo y difusores en su mayor parte, como “grupos de choque” del partido, de los nuevos ideales, hizo presa un gran entusiasmo por el comunismo, pero tan sólo mientras hubo algo que ganar o los mejores entre ellos estuvieron dispuestos a sacrificarse en interés de la comunidad, inspirados por la vieja idea del comunismo amoroso que alentaba desde los primeros tiempos cristianos. Y es que el comunismo negativo sólo ha podido subsistir siempre a costa del comunismo positivo.
El problema de la madurez de RUSIA como Estado agrícola, para una dictadura del proletariado, ocupó largo tiempo a lo más relevante de la intelectualidad marxista. MARX hizo para RUSIA una excepción en su ley de la revolución como consecuencia de la industrialización excesiva; pero LENIN pronto rechazó aquellas teorías, aunque no por ello dejó de verse obligado a rectificar su política respecto a los campesinos, y TROTZKI, con toda la oposición izquierdista que sólo deseaba trabajar con el proletariado industrial, fue condenado. STALIN inició el ensayo de comunistizar también al pueblo, de acuerdo con la receta de BABEUF. El primer resultado fue la huída de los colonos alemanes, uno de los elementos más valiosos del agro ruso y que hasta entonces se habían inclinado favorablemente hacia el comunismo, debido a su ascendencia menonita.  
El segundo fue el retraimiento de los campesinos, que habían creído ver en el colectivismo marxista su universalismo y que no pudieron disimular el desengaño al comprobar que los bolcheviques no sólo rompían los ligazones de la familia y el matrimonio, sino que inmiscuían también su mano pecadero en la Naturaleza con la que hasta entonces se había sentido tan ligado el campesino ruso. Es una contradicción insoluble la del sistema marxista, que combate al individualismo al mismo tiempo que atomiza a la sociedad mediante la destrucción de sus lazos naturales. ¿De dónde tenían que extraer fuerzas las “comunidades” si sus fuentes naturales, el amor materno y filial, eran destruidas con sistemático y diabólico refinamiento?
En nombre de la lucha contra el individualismo arremetió LENIN contra Dios y organizó una propaganda gigantesca para desarraigar del alma del pueblo ruso el menor resto de fe en Dios. En su lugar entronizó el culto a la máquina, de la que puede decirse sin metáfora que es adorada por los comunistas convencidos, cuyo ideal sigue siendo la creación del hombre-máquina. Con ello establece contacto la ideología comunista con el tan execrado capitalismo, que ansía alcanzar la misma meta con el sistema taylorista, demostrando así que ambos son hermanos gemelos, nacidos de una misma y única mentalidad. La diferencia estriba tan sólo en que el  capitalismo concede al menos a los hombres esperanzas acerca de los beneficios a alcanzar con esa degradación, mientras el comunismo exige renunciamiento al bienestar en aras de un futuro estado paradisíaco en su pretendida sociedad sin clases ni desigualdades.
Puede decirse, por tanto, sin temor a hipérbole, que el bolchevismo no aporta ninguna idea al panorama espiritual de Occidente, sino que se limita a realizar o intentar realizar el programa establecido ya por BABEUF. La FORMA ESTATAL bolchevique no es más que un compromiso contradictorio entre el centralismo marxista occidental y el sueño eslavo de una federación de las comunidades campesinas. El derecho de elección se ha convertido en una farsa, así como la anulación de la pena de muerte, que ha sido suplantada por el “castigo superior” consistente en la “separación del alma y el cuerpo”. El Derecho, que como descubrimiento de los “ricos” había sido odiado por todos los socialistas, causa por la incendiaban con tanto gusto los Palacios de Justicia, ha sido repuesto en “interés del proletariado”. No se ha llegado a la supresión del dinero, pero se ha intervenido totalmente el comercio exterior y en parte el interior, así como todos los “medios de producción” existentes en el territorio nacional. El resultado ha sido que el obrero ruso disfruta de una posición inferior y unos derechos menores a los de sus compañeros de clase en los países capitalistas.  
*NADA CARACTERIZA MEJOR EL ESTADO ACTUAL DE RUSIA QUE LAS PALABRAS PROFÉTICAS QUE DOSTOIEWSKI PUSO EN BOCA DE VERCHOWENSKI EN 1870-2010: 140 AÑOS, al ESCRIBIR SUS “ENDEMONIADOS”:


“TODO ESTÁ ESCRITO EN SU CUADERNO (EL DEL COMUNISTA SCHIGALOV), TODO ES FRUTO DE SU ESPIONAJE GENERAL. TODOS LOS MIEMBROS SE ESPÍAN LOS UNOS A LOS OTROS, PRESTOS A DENUNCIARSE A LAS AUTORIDADES AL MENOR ASOMO DE TRAICIÓN…TODOS SON ESCLAVOS Y TODOS SON IGUALES EN SU ESCLAVITUD. TIENEN LA MUERTE EN LA BOCA Y EN EL CORAZÓN Y ESTÁN PRESTOS A APLICARLA SIEMPRE. Y POSEEN TAMBIÉN OTRA PALABRA MÁGICA: IGUALDAD. PARA IMPLANTARLA TIENEN PRIMERO QUE REBAJAR EL NIVEL DE LA ENSEÑANZA, DE LA CIENCIA Y DEL TALENTO. UN ALTO NIVEL DE LA CIENCIA Y DEL TALENTO SÓLO ES PRCTICABLE PARA LOS INTELIGENTES. ¡ABAJO CON LOS INTELIGENTES! LAS INTELIGENCIAS PRIVILEGIADAS HAN LLEGADO A SER LAS CORRUPTORAS, LAS DÉSPOTAS DE LA HUMANIDAD. SE LES CONDENARÁ O SE LES DESTERRARÁ. A UN CICERON SE LE SACARÁN LOS OJOS. A UN CICERON SE LE CORTARÁ LA LENGUA, A UN COPERNICO SE LE SACARÁN LOS OJOS, A UN SHAKESPEARE SE LE LAPIDARÁ…¡ESTA ES LA DOCTRINA DE SCHIGALOV! LOS ESCLAVOS TIENEN QUE SER IGUALES ENTRE SÍ…EN LA MANADA TIENE QUE HABER IGUALDAD”.

*JOSEPH LEO SEIFERT, Los revolucionarios del mundo, De Bogomil a Lenin, a través de Hus. Luis de Caralt editor, Madrid, 1953, 360 p.*


DIARIO PAMPERO  Cordubensis Nº 386 BIS
Córdoba de la Nueva Andalucía
Editó: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
                                                        


*LEOPOLDO LUGONES y la MASONERÍA*


La obra de LAPPAS “La masonería argentina a través de sus hombres”, constituye una de las tantas obras “maestras” de la falsedad con que nos tienen acostumbrados los liberales masones.

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

1) Cómo miente el “historiador” masón ALCIBÍADES LAPPAS

EL MODELO inigualado es BARTOLOMÉ MITRE con sus “historias” de SAN MARTÍN y BELGRANO.  
LAPPAS nació en Grecia, estudió, dice él, en París, y posteriormente junto con sus hermanos y otros parientes se estableció en la Argentina, donde se dedicó con mucho éxito a la orfebrería. El clan familiar produjo una excelente amalgama de metales al cual puso el nombre genérico de “plata Lappas”, que muchos ingenios podrían  decir que se trata de otra cosa que algún chusco podría denominar “falsa plata”. Enriquecido don ALCIBÍADES, resolvió dedicarse a las ciencias del espíritu, y en lugar de enredarse entre retortas y hornos de fundición, encontró mucho más liviano y decoroso, para escalar la pirámide de la falsa alta sociedad porteña, bucear entre papeles de los archivos históricos y de las logias masónicas.
Es indudable que LAPPAS incursionó en el campo de la investigación histórica, con la preconcebida idea de demostrar, a los idiotas de la Argentina, que todo lo bueno realizado en el país lo fue por hombres de la masonería, quienes adquirieron sus virtudes morales e intelectuales en el seno de las Logias. Y cuando sus ídolos no eran hombres virtuosos, o los virtuosos no eran masones, pues entonces era sólo cuestión de mentir, falsear la interpretación de documentos, falsificarlos y destruirlos cuando no eran favorables al héroe, tal como lo hizo MITRE.
Ya en otra oportunidad se demostró cómo LAPPAS falsificó datos acerca de HIPÓLITO YRIGOYEN. Ahora toca el turno demostrar cómo falsificó datos y conclusiones acerca del eximio escritor LEOPOLDO LUGONES.
Dice sobre LUGONES en la mencionada obra, luego de relatar someramente algunos antecedentes biográficos, que fue redactor de “El Tiempo”, “El Diario” y “La Nación”. No cabe duda que su colaboración con este último diario fue lo que distorsionó muchas de sus virtudes, que lo llevó al suicidio. Luego dice que fue “iniciado en la Logia Libertad Rivadavia nº 31 el 18-11-1899, alcanzó la Maestría (grado 3) el 10-4-1900. Posteriormente el 1-10-1902, afilióse a la Logia Confraternidad Argentina nº 2. En la Gran Logia de la Argentina ocupó los cargos de Primer Gran Maestro de 1906 a 1907 y de Pro Gran Maestro de 1906 a 1907. Integró el Supremo Consejo Grado 33 para República Argentina en calidad miembro activo. Sus actitudes de extremo nacionalismo asumidas en 1930 determinaron su alejamiento de la actividad masónica. Colaborador asiduo de revistas masónicas de la época que las dirigían PEYRET, INGENIEROS, y GRECO, publicó numerosas conferencias de contenido masónico…

2) Algunas muestras de la falsía de los masones para engañar al  Público


Observemos que la última fecha que da LAPPAS sobre cargos ocupados por LUGONES es el año 1907. Luego afirma que sus actitudes de “extremo nacionalismo” lo llevaron a abandonar las actividades masónicas.  (O. cit., p. 264-265)
La realidad es que LUGONES fue expulsado de la Masonería precisamente en 1907, y, al parecer, no necesitó llegar al año 1930 para abandonar a la tenebrosa organización por su “extremo nacionalismo”, con lo cual LAPPAS quiere insinuar que era un nazi-fascista. Es cierta esta insinuación. LUGONES, en los últimos años de su vida, se convirtió al nacionalismo fascista al darse plena cuenta de la hipocresía que es la democracia y la vandálica actitud de los masones en el gobierno, muy especialmente la entrega del patrimonio nacional por el gobierno masónico del ultraliberal AGUSTÍN P. JUSTO y su banda de delincuentes, que llevaron al ilustre nacionalista JOSÉ LUIS TORRES a denominar a la década del 1930 como “La Década Infame. Durante ella, radicales, conservadores y socialistas, la mayor parte de ellos masones, cometieron las más grandes fechorías, sólo inigualadas por las que cometieron los “degenerados” de la “Generación del 80” y con la recua de la cúpula militar de 1976-81 capitaneada por JOSÉ ALFREDO MARTÍNEZ DE HOZ.
Precisamente en este año del suicidio de LUGONES, 1938, dirigía a la masonería FABIAN ONSARI, gran dirigente radical de la zona de Avellaneda, uno de cuyos discípulos y ferviente admirador es el dirigente radical alfonsinista CASELLA, impuesto democráticamente como candidato a futuro gobernador por la Masonería y el Hermano ALFONSÍN

