lunes, julio 13, 2009

El problema fundamental de la tragedia nacional


Tres cordobeses: Bustos, De Anquín, Lugones

En el Museo Mitre de esta capital y con los auspicios del Ministerio de Educación de la Nación, el doctor ARMANDO BUSTOS pronunció una notable conferencia el 11 de agosto de 1955. Explicó en ella el profundo sentido de la fundamentación teológica de los estudios universitarios en la Casa de Trejo y Sanabria (Córdoba) durante más de doscientos años y su lamentable estructuración en la universidad profesional al día siguiente de Caseros. Desde entonces y por espacio de casi un siglo los estudios filosóficos estuvieron abolidos en ella, lo cual explica que durante ese lapso haya podido preparar – y haya podido preparar – y habrá sin duda preparado – cientos de flebótonos u dentistas, pero no podía hacer un humanista ni un filósofo.

Muchas veces se ha negado, hasta por algunos grandes actores de la Historia Argentina, que CÓRDOBA haya contribuido a la empresa de la Emancipación. “Los doctores de Córdoba” no eran bien vistos por ciertos dirigentes de la política nacional, posteriores al año 10. Demasiado conocida, es además, la opinión de SARMIENTO sobre el espíritu “reaccionario” de los cordobeses.
Ante la desproporción que hay entre este juicio condenatorio y la verdad histórica, debemos reclamar C más de lo que se cree.
No bien se produjo la Revolución de Mayo comenzaron a surgir dificultades provenientes de la división de las opiniones respecto de ciertos factores actuantes en ella. Esta división correspondía a dos motivos: uno externo y otro interno. El interno estaba en la madurez del pueblo, en la natural tendencia de él a liberarse; el externo estaba en la influencia de las potencias extranjeras, que desde 1806 habían tendido las redes necesarios para aprovechar un movimiento de independización que debía rematar en un cambio de amo. De allí las dos invasores inglesas, las guerras contra España, y la infiltración de organizaciones secretas que, bajo la forma de logias políticas y de sociedades literarias, venían a cumplir una misión no muy legalizada todavía; en el mismo proceso inicial de Mayo la intervención inglesa está reconocida. Estas participaciones foráneas constituyeron una quinta columna no del todo invisible para el instinto de los pueblos. En ellos se fueron cultivando la desconfianza y el desistimiento con los dirigentes centrales, cuya figura está tipificada en la impopularidad y en el fracaso de BERNARDINO RIVADAVIA.
Cuando el Primer Triunvirato quiso subsistir como Poder Ejecutivo dominante frente a un Congreso inoficioso de representantes del Interior, la voz de éstos levantó de inmediato los primeros gritos de federalismo. El caudillo de esta insurrección, apoyado por sus colegas de tierra adentro, el deán GREGORIO FÚNES, representante de Córdoba. Transcurridos dos años más, se reúne la Asamblea del Año XIII: en ella se comete la imprudencia de rechazar los diplomas de los emisarios de ARTIGAS: y, como consecuencia de semejante error se pierde para siempre, como provincia argentina, la Banda Oriental del Uruguay. En 1819 se dicta la Constitución unitaria y monarquista, de corte rivadaviana. Sus disposiciones centralistas – desconocedoras de la realidad argentina de aquella época – era una negación de las lógicas aspiraciones de las provincias. Al año siguiente repercute esto en el levantamiento de Arequito, cuya cabeza principal, el General JUAN BAUTISTA BUSTOS. BUSTOS acaudilla a Córdoba y la proclama provincia independiente para todos los cordobeses, la época de la provincialización de la Universidad de Córdoba, “cordubensis tucumanae” como dice su divisa bicentenaria, de la adquisición de su imprenta y del nacimiento del periodismo local, obras públicas debidas a las gestiones del preocupado caudillo triunfante.
En el Congreso Constituyente de 1824 tuvieron menos suerte aún los principios federalistas. El Congreso había sido convocado exclusivamente para dictar una Constitución; estuvo dos años sin hacerlo y en 1826 aprobó una que reproduce el espíritu de la del de 1819, con el agravante de que antes, a pesar de su delimitada función constituyente, se arrogó la facultad de instalar en la silla presidencial creada, al mismo señor RIVADAVIA, quien desde 1811 personalizada la política nacional.
Todos estos sucesos antinacionales estaban ligados con intereses extranacionales. En 1828 el Gobierno legítimo del federal MANUEL DORREGO, conductor encarnado en el cariño de su pueblo porteño, es depuesto por el ejército de LAVALLE. En esta actitud no faltó la intervención extranjera. DORREGO fue fusilado sin causa y el precio de su sangre se pagó con largos años de sangre argentina, de federales y unitarios.
No hace falta continuar recordando las tristezas de nuestro pasado para advertir por cuáles causas los pueblos, tanto del interior como del puerto, se mostraron reaccionarios ante los designios de hombres desde afuera. El problema fundamental no estuvo jamás en el choque de intereses personales entre los caudillos ni en una insistente oposición entre los pueblos del interior con el pueblo de Buenos Aires. ROSAS y DORREGO fueron tan caudillos y tan federales como LÓPEZ, como BUSTOS, como RAMIREZ, como IBARRA y como QUIROGA.
Ese problema fundamental de la tragedia nacional que se conoce con el nombre de “Anarquía” fue, felizmente, un planteo realizado no en el terreno de los intereses, sino en el de los principios. Los pueblos conservaron inmaculado y entero el acervo cultural de la colonia y no tenían confianza en movimientos de organización en los cuales ya habían advertido doble fondo. Ellos se sabían capaces de realizar su liberación sin renunciamientos de la personalidad.

