miércoles, noviembre 19, 2008

Perón y un mensaje revelador


Por el segundo retorno: 1972 – 17 de noviembre – 2008
(El primer retorno, fue en 1964, siendo expulsado de Río de Janeiro por el Gobierno militar brasileño a pedido del Presidente Arturo Illia).


Introducción

Cuando el General JUAN PERÓN fue forzado a partir al exilio, que durará dieciocho años, continuó ejerciendo la conducción estratégica del Peronismo, que se aprestaba a resistir los embates de las fuerzas antinacionales como en la actualidad que usurparon el poder mediante el golpe sinárquico (1966 y 1976) de 1955. Fue si incansable tarea de enlace con los Comandos de Exiliados y con los núcleos de la Resistencia Peronista, en el interior del país, mediante correspondencia personal, lo que posibilitó el esclarecimiento de muchos peronistas que flaqueaban en momentos de crisis como ahora, o el desenmascaramiento de los venales y traidores que trataban con los usurpadores gorilas y sus sucesores “seudo-democráticos” en el gobierno.

Una pieza verdaderamente reveladora es la carta confidencial que remite al dirigente sindical ANDRÉS FRAMINI, el 30 de septiembre de 1966 a propósito del perfil político de la “Revolución Argentina”, con ONGANÍA a la cabeza. Su claridad para analizar la conjunción de fuerzas que dieron origen y sostuvieron ese gobierno antinacional – claridad que nos permite ponderar nuestra actual situación política con los KK – y la persistente acción política confusionista y antinacional que desarrollan algunos personajes mencionados, nos induce a publicarla íntegramente, para conocimiento de todos los argentinos patriotas. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

JUAN PERON – CONFIDENCIAL

Madrid, 30 de septiembre de 1966
Señor DON ANDRÉS FRAMINI
Buenos Aires.

Mi querido amigo:

He recibido su nota del 25 de agosto pasado que me llega con retardo porque, según me dice PALADINO que me la trajo, REMORINO que debía haber viajado hace un mes, se ha enfermado con uno de los tantos dolores que la vejez produce. Le agradezco la excelente información en ella contenida como asimismo su amable saludo que retribuyo con mi mayor afecto. ISABELITA me encarga asimismo que le haga llegar sus afectuosos saludos y sus mejores deseos.

Es indudable que esta dictadura militar en nada difiere a las otras que hemos conocido como no sea en la clase de desatinos que cometen. Yo considero que, como dicen los chilenos “ya están para el gato”. No podía ser de otra manera, porque si emplean los mismos procedimientos de sus antecesores, los resultados no podrán ser diferentes. Éstos, que han llegado por la fuerza, no se percataron que ésta de nada les servirá para gobernar; lástima que cuando se den cuenta de eso, estarán ya perdidos y cuando estén perdidos no los salvará ni los santos. Es claro que será el país el que ha de sufrir las nuevas consecuencias de este otro ensayo de “salvadores de la patria” y el Pueblo el que ha de pagar los platos rotos con dolor, hambre y sacrificios de todo género que será lo que han de pedirle en última instancia, a cambio de que los culpables de todo este desastre sigan cada día mejorando su situación económica y charlando de cuestiones que ni les interesan ni entiendan ni medio. Cuando uno ve estas cosas comienza a pensar en todo menos en perdonar a la canalla que preconcebidamente ha provocado el caos y que no debe seguir con la cabeza pegada al cuello.

El asunto de la C. G. T., según mis noticias, no anda. Frente a la situación del Peronismo gremial y las alternativas que se presentan en la formación de esta Central Obrera, creo que ha llegado el momento de reflexionar seriamente, es especial, en cuanto se refiere a la unidad peronista, porque entre tanto sigamos divididos y enfrentados nada serio ni trascendente podremos intentar en defensa de la realidad gremial y social del país. Las divisiones entre peronistas, por graves y profundas que sean, deberían ser superadas cuando se tiene un enemigo al frente al que hay que dedicar todo el esfuerzo de la lucha, porque una trenza de dirigentes por importante que sea no puede malograr el esfuerzo de veinte años de sacrificios.