Eran los años en que estalló el escándalo del negociado de la CADE, cuya renovación fraudulenta del contrato le valió al máximo dirigente radical MARCELO DE ALVEAR muchos millones de éticos pesos que entonces se valuaban a 2,77 por dólar. Otros muchos dirigentes radicales también  lograron su participación, y además la CADE se avino a financiar la edificación de la luminosa Casa Radical de la calle Tucumán. Todo ello entre otras minucias éticas del radicalismo de entonces como los negociados de la Corporación de Transportes, CHADOPYF, las carnes, las tierras del Palomar donde estaban implicados los éticos diputados radicales BERTOTTO, ligados a la Mafia de Rosario – AGATA GALIFFI – y GUILLOT,  éste el último ladrón de dineros públicos que, al ser descubierto, se suicido. Desde  entonces la democracia liberal masónica considera que sus afiliados delincuentes descubiertos no deben cuidarse, sino que se los debe colocar en un pedestal como lo fueron RIVADAVIA, URQUIZA, MITRE, SARMIENTO, JUÁREZ CÉLMAN, ROCA, etc. Los que deben suicidarse son los hombres honestos, tal como lo hicieron LEOPOLDO LUGONES, ALEM, DE LA TORRE. 
Dice LAPPAS que LUGONES colaboró en las revistas masónicas dirigidas por PEIRET, INGENIOROS, y GRECO. No conocemos la revista de PEYRET, pero este francés fue socio de muchas de las fechorías de URQUIZA, el hombre más rico entonces gracias a sus latrocinios y a los sobornos que recibió de BRASIL para derrocar a ROSAS. Luego los recibió de MITRE y su recua para traicionar a los suyos y alejarse del campo de batalla, obra maestra de traición de un militar en el campo y que los liberales han sabido encubrir. PEYRET fue un famoso ateo e injuriador de la Iglesia Católica, sus sacerdotes y obispos, que escribió unos librejos llenos de falsedades y fantasías injuriantes como “Los orígenes del Cristianismo” y la “Historia de las Religiones”, que hoy el más fanático de los masones  no podría dirigir. Murió en 1902. Era masón.
Por no decir toda la verdad, LAPPAS se convierte en un falsario al referirse a la revista de INGENIEROS. No coloca “en su historia” de infundios el nombre de INGENIEROS, dejando entrever que se trataría que se trataría de JOSÉ INGENIEROS. Quien fundó y dirigió una revista masónica en 1893  fue el italiano de Sicilia SALVATORE INGEGNIERI, que fue el padre de JOSÉ “INGENIEROS”. No conocemos los antecedentes del cambio de apellido de su hijo JOSÉ, y aún del de su padre, aunque se sospecha que puede deberse a cuestiones de la mafia. LA Revista de INGEGNIERI, que tal era la grafía primitiva del apellido, que se denominó “Revista Masónica” , del cual tenemos algunos tomos, es horripilantemente mala, tanto por su contenido como por su sintaxis, muchísimamente peor que la de la revista “INFORMACIONES SOBRE LA MASONERÍA. Por ello dudamos que LUGONES hubiera colaborado “asiduamente” en ella.
La revista citada desapareció en 1904 para ser sustituida por otra denominada “La Cadena de Unión”, dirigida por el citado GRECO, revista casi tan horrorosa como la anterior. Tenemos la colección completa y no encontramos en ella ninguna colaboración de LUGONES, al menos con su firma. Y por el estilo de redacción tampoco se adivina alguna colaboración suya. Por otra parte, LUGONES fue expulsado de la Masonería. “La Cadena de Unión”, da, como veremos, los entretelones de la expulsión, y además, durante muchos años continuó hostigando a LUGONES y ridiculizándolo.
Así mienten y falsean la Historia los masones. Todo estudiante de historia o investigador histórico deberá tener en cuenta esta tendencia innata de los historiadores masones y deberán comprobar y consultar la documentación original antes de citar a un autor como fuente.
Continua falseando la verdad LAPPAS cuando afirma que DIN SALVATORE  “estuvo durante dos décadas” al frente de la Revista. Esta sólo apareció durante 11 años y en forma algo irregular. Precisamente en una de ellas, correspondiente al número 15 al 18, año VI, octubre de 1899, página 189, informa que el 13 de ese mes fue iniciado como masón LEOPOLDO LUGONES en la Logia “Rivadavia-Libertad”, y que en la ceremonia hablaron los masones ZÚÑIGA-MEDINA, JOSÉ C. SOTO y WILLIAM JUNIORS.

3) Un soneto católico de LUGONES desmiente las falsedades masónicas

En cuanto a las colaboraciones de LUGONES que informa LAPPAS, son en realidad casi nulas. Sólo hemos localizado un soneto en el número de marzo de 1900, titulado “Semana Dolorosa”, firmado por LUGONES. Para nada este soneto se refiere a la masonería, su doctrina o actividades, sino que, por el contrario, podría interpretarse como un grito en contra el ateísmo y el abandono de los hombres de sus creencias en Dios. Incluimos fotograbado del soneto de LUGONES.


El párrafo referente a la expulsión dice lo siguiente: “Se resolvió de acuerdo con las pertinentes disposiciones de los estatutos, declarar separados de la Logia POR FALTA DE PAGO, a los socios Sres. ADOLFO ARAUZ, DAVID G. AGUERRE, RAFAEL AMARANTE, JESÚS GARCIA DE DIEGO, RICARDO GÓMEZ, AURELIO MONTEVERDE, J. B. SANGIÁCOMO, JOSÉ TRIGO, LUIS VALLET, LEOPOLDO LUGONES  y JUAN B. GONZÁLEZ”. Tres de los mencionados solicitaron su posterior reincorporación, no así LUGONES, quien nunca más habría regresado a la tenebrosa organización, de acuerdo a las investigaciones efectuadas. Debe recordarse LAPPAS da como última fecha de actuación al año 1907. Estamos procurando confirmar el no regreso de LUGONES. Al menos el Libro de Actas de su Logia no lo vuelve a nombrar en los once años posteriores a su expulsión.
También cabe recordar que cuando se admite a un masón en una logia o se lo expulsa, su nombre es incluido en la Circular de la Gran Logia que informa del hecho a todas las Logias del país, la totalidad de cuyos miembros deben tomar conocimiento del hecho. Así LUGONES SUFRIÓ EL BOCHORNO DE SER EXPULSADO POR FALTO DE PAGO ANTE MILES DE SUS “HERMANOS”.
Es decir, que no hubo un solo masón en todo el país que levantara su voz protestando contra la expulsión cuyo origen se encontraba en el deseo de LUGONES de controlar el destino de los fondos del legado GARRIGÓS.  
Estos hechos – ahora históricos – perfectamente documentados, constituyen un fiel reflejo de los procederes sinuosos de miembros de la masonería, sus falsedades, mentiras y fraudes de que echa en mano, que incluirían asesinatos disfrazados bajo la forma de SUICIDIOS, ACCIDENTES “CASUALES”, ENVENEMIENTOS, MUERTE EN CIRUJÍA, etc.
Así han mentido y mienten masones acerca de la supuesta filiación masónica de SAN MARTÍN, YRIGOYEN, LUGONES, etc. Todo es mentira. SAN MARTÍN jamás fue masón. (Véanse documentos probatorios en la Academia Nacional de la Historia). Otros, como YRIGOYEN, habrían sido iniciados pero jamás actuaron masónicamente e incluso se le opusieron, o como LUGONES, que fue expulsado.
Jamás en los últimos cincuenta años ningún masón dio a conocer LA EXPULSIÓN DE LUGONES de la masonería y sus causas: el rono del legado GARRIGÓS.  
Desafiamos al Poderoso Gran Maestro CARLOS WILSON y a todos los masones de la masonería argentina a que den conocimiento de la expulsión de LUGONES y sus causas reales, como así también del destino dado a la enorme suma de dos o tres millones de pesos del año 1907.  Un traje de tela importada, a medida, de la mejor calidad, de tres piezas, valía entonces de 12 a 15 pesos, ES DECIR, QUE SE PODRÍAN HABER ADQUIRIDO 20 MIL TRAJES Y UNA CASA PARA LA CLASE MEDIA ALTA QUE COSTABA VEINTE MIL PESOS - , suma  que se esfumó y hasta hoy nadie ha conocido su destino.
NOSOTROS investigaremos su paradero y solicitamos a los lectores que posean antecedentes o referencias al respecto los hagan llevar a la redacción de Informaciones de la Masonería y otras sociedades secretas.
ESTAS REVELACIONES SERVIRÁN, ESPEREMOS, PARA QUE MUCHOS DE LOS MASONES QUE SE HAN ADHERIDO DE BUENA FE A LA MASONERÍA SIN CONOCER SUS VERDADERAS FINALIDADES SE ALEJEN DE ELLA. CUALQUIERA PUEDE EQUIVOCARSE. PERSISTIR EN EL ERROR ES NECIO.
   
*PATRICIO JOSÉ MAGUIRE*

Fuentes:

1.- ALCIBÍADES LAPPAS, La masonería argentina a través de sus hombres”. Buenos Aires, 1966. 1º edición. 1958. Impreso por el autor. Pp. 408

2.- Informaciones sobre la Masonería, Año IV – Enero de 1986, nº 31, pp. 5-20. Director: JOSÉ PATRICIO MAGUIRE.


*EDITÓ: gabrielsppautasso@yahoo.com.ar dedicamos esta CÁTEDRA DE LA ARGENTINIDAD a la memoria del Profesor DON JOSÉ PATRICIO MAGUIRE, director y autor de Revelaciones sobre la Masonería, quien nos dejó: “Nada debo a ningún árabe ni a ningún país árabe. Nada debo a ningún extranjero de dentro o fuera del país.
Sólo debo Gracias a DIOS que me dio la vida, y no me la quita, aún, y fuerzas e inspiración para hacer en forma defectuosa lo que otros hubieran podido hacer con mayores posibilidades: cumplir con el mandato del Papa LEÓN XIII que ordenó desenmascarar a los masones y sus diabólicos socios.

¡VIVA LA PATRIA! ¡LAUS DEO TRINITARIO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA!  GRATIAS AGAMUS DOMINO DEO NOSTRO!
 gspp*

domingo, abril 22, 2012

EJÉRCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO


“Quien cuenta al pueblo falsas historias de revolución o lo engaña, a propósito o sin saberlo, con ditirambos históricos, es tan culpable como el geógrafo que entrega mapas falsos a los navegantes”. (Falcionelli, A.)

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

EJÉRCITO DEL PUEBLO o GUERRA DEL PUEBLO o LUCHA ARMADA en la ARGENTINA


“Un partido de combate se caracteriza por eso mismo, porque combate, y en esta Argentina que está en guerra, la política se hace en lo fundamental armada, por lo tanto,  en cada lugar donde el Partido (PRT) esté presente en las masas se debe impulsar las tareas militares. Combatir, formar el ejército en la práctica de la lucha armada: quien no pelea no existe”. 
(Resoluciones del V Congreso y Resoluciones posteriores. Pub. del PRT, 1971, p. 72).