El Doctor cordobés DON ARMANDO BUSTOS se pronunció con valientes palabras por una objetiva revisión de la Historia Argentina. Fue el último ministro de Educación de la Nación del Presidente PERÓN.*

Boletín del Instituto JUAN MANUEL DE ROSAS de Investigaciones Históricas. VIII, Diciembre 1954 – Julio 1955; nº 21-22, página 5. Presidente JOSÉ MARÍA ROSA y LUIS SOLER CAÑAS, secretario.


Lugones, poeta óntico

…Por ello la poesía de LUGONES es preferente retrospectiva y mira al pasado con su incomparable fuerza épica y lírica. La energía, el vigor poético de LUGONES no tiene parangón en la poesía española en general. No puede tenerlo, porque la poesía española es siempre positiva o negativamente teológica. Pero el pasado de América – y de nuestra Argentina – no es profundo, pues estas tierras pertenecen al futuro puro, al futuro sin pasado, y por ello el sondeo de LUGONES no encuentra aquí abismo. Y entonces el poeta, ante el riesgo de quedarse sin tema, crea su raza o descubre su sangre homérica y se da a revivir las viejas epopeyas con el mismo amor – en el autentísimo amor – de los rapsodas que tejieron las historias de Ilión y Ulises. Pues LUGONES es poeta óntico, cognitivo, homérico, señorial, de la eumonía, de las realidades terrenas, de la aristocracia, de la entraña del pródigo e inagotable aquende, de la América sin espíritu pero con alma; no del cielo ni del infierno, sino de la madre y de la raza que cuida las mieses y los ganados y sabe morir por la Patria o en la desventura de la desolación. Nadie como él pudo escribir con mayor verdad:

“llevo en mí la patria entera
Que es una dulzura cordial,
Como la miel del panal
Lleva en una gota la pradera”.
NIMIO DE ANQUÍN

DEDICATORIA A LOS ANTEPASADOS (1500 – 1900)

A Bartolomé Sandoval,
Conquistador del Perú y de la tierra
Del Tucumán, donde fue general,
Y del Paraguay, donde como tal,
A manos de indios de guerra
Perdió vida y hacienda en servicio real.

Al maestre de campo Francisco de Lugones,
Quien combatió en los reinos del Perú y luego aquí,
Donde junto con tantos bien probados varones
Consumaron la empresa del Valle Chalchaquí.
Y que después que hubo enviudado,
Se redujo a la Iglesia, tomando en ella estado,
Y con merecimiento digno de la otra faja,
Murió a los muchos años vicario en La Rioja.

A don Juan de Lugones el encomendero,
Que, hijo y nieto de ambos, fue quien sacó primero
A mención las probanzas, datas y calidades
De tan buenos servicios a las dos majestades;
Con que del rey obtuvo, más por carga que en pago,
Doble encomienda de indios en Salta y en Santiago.

AL coronel don Lorenzo Lugones,
Que en el primer ejército de la Patria salió,
Cadete de quince años, a libertar naciones,
Y después de haber hecho la guerra, la escribió.
Y como buen soldado de aquella heroica edad,
Falleció en la pobreza, pero con dignidad.

QUE NUESTRA TIERRA QUIERA SALVARNOS DEL OLVIDO,
POR ESTOS CUATRO SIGLOS QUE EN ELLA HEMOS SERVIDO.

LEOPOLDO LUGONES 1874 – 1938.

EL PAMPERO AMERICANO, nº 18, Buenos Aires, septiembre de 2008, Ediciones Cielos Abiertos. Director: ARNALDO C. ROSSI. E-mail: pampeamericano@yahoo.com.ar p. 14, 12,13

HOMENAJE AL FUNDADOR DE CÓRDOBA, JERÓNIMO LUIS DE CABRERA EL 6 DE JULIO DE 1573, EN TIEMPOS DE FELIPE II, el rey prudente y la llamó CÓRDOBA DE LA NUEVA ANDALUCÍA

1573 – 6 DE JULIO – 2009 DIARIO PAMPERO Cordubensis
436º aniversario.

Editó Gabriel Pautasso
gabrielsppautasso@yahoo.com.ar
DIARIO PAMPERO Cordubensis n° 143

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