La determinación de continuar la lucha armada durante del gobierno de HÉCTOR CÁMPORA y la intensificación del accionar militar y la actuación del PRT-ERP, fundamentalmente a partir de 1974, serían tan sólo los ejemplos más destacados de aquel proceso. Esta idea de una creciente militarización fue dando lugar a una afirmación bastante extendida y aceptada: el desplazamiento de la política fue la contracara de la intensificación del accionar armado. LA VIOLENCIA ARMADA y la POLÍTICA se presentan, desde esta perspectiva, como términos claramente excluyentes. 
Una de las últimas intervenciones que, desde el campo académico, ha abordado la experiencia de la guerrilla en la Argentina es la obra de PILAR CALVEIRO Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años “70”. Es finalmente en la supresión de la política donde pueden encontrarse las claves de la derrota de las organizaciones revolucionarias armadas.  (CALVEIRO, PILAR, Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años “70”. Buenos Aires, Norma, 2005, p. 23).  “LO MILITAR y lo organizativo asfixiaron  la comprensión y la práctica políticas” (CALVEIRO, PILAR, op. Cit., p. 129). Para la autora, entre el surgimiento de las organizaciones armadas y su derrota final, hubo desplazamiento y reemplazo: “LA LUCHA ARMADA comenzó siendo la máxima expresión de la POLÍTICA primero, y la POLÍTICA misma más tarde”.  
PABLO POZZI ha ofrecido una versión distinta pero coincidente, en todo caso, con aquellos enfoques que sobreimprimen a la experiencia erpiana un postulado divorcio entre “la política” y las armas: “lo militar no guió la política, pero sí tendió a autonomizarse (…) no hubo militarismo como tal (lo militar guiando a lo político) lo que hubo fue una autonomización  de los aspectos militares de la organización. La separación entre ambos aspectos, militar y político, los llevó a desarrollarse por carriles distintos donde  veces chocaban entre sí y a veces se completaban”. (POZZI, PABLO: “Por las sendas argentinas”…EL PRT-ERP, la guerrilla marxista, Buenos Aires, Eudeba, p. 271).

*DECÍAMOS AYER… *


DESÓRDENES y DEPURACIÓN: PERÓN, que juró como presidente el 12 de octubre de 1973, había organizado ya su movimiento desde la primera vez que volvió el 30 de julio de 1973, poniendo en la cumbre un buro ejecutivo compuesto por JOSÉ HUMBERTO MARTIARENA, responsable político (con FERDINANDO PEDRINI, JOSÉ MANUEL CAMUS Y FRANCISCO JULIÁN LICASTRO), JOSÉ RUCCI, responsable sindical (con LORENZO MIGUEL, CASILDO HERRERA (EL “ME BORRÉ”) y RODOLFO MEDINA, SILVANA ROTH, responsable femenina (con HILDA CASTREIRA, DOLORES AYALA DE MORENO y PATRICIA ROMERO GÓMEZ) y JULIO YESSI, responsable de la juventud (con JOSÉ LUKS TIRAGLIA, ANA MARÍA SILA y HUMBERTO ROMERO. Era urgente volver a tomar en mano las riendas del Movimiento justicialista, donde se habían infiltrado elementos marxistas y revolucionarios. Al lado de las F. A. P. (fuerzas armadas peronistas), salidas de las juventudes, de los “Montoneros”, encabezados por el guevarista MARIO ROBERTO SANTUCHO – las F.A.R. (fuerzas armadas revolucionarias), maoístas-, las F.A.L. (fuerzas armadas de liberación) y sobre todo el E.R.P. (ejército revolucionario del pueblo), trotskista, se señalaban por sus fechorías: desde principio del año hasta septiembre de 1972, 30 muertes en atentados contra las fuerzas del orden; en 1973, 170 raptos y, en estos dos últimos años, 80 millones de dólares sacados a título de rescate. Esta actividad subversiva se manifiesta, ya sea bajo  forma de secuestros (STANLEY SILVESTRE, ex cónsul en Córdoba, raptado el 24 de marzo de 1971 – el mismo día que el general ARAMBURU -; el director de la compañía Philips y más tarde el empresario ADOLFO KAPLUN, raptados y luego liberados el 6 de septiembre de 1972; OBERDAM SALLUSTRO, director de la Fiat de Córdoba, raptado el 21 de marzo de 1972 y muerto el 10 de abril, al igual que su jefe de personal, ROBERTO KLECKER,  ametrallado el 4 de abril de 1974, ya sea bajo formas de atentados contra autoridades (tentativa fallida contra el general LANUSSE y el presidente del Uruguay, JORGE PACHECO, el 9 de julio de 1971; contra el general JUAN CARLOS SÁNCHEZ, comandante del II Cuerpo en Rosario, muerto el 10 de abril de 1972, y contra su sucesor, el 7 de agosto; contra el almirante retirado RODOLFO EMILIO BERISSO, considerado como responsable de los incidentes de TRELEW: del 22 al 25 de agosto de 1972, 19 terroristas, evadidos de Rawson, se han amotinado en la base aeronaval, antes de que Chile decida acogerlos y luego Cuba. El 11 de abril de 1972 ya, tres prisioneros de la cárcel de Villa Urquío (Tucumán) se evadieron matando a cinco guardines, habiendo sido capturados de nuevo en compañía de una brasileña y de su marido argentino. Muerto el 28 de diciembre delante de un supermercado, después de haber escapado a la colocada en su coche; contra el domicilio del coronel SEVILLA en Córdoba el 15 de febrero de 1973, y de los locales militares, el 18; contra el almirante ALEMÁN, raptado el 3 de abril, también en Córdoba; contra el coronel de inteligencia IRIBARREN del III Cuerpo, muerto al querer al querer resistirse a sus agresores, un comandante de gendarmería raptado el 27 de abril: contra el almirante retirado HERMES QUIJADA, ametrallado por dos motociclistas el 30 de abril; contra el cuartel del Servicio de Salud para hacerse de armas – un coronel y un soldado muertos, dos heridos, y 11 partidarios detenidos -, el 6 de septiembre; contra el ex jefe de la policía de Tucumán, asesinado en septiembre; contra el cuartel, en Azul, de un regimiento blindado de húsares – el coronel, su mujer y un soldado muertos, un teniente y dos soldados heridos, un teniente coronel raptado, dos asaltantes muertos, varios heridos, 10 detenidos -, el 19 de marzo de 1974; asalto fracasado contra la base aérea de Morón, a 35 kilómetros de la Capital Federal – 10 de los 40 asaltantes quedan detenidos -; complot con motivo de la visita del presidente uruguayo BORDABERRY, el 12 de febrero, seguido por 30 detenciones, en el que están comprometidos, con dos senadores refugiados, el ex ministro del Interior ESTEBÁN RIGHI y el ex gobernador de Buenos Aires – tres policías muertos y uno herido -, el 24 de marzo; el teniente coronel ALBERO RIVERO, ex secretario del almirante ISSAC FRANCISCO ROJAS, mezclado en el juicio contra los agresores de La Salud, raptado y liberado el 30 de marzo; un cuartel de ingenieros atacado el 6 de abril; el norteamericano ALFRED LAUN, de la U. S. I. S., raptado y gravemente herido el 12 de abril por el ERP. También se manifiesta esta actividad subversiva por tentativas de la guerrilla urbana en Mendoza, donde, del 4 al 6 de abril de 1972, la subida brutal del 100% de la tarifa de electricidad impulsa a 15.000 personas a manifestarse ante el gobierno provincial, a levantarse barricadas, a incendiar 100 coches, a saquear tiendas (dos muertos, 20 heridos y 40 detenciones); la “marcha del hambre” de estudiantes y obrero el 22 de abril 8360 detenciones); disturbios y huelgas en Tucumán, del 24 al 27 de junio (un estudiante muerto); incidentes en Mendoza; en la Facultad de Medicina de La Plata; manifestación tumultuosa delante del Congreso Nacional el 22 de agosto de 1973, dispersada con gases lacrimógenos (un centenar de detenciones); ocupación de la Facultad de Derecho el 18 de marzo de 1974; refriegas en Córdoba el 17 de marzo (dos heridos de bala, 140 detenciones), y también se manifiesta por ajuste de cuentas y luchas entre facciones entre peronistas ortodoxos y de la “Tendencia revolucionaria”.
El secretario general del Movimiento Nacional Justicialista, JUAN MANUEL ABAL MEDINA condenó el 30 de marzo de 1973 los atentados. Pero el 22 de abril, en una reunión de las juventud peronista en el sindicato del calado, entonó el coro con el extremista RODOLFO GALIMBERTI que reclamaba la instauración del socialismo por métodos revolucionarios y la creación de las milicias populares. El 28 de abril, PERÓN destituyó a los dos culpables, mandó proclamar el 1º de mayo el estado de sitio en seis regiones, reclamó el restablecimiento de la pena de muerte contra los terroristas y dirigió el 31 de mayo y el 1º de junio dos mensajes de advertencia a la CGT y a las juventudes recordándoles que “EL ORDEN IMPERA PARA TODOS”. Lo cual no fue suficiente para acabar con los excesos: asesinato del secretario de los mecánicos, DAVID CLOSTERMANN, el 22 de mayo, y refriegas entre  jóvenes peronistas (ocho heridos, uno de ellos grave), manifestaciones tumultuosas en las que participan 50.000 personas para la liberación inmediata de los detenidos al día siguiente de la asunción de CÁMPORA de las cárceles de Villa Devoto (188 prisioneros, de Rawson (154), mientras los detenidos de derecho común se amotinaban en Caseros, y que en Córdoba un centenar estaban liberados y 20 políticos amnistiados de 50 y que, el 27 de mayo, 400 jóvenes revolucionarios lanzaron una operación contra el aeropuerto donde se apoderaron de 40 rehenes. El 19 de junio, J. M. ABAL MEDINA, que arengó a los manifestaciones delante de las cárceles, cayó herido en un atentado; el 7 de julio le expulsaron del PJ y será herido en un brazo en una nueva tentativa de asesinato el 24 de mayo de 1974. Sin embargo, el 21 de julio, los terroristas del ERP y del PTR oponen al “Pacto Social” sus propias reivindicaciones: relevo del salario mínimo a 180.000 pesos, aumento de sueldo en 60.000; nacionalizaciones con control obrero sobre las contabilidades de las empresas; prohibición de los despidos; derecho para los obreros a fijar por sí mismos “sus normas de trabajo”, etc.
Sordos a la llamada de CÁMPORA el 25 de junio para entregar sus armas en el plazo de cuarenta y ocho horas, siguen tomando como blanco a los jefes moderados de la CGT Secretario General de la central obrera JOSÉ IGNACIO RUCCI, se encuentra el 25 de septiembre entre dos fuegos de dos equipos de custodios, y muere acribillado a balazos (23); su chofer resulta muerto, dos sus guardias, heridos. Su adjunto, ADELINO ROMERO, ocupará su puesto el 1º de octubre. El 26 de septiembre, un joven dirigente peronista, ENRIQUE GRINDBERG, resulta muerto. El ex secretario de la construcción, ROGELIO CORIA tendrá el mismo fin el 22 de marzo de 1974. (JEAN LOMBARD, La cara oculta de la historia moderna, tomo IV, Fuerza Nueva, Madrid, 1977, p. 551-552). 

*LA CARACTERIZACIÓN DEL PROCESO REVOLUCIONARIO EN EL PRT-ERP*


El análisis de la línea política y la práctica partidaria exige prestar atención a la caracterización del proceso revolucionario que hiciera el PRT-ERP: esto es, a aquel concepto que dio forma y tiempo a la revolución en el imaginario erpio-perretista, DETERMINANDO SUS CARACTERÍSTICAS y orientando en consecuencia el accionar partidario. Fue un texto de ROBERTO PITTALUGA, titulado “Por qué el ERP no dejará de combatir” (P.R.: “Por qué el ERP no dejará de combatir”, Ponencia presentada en las VIII Jornadas de Interescuelas/ Departamento de Historia, Salta, 2001), la primera intervención en señalar la importancia definitoria de esta caracterización del proceso revolucionario que hiciera el PRT-ERP. En líneas generales puede decirse que lo que allí PITTALUGA define es el proceso por el cual se configuró en el imaginario erpio-perretista una concepción de la revolución como “guerra revolucionaria”.
Señala el autor que en las representaciones del F.R.I.P., puede identificarse un difuso componente de insurrección de masas. Tomando un texto modélico de esa organización, escrito por MARIO R. SANTUCHO en 1964 (“El proletariado azucarero tucumano, detonante de la revolución”), advierte: (“Si lo que se precisaba era el detonante, era porque se presuponía un “combustible” ya acumulado. La revolución era pensaba así como explosión revolucionaria, como insurrección generalizada”.  Ese imaginario, por su parte, continúa PITTALUGA, guardaba estrechas similitudes con el que habitaba la organización de NAHUEL MORENO “Palabra Obrera”; la huelga general revolucionaria era la forma predominante a través de la cual se proyectaba la escena de la revolución. Ahora bien, esta concepción de la revolución, advierte PITTALUGA, no podía sino ser conmovida por las experiencias CUBANA, CHINA y VIETNAMITA. Así, en el caso particular del PTR, el autor señala un proceso de reconfiguración de las concepciones de la revolución que terminó por desplazar las perspectivas de insurrección de masas a favor de una nueva noción de revolución como guerra. La importancia de esa reconfiguración radica en sus consecuencias: a partir de la nueva constelación simbólica tuvo lugar un proceso de colonización de la palabra política por la jerga bélica; el militante fue re-categorizado como combatiente y “la lucha” se transformó en “combate”, concluye PITTALUGA.

*LA INSURRECCIÓN GENERAL*


El esquema de acción delineado por LENIN establecía que ante una situación revolucionaria, cuando las masas están en estado de fermentación, la acción del Partido debía centrarse en el lanzamiento de consignas cada vez enérgicas y, paralelamente, en la organización de acciones de masas. El punto culminante de dicha combinación era la huelga general de concierto con la insurrección armada contra el poder de la burguesía. El modelo de la INSURRECCIÓN DE MASAS apelaba, necesariamente, a un PLAN MILITAR. Sin embargo, tanto LENIN como aquellos dedicados a sistematizar la teoría de la insurrección de masas, procuraron diferenciar esta estrategia de blanquismo (se refiere a LUIS AUGUSTO BLANQUI (1805-1881), SOCIALISTA y revolucionario francés, que en 1870 reclamó en La Patrie en danger, la institución de la Comuna, la supresión de los cultos. El alistamiento y armamento forzoso de los sacerdotes, etc. Su hermano, se llamaba JERÓNIMO ADOLFO, publicista y economista francés, Dedicó su vida al estudio de la situación de la clase obrera en distintos países (1798-1854). Enfatizando la obligada supeditación y circunscripción del accionar armado al contexto del auge de las masas. Sustentada en la confianza del papel creador de la violencia la táctica blanquista consistía en hacerse en el momento propio del poder, por medio de una organización armada, secreta fuertemente y centralizada. La representación de la revolución en el blanquismo se asimilaba, entonces, a un complot militar.
La planificación de la insurrección – pensaba en el esquema leninista como un ARTE (LENIN, Marxismo e Insurrección, 1917, en www.marxists.org) – implicaba la “preparación” militar de cuadros en el seno del partido. A tal fin, éste debía contar con un Comité Militar Revolucionario, cuya función y responsabilidad principal fuese el adiestramiento de cuadros, la planificación de las acciones militares y el abastecimiento de recursos materiales. Lo importante a destacar aquí, en todo caso, es que en el modelo insurreccional la actuación efectiva de las fuerzas militares se inscribían en el contexto de una situación revolucionaria, entendida ésta como un período de “auge de las masas”, de ciclo de sublevaciones parciales pero ascendentes en su radicalidad y desafío político y que implicaba, por lo demás, la desorganización y debilitamiento de las fuerzas enemigas. Es decir, a diferencia de otros modelos como el FOQUISMO o GUERRA POPULAR PROLONGADA, la LUCHA ARMADA se circunscribía a la etapa final de la confrontación entre clases. Era, de alguna manera, expresión y consecuencia, a la vez del momento en que dicha confrontación, por su agudeza “se transforma en GUERRA CIVIL ABIERTA”. (LENIN, La guerra de guerrillas, 1906, en www.marxists.org). La lucha armada no era, entonces, ni la usina que alimentaba el proceso revolucionario, ni la principal forma de lucha hacia la toma del poder. Era la modalidad final e imprescindible que acompañaba el alzamiento de las masas, pero supeditada a los otros “procedimientos esenciales (…): la influencia educadora y organizadora del socialismo”. (LENIN, op. Cit.)
Por último, el planteo de la insurrección de masas preveía que el desarrollo de la “guerra civil” tendría lugar en las ciudades (donde se concentraba el proletariado industrial) para luego expandirse territorialmente hacia el campo.

*GUERRA POPULAR PROLONGADA*

 
La experiencia de las revoluciones china y vietnamita habrían de ofrecer a las izquierdas, especialmente aquellas de los países del Tercer Mundo, un nuevo modelo estratégico para la toma del poder. Una estructura económica-social signada por la presencia de una población abrumadoramente campesina, sometida en gran medida a relaciones de dominación caracterizadas como “feudales” o “semi-feudales”, y el combate contra un enemigo colonialista o invasor determinaron en estas experiencias la conjunción entre guerra de liberación y guerra revolucionaria. Esta conjunción no podía menos que implicar una estrategia alternativa recibiría el nombre de guerra popular prolongada. Una de las características fundamentales de la guerra popular prolongada era que, en tanto suponía la confrontación bélica con un enemigo técnicamente superior, iría “de lo pequeño a lo grande, de lo débil a lo fuerte” a través de “mil batallas tácticas”, como advertían las máximas del líder chino, MAO TSÉ TUNG.
El crecimiento del “Ejército del Pueblo” estaba necesariamente ligado a la consolidación del control territorial, cuyo sentido iba del campo hacia la ciudad, momento crucial éste en el cual, recién entonces, tendría lugar el llamado a la insurrección general. En resumidas cuentas, la “guerra del pueblo” no era más que la vía de una paulatina “acumulación de fuerzas” políticas y militares (identificadas con “la nación” y “el pueblo” simultáneamente) hasta acusar una clara superioridad de fuerzas respecto del enemigo. La figura de la guerra no evidenciaba la etapa culminante de la situación revolucionaria signada por el auge de masas sino que era su propio motor, y el Ejército – aunque bajo la dirección del partido – su gran protagonista.
El crecimiento “de lo pequeño a lo grande” tenía un claro correlato en las modalidades del enfrentamiento bélico, La “guerra del pueblo” comenzaba bajo la forma de guerra de guerrillas para transformarse gradualmente en una guerra de movimientos (forma de combate en que comienzan a evidenciarse principios de la guerra regular) que en su etapa final se combinada parcialmente con la guerra de posiciones.
La sucesión de estas etapas exigía la transformación del EJÉRCITO DEL PUEBLO en un verdadero ejército regular. En palabras del general GIAP: “sobre la base de un fortalecimiento continuo de la conciencia política (…) para elevar la capacidad combativa del ejército, para lograr una fuerte centralización del mando (…) es indispensable poner en vigor reglamentos propios de un ejército regular (GIAP, Vo NGUYEN, Vietnam liberado. Guerra del pueblo-Ejército del pueblo, Ediciones La Rosa Blindada, Buenos Aires, 1971, p. 78).
LOUIS-AUGUSTE BLANQUI, “el tétrico BLANQUI, gruñón pedante y doctrinario de su propia causa, asceta macerado en las cárceles…”, como lo pinta HERZEN, no se encontraba en París cuando estalló la rebelión. Arrestado en Figeac por orden de THIERS, no tuvo ninguna responsabilidad directa en los actos terroristas de sus discípulos, aunque la haya tenido indirecta, y nada desdeñable, por sus doctrinas tal como las había expuesto en sus discursos y en los periódicos dirigidos por él. Cuando las jornadas de Julio, se había destacado en el partido republicano por su espíritu revolucionario y por su disposición constante a la acción directa. Activista por encima de todo, tenía un respeto relativo por la idea en sí porque consideraba la fuerza como el elemento práctico por excelencia de toda revolución social. Para BLANQUI LA DEMOCRACIA debe ser integral, y no puede serlo por intermedio de la dictadura revolucionaria, es decir, por la fuerza y por el terror. Tal dictadura, no hay que prepararla con teorías económicas porque es ridículo pensar que la sociedad se resuelva por sí sola en el sentido de un régimen proletariado, y porque las conquistas no podrán tener lugar antes que el Estado burgués sea completamente destruido por la INSURRECCIÓN, no de las masas que, según él, no son dinámicamente revolucionarias, sino grupos reducidos pero decididos a la acción directa. Y, en su obra escrita, pero extensa, se nota como en la de BABEUF la ambición de transformarse en el dictador del proletariado, en el regenerador de la sociedad. Las doctrinas, por lo demás, son las mismas. Escribe: “…la igualdad no es el reparto agrario. El parcelamiento infinito del suelo no cambiaría nada, en el fondo, al derecho de propiedad. La riqueza proveniente de la posesión del instrumento de trabajo más que del trabajo mismo, esta especie de explotación que quedase en pie, sabría muy pronto, por la reconstrucción de las grandes fortunas, restaurar la desigualdad social”. Y prosigue BLANQUI: “Todo progreso es una conquista, todo regreso una derrota del comunismo: su desarrollo es el desarrollo mismo de la civilización. Se acusa al comunismo de sacrificar al individuo y negar la libertad. Evidentemente, si el comunismo naciese con el fórceps antes de tiempo, este triste aborto inspiraría horror. Pero debe ser hijo de la ciencia; ¿quién se atrevería a acusar al hijo de tal madre? Por otra parte ¿dónde están las pruebas que sostienen tal acusación? Es un insulto gratuito ya que el acusado no nació todavía. Y ¿en nombre de quién se formula esta arrogante acusación? ¿En nombre del individualismo que, desde miles de años, asesina permanentemente a la libertad y al individuo? ¿Cuántos son los individuos de nuestra especie que no han sido hechos, en su honor, ilotas y víctimas? Uno sobre diez mil quizá. ¡Diez mil víctimas por un verdugo! ¡Diez mil esclavos por un tirano! Veo la siniestra emboscada que se disimula tras una definición. LA OLIGARQUÍA, acaso, ¿no se llama a sí misma DEMOCRACIA? ¡y el perjurio honestidad? ¿y la matanza moderación?
La LIBERTAD que se levanta contra el comunismo, nosotros la conocemos: ES LA LIBERTAD DE ESCLAVIZAR A LOS DEMÁS, LA LIBERTAD DE EXPLOTAR…ESTA LIBERTAD, EL PUEBLO LA LLAMA OPRESIÓN Y DELITO Y YA NO QUIERE ALIMENTARLA CON SU CARNE Y CON SU SANGRE” (Critique sociale). (Véase: ALBERTO FALCIONELLI, El camino de la revolución De BABEUF A MAO TSË – TUNG. Editorial Nuevo Orden, Buenos Aires, 1965, p. 168-171).
La conquista revolucionaria del poder político pertenece, pues, según BLANQUI, a la acción enérgica de una minoría educada revolucionariamente, “La insurrección es una tarea práctica que exige una técnica que hay que conocer”…resuelta, audaz, disciplinada, que con un golpe de fuerza de fuerza arrastrará a las masas: “Hay que repetirlo otra vez: la condición sine qua non de la HISTORIA está en la ORGANIZACIÓN, EN EL ORDEN Y LA DISCIPLINA.
Antes de buscar los verdaderos móviles de la mistificación marxista, leninista, maoísta, erpio-perretista, de la revista nº 11 “LUCHA ARMADA EN LA ARGENTINA” y sus escritores, era necesario señalar cuántas diferencias de doctrina y de táctica oponen a MARX y BLANQUI y a qué clase de juegos y malabares se encontró el primero, para explotar en su provecho exclusivo un levantamiento que, lejos de constituir en sí una base de aplicación del marxismo, no es sino su negación más clamorosa. Era necesario señalarlo porque, como escribe LISSAGARAY en su Histoire de la Commune de 1871: QUIEN CUENTA AL PUEBLO FALSAS HISTORIAS DE REVOLUCIÓN O LO ENGAÑA, A PROPÓSITO O SIN SABERLO, CON DITIRAMBOS HISTÓRICOS, ES TAN CULPABLE COMO EL GEÓGRAFO QUE ENTREGA MAPAS FALSOS A LOS NAVEGANTES”. (FALCIONELLI, A. op. Cit. p. 174). 


DIARIO PAMPERO Cordubensis
INSTITUTO EREMITA URBANUS
Córdoba de la Nueva Andalucía
Sopla el Pampero
¡VIVA LA PATRIA! SOPLA EL PAMPERO! ¡VIVA HISPANOAMÉRICA! gspp.

domingo, abril 15, 2012

Gabriel Ruiz de los Llanos: EL AMIGO DE HITLER



Poema. 28 Páginas.
Editorial Del Nuevo Amanecer
Buenos Aires, 2011.

Editó: Lic. Gabriel Pautasso

*Acerca del Espíritu *Espíritus como águilas. *El águila, símbolo gentil. *Amado Nervo y Friedrich Nietzsche. *Presentación de Adolf Hitler. *Aforismos. *La miseria. *Hitler conoce a August Kubizek. *“Rienzi, el último tribuno”, premonitorio. *El Porvenir. *Hitler abandona Stumpergasse 29. *La separación. *Pasa el tiempo, y más de diez años más tarde Kubizek ve en la vidriera de una librería una revista con su amigo en la tapa. *30 de Enero de 1933: Adolf Hitler, Canciller de Alemania. *Saludos de Kubizek. *Cruce de correspondencias. *Reencuentro en Linz, el 9 de Abril de 1938, treinta años después. *Kubizek cruza la multitud reunida frente al hotel, salvando los filtros de seguridad con la carta que le enviara el Fuhrer, en la mano. *Emotiva entrevista. *Un año más tarde la Cancillería invita a Kubizek a los Festivales Bayreuth. *Nuevo encuentro de Hitler y Kubizek. *Juntos visitan la tumba de Richard Wagner, ese lugar sagrado para ambos. *Al año siguiente, nueva invitación a los Festivales. *Ultimo encuentro de los amigos. *A las puertas del teatro y de la multitud, Kubizek espera ver pasar al Fuhrer en su coche descubierto saludando a la multitud. Hitler tuerce la línea de la caravana para acercarse al lugar donde se encuentra su amigo, y lo saluda emocionadamente. *Los gritos de la multitud sellan en la eternidad aquella amistad.




Es el espíritu una sutilidad entre sutilezas,
que arrojada a la báscula no alcanza
a mover el fiel
de la balanza,
tal su entidad.
Tal la certeza.
Así, ajeno a toda pesantez
y huérfano de toda carga
el espíritu del hombre
se aletarga
en la facultad que constituye,
huido de toda gravidez.

Más de un espíritu termina por pesar
en ese registro que no expresan
las fanegas
ese poder suyo capaz, tal vez a su pesar,
de dar un golpe con su anhelo
y levantar
el cuerpo y alma del hombre
que lo lleva.
Podrá decirse que espíritus hay muchos,
aunque espíritus, espíritus, muy pocos.
Lo que sí abunda, son espíritus que castran
la carrera y el salto del arrojo,
padrinos de caprichos y de antojos,
secando al sol los cueros de la  espera.
Talleres de una mística incapaz
de coser un trapo de ideales
haciéndolo bandera.
Espíritus que son una agonía
con su luto de ser cayendo en la solapa
designios que no escapan
a su crepúsculo inscripto.
Espíritus que Dios no sacará
jamás, ni equivocado
de nuevo, hoy,  de su  angustioso Egipto.

Pero no cierren la puerta, que también
hay un puñado de espíritus  como águilas,
que terminaron deviniendo tales
sobreponiéndose impertérritos
a lo largo del camino
a la intermitencia estulta de los males
que goteó
la canilla mal cerrada del destino.
Espíritus como águilas que fueron pergeñadas
por Dios,
es decir, por el cielo que suscitan.
Un cielo que recorren  y reclaman
cuando se vuelan el mañana,
cuando  embalan.
Un cielo empecinado en empinarse,
que diera la impresión de levantarse
cuando lo repasan a su ras
esas aves que son mitad y mitad:
Concepto y Voluntad.
Águilas verticales a sus propósitos,
cuando no horizontalizándose,
tras una vuelta carnero por el aire
despejada
cuando  planeando salpican a la marejada.
Semeja el espíritu de águila
la potencia del descubrimiento,
cuando en su caravana aérea
parece irse abriendo
paso
en su travesía de arenas de lo etéreo.
Siendo su rédito
flotar en la balsa de sus sueños
en aguas de la originalidad
que fundamenta su propio crédito.

Así como el amante besa la costa de los besos
mojándose los pies
en el deseo que lo alcanza,
así prodiga el ave su esperanza
desenvainando la espada de su mirada
por ciudades, de ahíncos, realizadas.
Un espíritu en vuelo, el vuelo de un espíritu
progresa, que conquista y descubre
sus Indias Occidentales; Pudiendo decir:
“Debiéndome a mi obra, el aguante me basta,
cuando no me sobra.”
Esos espíritus,  águilas, reservas de los días,
están hechos de la rutina
de dejarse atrás,
de ser la guía
sobrepasada
por el impulso raudo de sus ideales.
Águilas que acucian el revuelo desatado,
dentro del vuelo que tenían pensado.
Señal la flecha  que dispara la mirada
del águila
la que se tiende y  propende
recurrente
hacia el  sol de la verdad. sin más rodeos,
sin otros titubeos
ni cegueras.
Espíritu águila, que aún  puertas adentro del que son,
revolea sus alas un envión
que siembra las semillas del Sí
que son su gala.
Espíritu que rueda
sobre los rieles crípticos de su empuje
recorriendo el triunfo cantado
que obtiene sobre la materialidad.
Esa es  la mirada aguilar del espíritu volante
la que otea destinos,
y acerca lo distante,
que criba lo permanente en lo constante
y aduce  heroicidad.
Siendo sus alas  del  inasible pelaje  de la  libertad.
Entonces baja el espíritu  águila en  picada
llevando sujetos en la limpia bajada,
a sus sueños.
Como a pichones al vértigo asomados,
e imponiéndoles un trato asiduo con el sol,
Cuántas veces ese espíritu que es águila,
cuerpea  tormentas de maldad
entregándose a su instinto
cruzando de un lado a otro lado
las protervas nubes negras
de la tóxica igualdad.

En un momento dado, el espíritu como águila
asciende
izando sus propósitos
sacudiendo intencionado
las cascarrias
que pudieron pegárseles  a sus alas
cuando sobrevolaba distraído, errático
los pantanos democráticos.
Sube el águila que  mira
sus propios pensamientos desde arriba, 
inflando su planeo
con vientos impetuosos
que acercan y prorrogan los deseos.
¿No fue Rómulo mismo, en su momento,
que viera al águila volar considerando
su paso un buen agüero,
aunque sin advertir,
tal vez  por todo aquello que Roma le insumía,
que ese águila era él mismo,
lo propio de su fuero?
Rómulo no imaginó
que ese águila era el ojo visionario
que su espíritu le dio,
que reverdecería
cuando simbolizara
al Imperio Romano cierto día.   

No extraña que un día apareciera
el águila como recurso simbólico gentil,
como representación gráfica del señorío.
Como una señal hecha presente
entre la gente.
Como tal, el águila es ajena a los judíos.

Propio de  las águilas es que al levantar su vuelo
levanten, irruptas, simultáneas,
como sin darse cuenta,
de la ignorancia sus velos.

Hasta que Amado Nervo no se dignó a escribir
“Juana de Asbaje”
¿Quién era Juana Inés de la Cruz?
¿Tenía por entonces la mejicana
algo de fama, algo de luz?.

Y otro tanto ocurrió con Zoroastro
hasta que Nietzsche se interesó por él.
Lo tomó entre sus manos
escribió su leyenda,
lo llamó “Zaratustra”,
lo convirtió en un astro.

Habiéndole dado al espíritu su parte
entramos en la historia
en la amistad de un hombre,
en ese afecto personal recíproco,
en ese arte
de quién  adjetivó en su nombre,
entre otras cosas, que reunieran su ultraísmo,
en la idea  posta del “nacionalismo”.
Idea que encarnara, él mismo.
como derecho a la libre navegación
del espíritu humano por los escrupulosos mares
y sueños de esta vida.
Hablo de un alemán que fuera
de la sangre
un estricto custodio
que la raza diera.
Y si la Historia aún guarda
un poco de decoro
al pronunciar su nombre, me incorporo.
Entonces digo, nombro,
¡Al Fuhrer de Alemania, Adolf Hitler!,
con respeto y asombro.

Hitler
que más que un hombre fue:

“Aval antropológico del ser”;
“Garantía probada de la nacionalidad”;
“Reverberante augurio de banderas”;
“Lluvia de ser sobre el empapado estar”;
“Embriaguez del concepto, lucidez del precepto”;
“Empuñadura dorada de la Tradición”;
“Envergadura en acto de la confianza”;
“Veterana gallardía de los sueños”;
“Bella urdimbre política de la Identidad”;
“Prosapia eterna bajo bandera”;
“Avatar esvástico de la Autoridad”;
“Presencia obvia de la xenofobia”;
“Rescatista del triunfo”;
“Anticoagulante del rechazo del judío errante”;
“Epifanía de la Jerarquía”;
“Relicario de impulsos visionarios”;
“Cuerpo de asalto espiritual”;
“Buzo táctico del alma”;
“Misionero de la fidelidad a la Patria”;
“Priorato del alma en las alturas, de nacionales desmesuras”;
“Capullo de la Cultura, que se abre en la primavera de sus discursos”;
“Confusión de los agnósticos de vida”;
“Ordenación sacerdotal de la esperanza”;
“Guardia cárcel del desánimo”;
“Su mirada, trayendo a la vulgaridad esposada”;
“Gólgota de la Democracia”;
“Merecido infierno de los judíos”;
“Doctorado fáctico de la Ética”;
“Auto de Fe oral, de los apátridas”;
“Hijo de Nietzsche”.
 
Adolf Hitler nació en Braunau
el 20 de Abril de 1889,.
a punto de iniciar su carrera legendaria
hacia el puesto de mando
de una Alemania que habría de pasar
de una condición estrafalaria
a otra, renacida,
providencial
augusta,
extraordinaria.
Lugar de mando situado por entonces
en la cruz de dos caminos:
La ruta de sus sueños personales que albergaba
con  la Gran Vía de  Alemania,
lugar de su destino.

Hitler, un hombre  que viviera
aquella vida suya que viera florecer,
entre la espada de sus sueños
y la pared del  deber.

Rostro del Ser, trataré de explicarme,
la  Identidad que nunca
fue para nada un adarme,
supone la suma los sueños
de un ser humano.
Escuchen, que no estará de más:
la Identidad  es el ceño
del Ser,
es el cúmulo de sueños con vida
de los cuales, la propia índole
sería capaz.
Entiéndase, que los sueños de un  hombre
no son el fruto
de su inspiración,
son más bien el tributo
inexcusable
al contenido de su Ser.
Cuando los sueños de un hombre son de la partida
es porque su espíritu ha resuelto
hacer su vida.

No bien que hubo pisado este mundo
Hitler advirtió,
diríamos al segundo, cuáles eran sus sueños.
Dónde debía llevarlos
y a qué fin debiera consagrarlos.
Pobre,
deciso
e insumiso
orgulloso en el clamor de su arrogancia
instruyó  desde muy joven a su tropa espiritual
oportunamente
en los ejercicios de guerra
para el triunfo de su ideal.
De tal modo, el celeste de  sus ojos quedó  abierto
a la negra noche
cuando esta llegara,
la noche de la miseria hasta su puerto.
Cuando el último vagón de sus ahorros, en 1908
pasó de largo por Viena, sin parar.
Aquella Viena  de los conciertos
y los desconciertos,
donde se preguntara, adolescente,
con los ojos tan abiertos:
¿“Es este también un alemán?”
al captar su retina
a un judío horrible con Caftán.
Adolf Hitler, 
que habiendo juntado dieciocho años
de pasado en su presente
debió acurrucarse en el frío
largamente.
Y  estirarse en el hambre
que bajaba, como sus proyectos intactos,
por la calle, hacia  abajo de su frente.
Adolf Hitler,
al que las púas inapelables del alambre de la pobreza
desgarraron
la solidaridad de sus abrigos.
Aunque, justo es decirlo, en ese frío
capeó la adversidad
inalterado, inalterable
llevándose consigo.

Antes de echar a andar el relato
de aquella amistad
hay que dar a entender
que cruza íntegramente la vida de Hitler,
el disparo de su mirada tendida
 a su  horizonte de vida,
en la que nada obstaría
el trasiego de un asombro a otro asombro
que pusiera
como bolsas de fe cargadas
en sus hombros,
hasta el momento culmine y final
de cruzar volando
con las alas desplegadas, el fuego de su suerte abismal.
Decir, del mismo modo,
que siempre hubo  en los balcones
del alma del Fuhrer
incontables
estandartes de anhelos insaciables.
Canteras de esperanzas
a cielo abierto,
orlando los portales de sus ansias.
Llevándolas hacia delante como pudo
como supo
y como quiso,
ansias que al No, siempre  deshizo,
dejando a quien lo viera,
mudo.
No fue  la infancia de Hitler 
la que determinara la esencia de su porvenir,
Su infancia goteó la gota gorda
simplemente
del propio devenir.
Sería el mañana,
que por los días un día bajaría,
el que a la distancia
pintaría
el  tipo de infancia que llevara.
Porque es el roble el que crece a la bellota
y no al revés,
es el roble el que marca la cara y el envés
del desarrollo
de esa especie, si se quiere noble.

Hitler conoció a su amigo August Kubizek
el músico, hijo de un tapicero,
conoció a su amigo verdadero
en Linz, en el año 1905
Por ese entonces Adolf era
 huérfano de padre
y enfermo, muy enfermo, grave de madre,
a la que tanto quería.
Que moriría , poco después.
Ella se iría en la Navidad del Novecientos Siete,
habiendo bendecido en su lecho de muerte,
en tal apriete,
aquella amistad.

A veces, el Porvenir,
cereal que el tiempo ha de segar,
ni ciego ni enceguecido,
que ha molido,
harinado y amasado el pan de la propia vida,
vuelve su cabeza a retaguardia.
Lo hace para cerciorarse
que el cúmulo de espigas que lo siguen, lo suceden
y lo aguardan haciendo lo que pueden
aguantan la parada.
A veces el futuro, que todavía es nada,
vacío de Lao Tse
viene en cascada
de sucesos virtuales
que se acercan ecuestres,
en espigas de tiempo
acechan, montadas en los cuales.
Lo que está por venir
lo programado
debe ser con empeño vigilado
para que no tome el mal camino de las trenas,
que no desangre sus venas
ni en  ergástulas, ni en chironas
sabiendo eludir males
evitando
recalar en  los hospitales.
Que lo que debe cumplirse no  tome
antes de tiempo
el camino de los cementerios.
Que se cuide,
en cualquier hemisferio.
Que tomando cada uno el camino que toma
pueda tener presente
que hay lugares, desvíos, como los antedichos,
que no son broma.

Más de una vez el Porvenir,
en nuevas ocasiones,
lo prepoteó a Hitler
llegando a manotearle situaciones.
Pudiera ser, quién sabe,
que para mantenerlo atento,
alertándolo, que no era cuento
lo que sucedería
más tarde a lo largo del camino.
Escolar, con 12 años , casi audaz
se negó ante su padre,
por momentos mordaz,
a pensarse  empleado municipal.
Al mismo tiempo
sabía desplegar sus avales
en los grupos escolares cual caudillo.
Cuestiones del momento,
hechos circunstanciales,
comprendiendo la tendencia al dedillo.
El Porvenir, que sabe
soñar en los despiertos y bostezar en dormidos,
lo sacudió en 1906,
cuando ganaran sus oídos
providenciales
los acordes del “Rienzi” de Wagner.
Algo que para el futuro Canciller
nunca sería indiferente ni objeto de su olvido.
Esa noche su espíritu entró en éxtasis
y todo decantó.
Habían concurrido con su amigo
a bañarse, si podían, en belleza,
transportados en andas de grandeza
por el  Maestro de Leipzig.
Al salir de la función,
los ojos del Fuhrer anticipaban
que “Rienzi” le había cambiado la cabeza.
Sin exagerar,
aquella obra a Hitler lo había transmutado.
Y a su espíritu,
lo había remontado.
Era el Creador que, armónico, le revelaba
lo que él intuía.
“Rienzi”, en su libreto  trataba
de la misión de Adolf Hitler,
en la vida
de la suma de todas las bandeas que su alma
abrazaba.
Al salir del teatro,
cada amigo
se hizo acompañar de un silencio,
y eran cuatro.
echando a caminar.
Efervecía  en los dos el corazón
redoblando
sobre el parche de la noche fina.
Y siguiendo los pasos de ese embrujo,
los pasos que a ellos los seguían,
fueron lentamente hasta una colina.
Allí Hitler habló,
se puso a hablar como tantas veces,
imapable,
cerca en su lejanía
como tan lejos en su cercanía.
Habló llevado por la mano buena
que le abrió los labios.
Habló con creces
los proféticos resabios.
Le habló al gentío ausente
y a los millones de personas que estarían
un día allí  presentes. Absortos de su verbo.
Habló y habló
las perlas de su acervo
de ser. Que ya se le veían,
“Rienzi” era él, un ser predestinado,
elegido a salvar
a un pueblo sojuzgado.

A esa altura Alemania
más que un pueblo era una fachada
de algo pocas veces honrado,
que, salvo excepción, 
era consuetudinariamente pisoteado:
Hitler se dirigía en la colina
a lo señorial del Orden Natural,
que fuera
de Hitler su desvelo.
Sí, le hablaba al Espíritu
al mismísimo Espíritu,
le hablaba a la Sangre
y le hablaba al Suelo.                     

Años más tarde
August Kubizek escribiría largamente
sobre aquel “Sermón de la Colina
que no sólo pareció sellar esa amistad
sino que puso al alcance
de ambos
el futuro de Fuhrer, aquel amigo en trance.
La noche de “Rienzi”
el joven músico asistía sin querer al funeral
de todo imaginado escepticismo
respecto de su amigo.
que pudiera haberlo acompañado
de haberlo conocido mal.
Intempestivo, Adolf Hitler,
ofició el responso de la pusilanimidad,
retórico,
eufórico
acercando el mañana en su entrever.
Kubizek escucharía la palabra del Ser,
por única vez,
sentada a la misma mesa
en esa voz apasionada
la voz de la Identidad expresa.
Era ese el  fraseo anticipado
de la vital hazaña,
el paso de desfile de todas las virtudes
y el clamoreo
de las multitudes.
Allí, en la colina, declamaba
el Espíritu del Fuhrer,
al que la luna baña.
Los dos amigos, y “Rienzi, el último tribuno”
en el espíritu insigne de Adolf de Alemania.

Los muchachos se habían conocido el año
próximo pasado,
en Linz, donde vivían, se habían encontrado
sendos soles:
el Sol pentagramático, el Febo de la escala
que Kubizek trajera,
y el Sol esvástico de runas
aquel que Adolf, años más tarde, condujera.
Esos fueron de la amistad, los astros
también en Ética y en Arte.
Dejando sentado en el catastro
del vínculo
que por los ideales elegidos
quedaba todo aparte.
Los amigos ahí van, por las calles de Linz
acercándose al fin
de un tiempo anacoreta.
Las lecturas, las charlas, los conciertos
los retan
a ser de aquellos sueños
camaradas
a jornada completa.
Pero a veces las sombras se toman su confianza,
acomodan el cuerpo
bracean acompasadas
y al estirar el paso
parecieran hacer  lugar a la desesperanza.
De Adolf, su amada madre Klara,
 la bella Klara Pölzl
discute de mal modo con algunos dolores
que llegan por las noches
y abrazan en fervores
las horas necesarias del descanso
que tanto necesita. Un mal presentimiento,
un daño rezagado
que manda sus mensajes
que va trayendo el viento
la llevan a un doctor. Un hombre de salud,
que tuvo la virtud
de dar con un tumor.
Que quizás en un descuido trepó hasta su pecho.
Corría el mes de Enero del Novecientos Siete
esa noticia moja copiosa las orillas
de un Adolf sorprendido,
imponiéndole un brete.
¿Tendría que resignarse?
¿Todo lo que quedaba era persignarse?
Y en el salón de fiestas de la vida y su historia
la música se amiga,
se filtra, se prodiga,
nos come la memoria.
¿Se dirá que la vida, en sí, algo remedia?
Mientras tanto el Destino
ha sacado a bailar
a la equívoca suerte
el Vals de la Tragedia,
ese Vals de la Muerte.                                              

Mirando con preocupación por el agujero
de la cerradura de su ojo
Hitler veía
lo que le esperaba:
El adiós de su madre,
el fin de sus monedas,
la Fortuna en despojos.
Como si el día confundido reculase
al ver que la noche se venía.
Entonces, viajó de apuro a Viena
tratando de encontrar
un lugar apacible
un lugar donde estar
a tiro de sus sueños. Él, que tanto  se necesitaba
y  hacía lo posible.
Por fin, en Viena encuentra ese lugar, y la noticia
de que su madre, parte.
Regresa de apuro en una lágrima, una agonía:
que envuelve a otra agonía.
Los dibujos y la música han de quedar
para otro día.
Kubizek acompaña a su amigo
y recibe de Klara
el pedido de ésta, que no lo deje solo,
que no se separen…
En tanto en el Árbol de aquella Navidad
herida titila una partida.

En el mes de Febrero siguiente los amigos
se instalan en Viena
en un pequeño apartamento
acompañados de todos  los sueños.
Los espera, entre otros, Wagner,
y a ese fin
escuchan en la Ópera, alelados,
por lo menos diez veces “Lohengrin”.
Kubizek, brillantemente
ingresa en la Academia de Música
y rinde los exámenes del curso
más que satisfactoriamente.
Pero el que va a terminar dando la nota
va a ser
inopinadamente
el futuro Canciller.
En  el mes de Julio, Kubizek regresa a Linz
para volver a Viena al cabo del verano.
Pero Hitler
capaz de arquitecturas, de sueños y  coraje
aprovecha ese viaje
para tomar distancia.
Una distancia enorme
desguarecida
una distancia pasmosa, de por vida.
Es que la luz de sus ahorros lo abandona,
y él cierra con llave aquella estancia.
Se va de Stumpergasse 29
donde viviera con su amigo,
da lo mismo si solea o si llueve.
No deja rastros
ni cartas
ni citas,
ni nada que pueda ubircarlo.
Dios es testigo
que aquello ya es pasado.
Se trata de la dignidad del joven Fuhrer
que ha dado, decisivo, un paso al costado.

A veces las palabras nos retienen
a veces frenan esos impulsos
siendo su veda,
y en vez de liberarnos, de aliviarnos
nos ponen, ellos mismos, los  palos en las ruedas.
Hitler se profugó
se fue porque ansiaba quedarse
porque justipreciaba
la vida con su amigo,
la que podía darse.
Pero la suerte le sabe bien amarga
sin un cobre, y sin querer hacer bambolla,
llevando
de su destino sus juyas
no quiso en modo alguno
devenir una carga.

El no permitirá que melle la adversidad
el filo de la hoja de su Ser.
Que ésta fuera arrastrada
por el empedrado de la vulgaridad.       

Para Kubizek,
la compañía de su amigo se había esfumado
y a solas se sentía abandonado.
Los ojos del Fuhrer en el recuerdo,
en su momento agreste.
“Gustl” sentía la mirada del Fuhrer de Alemania
despidiéndolo
haciéndole el tren a su partida en la Estación del Oeste.
Desconcertado
Kubizek plegó con cuidado esa mirada
guardándola en su saco.
Mirada que a veces parecía, en puridad,
la tasa notarial de su amistad
y hasta un inocuo viento lerdo
que empujaba
como sin ganas
en ese otoño triste las hojas del recuerdo.

La soledad se abrió paso en el amigo
hasta el patio interior de su conciencia
con rapidez
poniendo en evidencia
la amplitud del vacío.
Constante, con estudio,
Kubizek fue dominando de la Música
su gnoseología,
que era lo que él quería.
Al tiempo, se dio  alcance
como Director de Orquesta
del Teatro Municipal de Marburg.
Adolf, que  había seguido su camino, y él
que parecía encaminado.
Pero la suerte perra
derruyó sus castillos nuevamente
al estallar la guerra.
Y fue a cumplir con su deber,
y lo que ahí va,
por la obvias razones de la nacionalidad.
Asistió, forzado, una vez más,
al necrosado de sus ilusiones.
A la fuerza, debió tomar distancia
con el mundo musical,
tuvo que abrirse paso
para sobrevivir. Y hacia el año Veinte
recaló en el ámbito municipal.
Qué distintos los tiempos
vividos con su amigo.
Qué años sin igual.

Y Cronos, a sí mismo se sumaba,
y en orden a cenizas
almanaques quemaba.
Diez años… doce, trece, lo que fuera
cuando un porqué desconocido,
un tiro de sus ojos, al descuido,
que impactó en la vidriera
de una librería.
Y era esa, claro, otra melodía
que escucharan de pronto sus oídos.
Una revista en primer plano le cerraba el paso,
y en tapa de la misma
salido del ayer
con el mismo carisma
la foto del Rienzi del Nacional Socialismo:
Adolf Hitler.

Como una estampilla del azar
aquella publicación franqueaba
en su evidencia
la posibilidad casi remota de supervivencia
de su amistad caída al mar.
Así, queriéndolo y sin querer
“Gustl” no supo qué cosa esa noticia
le pudiese traer.
Pudo Kubizek de esa manera
saber de su amigo estampido
en un Septiembre lejano, años atrás.
Se lo nombraba, insistentemente,
como el as
en  medios políticos del extremismo de Derecha
del que era bandera.
Que su amigo del alma al que Kkara
le encomendara en la puerta de su adiós
había seguido hablando,
por los dos,
en razón del verbo que el Hado
le entregara.
Claro que era su amigo,
¿si no quién iba a ser?
El Adolf de Wagner y de Linz,
que era el mañana de hoy desde el ayer.
Música de remembranzas, August abría
el cofre en el que guardara
su cartas, y  tarjetas, las pinturas
del Canciller en vías,
como un pasado escrito
que se subiera saltando en el estribo de ese tren,
el tren de las necesidades alemanas,
que hoy podían celebrar sus bodas
satisfaciéndolas a cada una
parando en todas.

Fuera a saber uno porqué en esa instancia
en que su alegría hiciese centro
el amigo de Hitler
no dio un paso adelante,
para acortar distancias
y sellar el reencuentro.
Si aquella prueba de vida fortuita,
esa gráfica evidencia de la librería
ocurrió en Mil Nueve Veintitrés
habrían de transcurrir,
transcurrirían,
diez años más
para verse otra vez.

No pasaba nada, simplemente,
Kubizek no quería importunar
ni hacerle perder tiempo
al tribuno famoso,
al tribuno vehemente.
Le bastaba saberse en el gozoso
tiempo de triunfo de su compañero.
Que si en algo hubiese
que ayudar,
él sería el primero.
¿Quién podía sustraerse, en Deutchland,  a la presión
Nacional Socialista
en el amanecer
del espíritu jerárquico del hombre,
en su mayor expresión
ese Enero de 1933,
y en el jardín del alma en flor, el Fuhrer
pasaba revista?
¡Adolf Hitler, Canciller de Alemania!
El vecino de Linz , Canciller desmedido.
El residente en Stumpergasse 29, por Wagner,
Canciller de Sigfrido.
Y Kubizekel que no era de levantar la mano
la alzó para escribirle al Canciller,   
su hermano.
Ahora sí era el momento,
y procedió a embarcar
más rápido que lento
a una hoja en un sobre a tal efecto,
con su tripulación exacta de conceptos
con destino al puerto berlinés
de la Cancillería.
Allí decía:
“Al Canciller del Reich Adolf Hitler en Berlín”,
sucediéndole un saludo y buen augurio
de su amigo de siempre, Kubizek.
La carta susodicha, repensada, enhiesta,
empleó seis meses para su singladura.
Y al cabo de la misma,
en los ojos de August, sobre en mano, fulgura
la esperada respuesta.
Con el membrete de la Casa Parda
sale del sobre de los años,
aunque tarda,
la sonrisa del Fuhrer
el sol del mediodía del verano
de los sueños nazis
que han llegado, de nuevo, a Capistrano.
Hitler se explayaba en un saludo afectuoso.
explicándole a Kubizek
que llovieron sobre la Cancillería
miles de cartas buscándolo a él.
Con saludos, pedidos, acercando los mejores deseos,
uno por uno y a granel.
Esas cartas habían retrasado la de
“Mi querido Kubizek”.
Que si podía que lo visitara, le decía.
Y agregaba, nada desataría
aquella amistad que los unía.

Una alegría maciza,
vertical, multicolor e indivisa
lo ganó a Kibizek rápidamente,
como un fuego bueno ganándole el alma
o como el agua que se difunde y pasa,
burlando al más alerta,
ubicua,por debajo de la puerta.
Hitler recordaba aquel tiempo, aquel ayer,
como “los años más bellos de mi vida”.
Y daba gusto ver
cómo esos años volvían a eslabonarse
en veinticinco años de cadena
al instante fatal de su partida.
Sin embargo Kubizek ya no pudo resistir
cuando el 12 de Marzo de 1938
el ejército alemán cruzó la frontera de Austria
viendo al Fuhrer venir.
Y allí, asomado al balcón
del Ayuntamiento de Linz
se hallaba “Rienzi, el último tribuno”
colándose en vertiginosa vaselina
hasta el fondo
del estupor civil de cada uno.
Estaba la emoción del gentío, y Hitler,
no dándole cuartel,
Y en el principio fue el Verbo
¡Heil!
que estaba con él
¡Heil!
y el Verbo era él,
¡Heil!

Protegido del Cielo,
menos de un mes más tarde, el genio revulsivo
de Hitler
otra ver en Linz agitaba al colectivo.
La Esperanza de Occidente detuvo su estrella
 en el Hotlel Weinzinger
donde una marea blanca y bella
frente a la plaza
derogaba lo que no fuese multitud.
Subido al estribo de su apuro,
hasta allí llegó corriendo Kubizel
junto a su gratitud,
por un pasado, y un  futuro de amistad
tan encumbrada como  rasa,
más noble que una hogaza.
En el lugar, un mundo de gente,
un mundo que empujaba
en el momento que él trataba de pasar.
Cosa bastante difícil, si las había.
Pero cuando eso ya no era posible
pelaba, repentino,
la carta de su amigo el Canciller.
Y había que ver
si eso no hacía de él un Moisés
de multitudes dado que Kubizek
abría las aguas del gentío y de la Policía
con la mágica carta que traía.
Llegado al cordón de la vereda del Hotel
lo frena en seco gente de Seguridad:
-¿Señor, a dónde cree que va?
-A ver al Señor Canciller.
-¿A quién va a ver?,
repreguntaba el guardia en forma socarrona,
y Aungust, blandiendo su intentona,
sacando del saco la correspondencia
que lo salvaguardaba
por un instante, a aquellos hombres, los petrificaba.
Era la carta de la Providencia.
era una hoja impresa con su módica
grafía
y una firma breve
que todos por aquellos lugares, conocían
Consultas.
–Espere usted un momento…
Y a poco, apretujado en su contento
zafando del apriete de la gente que quería
lo mismo que él
Kubizek seguía,
en su rara destreza
accediendo y rezando: “Permiso, permiso”
a la sitiada fortaleza.
A ese Hotel al que muy pocos ingresaban.
El lo hizo escoltado por un hombre SS
que haciendo gala
de señorío, firmeza y cortesía
lo invitó a que, por favor,
aguardara en una sala.

Había allí ministros, funcionarios y uniformes varios,
asistentes,
gente que entraba y salía
y el mundo que giraba
alrededor
del hombre, del amigo que él esperaba.
Quien hasta allí lo atendiera, hombre de Ceremonial
vuelve y ahora le pide
por favor, que no lo tome a mal
y regrese al día siguiente.
Que en la fecha el Fuhrer
no se encuentra en su día.
Sin embargo,  el hombre aprovecha la volada
porque quiere saber
algo de él que era su amigo.
Cosas pasadas, hechos  del tiempo aquel.
De la juventud del Fuhrer.
¿Quién era August Kubizek, qué sabía
del hombre por el que
Alemania desvivía?
Que supiera disculpar, que mañana
que con gusto, el Fuhrer lo atendería,
el 9 de Abril de 1938.
A “Gustl” no le quedaba otra
que saludar e irse.
Como el día anterior
la ciudad de Linz se hallaba colmada
de una multitud deseosa
de vivar al alma de la Cruz Gamada.
1908 – 1938 ¡Treinta años sin cuento,
habían pasado!
de  un “Hasta cada momento”.
Pero dándole razón al Budismo
todo había terminado siendo una ilusión.
Los años que se reunieron, se desvanecieron,
sorprendiéndose él mismo
por su viva emoción.
Hitler apareció de pronto,
y los treinta años de una a otra orilla
cayeron hechos astillas,
en un delta de trizas
y de añicos
los gestos de Hitler deshicieron
toda lejanía.
Kubizek aturdido
estira formal su mano como al más allá
y su amigo la toma emocionado
cuando las dos de da.
El saludo salda,
firma por los dos, de ese modo,
del exilio su adiós.
Al momento, los ojos de todos los testigos
habían convergido
en el reencuentro de aquellos dos amigos.
Lo primero que dijo el hijo de Klara
fue que lo mejor de todas las correspondencias
había sido la carta que “Gustl” le enviara.
La mejor de todas
que evocaba, poniendo en evidencia
 aquellos buenos tiempos
de los sueños salvajes.
De los viajes a Viena,
de tanto fervor.
El Canciller le decía
que se alegraba de volver a verlo.
que le parecía
que el tiempo se hubiese condensado
deteniendo el presente
apurando el futuro
acercando el pasado.
El Canciller, quería saber todo de “Gustl”
como músico. Qué obras había interpretado
y si la vida en sus vueltas
hijos le había dado.
Kubizek trató de ordenarse
-Tres hijos tengo, contestó con cautela,
y dotados todos musicalmente.
-Pues desde ya que los voy a ayudar, escúcheme.
En esa educación, permítame,
le dijo el Fuhrer,
que sea mía  la tutela.
Espontáneamente,
como semejando un bandoneón
que un ángel digitara
el tiempo transcurrido
se abrió y cerró
entregando acordes de emoción.
Llevaban ya una hora de enrevista
cuando el Canciller
llamó a su ayudante, que escuchó
las instrucciones referidas a los hijos
de su amigo. Y a su vez
el asistente le recordó al Canciller
los documentos que conservaba Kubizek,
guardados oportunamente
documentos valiosos del ayer.
Hitler, aunque solicitado, parecía no tenía apuro
y abrió grandes los ojos,
los que desde hacía tiempo
abriese al futuro.
¿Era cierto lo que había escuchado,
tenía Kubizek semejantes documentos reservados?
¿Su amigo conservaba cartas, tarjetas
y acuarelas?
“Gustl” dejó a medio abrir un envoltorio,
que concitó la atención de todos,
sobre el escritorio.
Hitler  quiso ver.
La mirada de “Mi Lucha” recorrió
el material con detenimiento.
Y valoró el recaudo que tuviera
su músico amigo,
que no cualquiera,
ser titular y actualizar esos colores
esas caligrafías.
Los sueños de esos días.
-Todo esto es suyo, “Gustl”, dijo el Fuhrer,
no lo olvide, ni por un momento.
Y agregó levantándose y tomándole las manos
-En cuanto pueda, lo llamaré, “Gustl”.
Pero “Gust” estaba mudo,
aunque escuchó decir a su entrañable amigo:
-Debemos vernos más a menudo.

Como una brisa apenas
como un sonido casi
que no se hacía escuchar
volvió para Kubizek, en el reencuentro abierto,
guardado a espaldas suyas
ese tiempo,
a pasar.
Como una fuerza buena, abriéndose  paso
las voces de un ocaso
guiando las memorias
hilvanaron pasado, 
ecos de alguna anécdota, y variados retazos.
Como partes urgentes de un órgano.
atrofiado, ahora rehabilitado
por la falta de uso
tan desmejorado
las piernas y los brazos de aquella amistad
volvían en afectos
a la normalidad.
Kubizek, caminó
el patio de su pecho
y recorrió pasillos de alegrías vacuos
y supo  no había techo
para la evocación que corre cualquier velo.
Aquellos dos amigos se seguirían viendo
si Dios lo permitía.

Y un día, a su través,
cuando no lo esperaba y estaba todo bien
un sobre membreteado
de la Cancillería
y datos en su envés,
llegaba nuevamente, un año después.
Kubizek, siguió los pasos de su mano
que buscaban un norte,
abrió el sobre despacio
y ahí mismo le saltó la alegría
como un simple resorte.
En nombre del Canciller del Reich
tenían el gusto de invitarlo
a los Festivales Wagner, de ese año, en Bayreuth.
¿”Gustl” aceptaría?
De ser así debía presentarse
en Julio 27 de ese año Treinta y Nueve.
La simple invitación
desbordaba el vaso de su alma
de una alegría aleve,
ya que satisfacía
las mayores expectativas musicales de su vida.
Eso que siempre soñó
y que su economía, cifrada en cuenta gotas,
volviera
una posibilidad remota,
ahora se daba.

La ansiedad de Kubizek le sacaba ventaja,
mirando por la ventanilla,
a la colina del Teatro,
viajando en el tren que llegaba,
de Bayreuth a la villa.
Aguardaban a Kibuzek expresos y distinguidos enviados
del Fuhrer,
en la estación del ferrocarril.
Enviados por el  Protocolo
se encargarían de su alojamiento,
y a no sentirse solo.
De la pretérita  Stumpergasse 29
a los Festivales Wagner en alas
de aquellas atenciones que le llueven.
Las funciones del Año Treinta y Nueve
arrancaron con  “El Holandés errante”,
un día después  correspondió “Tristán e Isolda”
y algo para “Gustl” sin igual
asistir, al día siguiente, al motivo
de la Santa Cena,
culmine de “Parsifal”.
A esa altura de los acontecimientos
la puerta del alma de “Gustl”, ya no cierra,
la ha sacado de su quicio la emoción
que experimenta,
la mayor emoción que habría de recordar
en esta tierra.
Clausuran aquellos Festivales
de música y de goces
una obra insoslayable,
 “El ocaso de los dioses”.

Kubizek, a punto de regresar,
es visitado en su residencia
por un oficial de las SS,
Hitler deseaba despedirlo en su presencia.
“Gustl” acepta, gratamente sorprendido.
Tras la noche, amaneció el encuentro
de los dos amigos.
Que una vez más, hablaron
recordaron
lo vivido treinta años atrás;
Hitler le confesaba lo que en otras oportunidades
le dijera.
Hitler deseaba, que el pueblo pudiera
llegar a conocer la obra de Wagner.
En un momento  dado de latidos hondos
Kubizek llega al fondo de su bolsillo
y saca un paquete de fotos
que desea
le autografíe el Fuhrer
para gente conocida suya que lo admira.
Hitler firma una y otra vez,
y cuando la rutina expira,
al cabo de su último trazo repetido
le dice a Kubizek:
-Venga usted.
Y salen al jardín. Bajan unos escalones,
caminan un pequeño sendero
hasta una verja al final del mismo.
Ahora, el silencio retumba.
Una hiedra se estira, hay hojas y una loza,
y de Wagner: Su tumba.
Hitler le toma el brazo emocionado
y le habla del enorme placer de estar juntos
en ese lugar, después de tanto tiempo,
allí. En ese lugar sagrado.
Después, habrán de recorrer la casa
y el piano que el Maestro había utilizado.
Mientras tanto, desde la calle llegaba
de la muchedumbre, el vocerío
Ahora Hitler, que ya se despedía,
le decía:
-“Gustl”, usted debiera estar siempre cerca  mío.

Un año había pasado.
Cuando los ojos de “Gust” se humedecieran
cuando su amigo, el  Canciller lo despidiera
señorial y pulcro
a las rejas de las sombras que eran
custodios de Wagner en sepulcro.
Y un año más tarde
con la guerra
cruzando las fronteras de Alemania
Kubizek volvía,  la Cancillería
lo invitaba nuevamente a los Festivales.
¿Volvería a verlo al Fuhrer?
Ya en Bayreuth, ya en el teatro
la señora Winifred Wagner
lo invitó a su palco.
Entonces: “El Holandés errante”
luego, “El Oro del Rin”
“Las Valkirias”,
confiándole la señora, entre otras voces,
que tal vez su amigo Hitler asistiera
a la representación, por él elegida,
del “Ocaso de los Dioses “
Eso  le hizo saber a Kubizek,
desde su Cuartel General, que ya había abandonado
volando para Bayreuth,
para encontrarse con Wagner y su amigo
el Hombre de los sueños alemanes,
que al punto
hacia allí se había encaminado.

Hiitler había querido cerciorarse que en la oportunidad
Kubizek estuviera.
Poder estrechar su mano
en el entreacto.
A las 3 de la tarde del 23 de Julio de 1940,
la hora de un día sin olvido,
arrancaba la ópera
de anclajes en Sigfrido.
Más venerado que amado o respetado
el Fuhrer en un palco
se encontraba sentado.
A las puertas del primer entreacto
se le comunicó a Kubizek
que su amigo deseaba saludarlo.
Hitler, también en el teatro, enorme,
en la oportunidad
se hallaba de uniforme.
Transpuestos los cordones de la Seguridad
y los del Protocolo,
cuyos talones ya pisa,
recibe Hitler a Kubizek, lozano,
con una gran sonrisa.
-“Estamos en guerra, ‘Gustl’ y eso aplaza
muchos de nuestros planes”, dijo.
Los triunfos en Polonia y en Francia
parecían contradecirlo. Sin embargo,
-“Esta guerra que pasa, usted sabrá,
a muchos de aquellos planes
los retrasa.”
Y como si la transformación portentosa de Alemania
y de Occidente
se encogiesen en su geografía,
le dijo el Fuhrer mirándolo a los ojos:
-Es mucho lo que queda por hacer, todavía “.
Hitler era el mismo de treinta años atrás,
el que sería eternamente,
el de estar a la altura de sus sueños, y ser capaz.
Era el amigo de Linz, de Viena,
era la más grande Esperanza
blanca,
la Esperanza en cuarto creciente de este mundo,
la Esperanza llena.
Como si las debiera,
Hitler le daba a Kubizek explicaciones,
le confiaba planes a futuro,
y en ese presente de dificultades
duro, le daba sus razones.
-“De estudiantes fuimos pobres, “Gustl”
eso lo sabe Dios,
y el hambre nos seguía.
En vano,  porque terminamos sacando la cabeza
fuera del agua,
uno primero. Después, los dos”.
Terminó a esa altura el entreacto, por lo tanto,
la ópera seguía
y a las puertas del magno Coliseo
la muchedumbre nazi
por el Fuhrer rugía.
Los dioses de Wagner llegaron a su ocaso
y los allí reunidos
con un raro apuro que a poco entendería
intentaban abrirse paso.
Las aguas de la Adolf Hitler Strasse
se hallaban entubadas
por la seguridad
a la altura del teatro y sus inmediaciones.
La multitud crecía en las veredas
esperando más que lista
que desde un automóvil descubierto
el Fuhrer de Alemania
les pasase revista.

A lo lejos
rompió la marcha el lustroso  coche a paso de hombre
el móvil descubierto
con un Hitler de pie,
un Hitler, más que nunca, cierto.
Su brazo en alto, extendido
en medio del presente florecido,
las banderas nazis flameando en el camino
flameando en los espíritus
flameando en el destino.
Y Kubizek a la altura de la puerta del teatro
apretujado en el cordón
queriéndolo ver, que a eso había venido,
al Águila del pueblo, del pueblo allí reunido.
Se va acercando
lenta la marcha de la caravana
los vítores,
las flores,
 la emoción
que todo lo engalana.
Pero algo habría de suceder
que “Gustl” no olvidaría.
En tanto, alguna gente ya  lo reconocía,
saludándolo en su sorpresa.
La cabeza de Kubizek se asomaba
entre los hombros de los SS,
casi en el cordón de la vereda.
Desde su coche, aquel espíritu bravío
divisó a su amigo,
advirtiendo a su chofer.
La caravana se detuvo
y apenas, lentamente, desvió su recorrido
en un gesto extraordinario.
El coche de las Runas,
el coche de Alemania,
el coche del Espíritu de Occidente
se acercó de repente
al borde de la calle, a la altura de “Gustl”
parando la revista.
Y el Águila le gritó a su amigo
desde la Eternidad:
-“¡Hasta la vista!”.
El mundo giró hacia Kubizek su cabeza,
que alelado
por el saludo en la certeza,
apenas respondió.
Volviendo hacia el centro de la calle
el Fuhrer repitió el saludo.
Y Kubizek, por obra de su gratitud y su emoción
ya nada pudo.

28 de Julio de 1940,
que alguien haga la cuenta.


DIARIO PAMPERO Cordubensis
INSTITUTO EREMITA URBANUS
Córdoba de la Nueva Andalucía
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