Los dirigentes gremiales que mantengan una posición justa, que no estén influenciados por apetitos personales o intereses de círculo, ni sean divisionistas a ultranza, tienen posibilidad de trabajar para que las cosas se arreglen, para hacer triunfar la realidad, que no puede ser otra que a una masa peronista corresponda una C. G. T. del mismo carácter. Una división insana y deshonesta ocasionada por intereses inconfesables no puede desvirtuar esa realidad. Nada podría explicar, ni menos justificar en el futuro, cuando llegue el momento de de rendir cuentas al Pueblo, una situación que palmariamente demostrará que los dirigentes peronistas, cualquiera fuera el grupo en que actuaran, no hubieren sabido estar a la altura de su misión por haber carecido de la grandeza que debe ser atributote todo dirigente.

Como habrá podido comprobar, mis predicciones y consejos no han estado desencaminadas de cuanto le decía en mi carta hace algún tiempo. Yo esperaba que las cosas ocurrieron como han subido porque tenía mis informaciones, y espero que la situación actual sea la más cómoda y conveniente para encarar el futuro sin incertidumbre que veo que reina en todos los ambientes actuales tanto sindicales como políticos. Una actitud políticamente retenida es lo que correspondía a este período en el desgaste se realizará a costa de los que jueguen una partida en la que sólo puede haber acciones negativas para el predicamento de los dirigentes. El compañero ALONSO ha recibido una tarea difícil que espero la realice sin jugarse más de lo preciso porque la simulación de una actitud no puede engañar a todos. En cuanto a los dirigentes que son llamados por ONGANÍA todas las semanas, deben llevar a la reunión la enumeración de todas las cuestiones que se les ocurra, hasta abrumarlo con problemas que él ni entiende ni tiene interés, pero que servirán para hacerle ver que los dirigentes saben lo que quieren y están dispuestos a luchar por conseguirlo. En tanto, creo que los dirigentes peronistas del sindicalismo, deben de presentar sus demandas gremiales para sacar ventajas del tratamiento preferencial que parece dispuesta la dictadura militar acordar a los gremios. Es el momento de pedir, no sólo para obtener, sino también para comprobar el grado de sinceridad de los ofrecimientos anteriores. No creo que quede mucho tiempo para esto porque pronto la dictadura ha de mostrar las uñas pero, por ahora, en el tomar no puede haber engaño.

Sobre la tarea de captación con que se amenaza al peronismo por parte de la dictadura debe tenernos sin cuidado. Mientras los dirigentes sean leales hay que seguir el juego, veremos hasta que cuándo les llega. Si se trata de dirigentes desleales, en el pecado llevarán la penitencia, porque el fracaso a que la dictadura está abocada, les envolverá también a ellos. Este es un juego muy difícil en el que no sólo hay que ser buen jugador sino también hay que tener una prudencia extraordinaria: hay que considerar que se trata de un poder sinárquico mantenido por un “entourage” en el que se mezcla el “jesuitismo” de ONGANÍA, con la masonería de BUSO, el judeo-marxismo de FRONDIZI con el liberalismo estúpido de los demás. Todos ellos enfrentados a la línea nacionalista de las fuerzas armadas que comienza a alborotarse impulsada por los disparates gubernamentales que, en algunos casos se cometen por incompetencias de unos pero en la mayoría de los casos, por los intereses de otros. A todo esto hay que sumarle las ambiciones de los OSIRIS VILLEGAS y otros y se tendrá en claro panorama de la quilombificación dominante.

¿Cuál será el resultado de todo esto? Es difícil de prever desde ahora pero, lo que sí se puede ir afirmando es que a nada bueno puede conducir. Hasta ahora, posiblemente, habrá habido muchos de nuestra misma gente que creía en la posibilidad de éxito de la dictadura militar y su famosa “Revolución Argentina”. Yo jamás creí en ello porque conozco el oficio y ya he dirigido una revolución verdadera y calibrado a los hombres que se habían elegido para realizarla. Yo sé lo que cuesta preparar una revolución comenzando por armar un equipo para la concepción con hombres capacitados y además, adoctrinados; con el que se debe planificarlas cosas y cómo luego aun queda el rabo por desollar: la ejecución, es preciso contar con los equipos de ejecución no menos capacitados y adoctrinados. Así y todo, cuando se llega al lanzamiento del plan, se verá que muchas cosas se han omitido y hay que improvisar para que, cuando comienza la ejecución real y descentralizada, se llegue a la conclusión de que lo difícil de un Gobierno no es hacer el bien, sino impedir que los demás hagan el mal. Cuando pienso que estos “pajaritos en polenta” han caído como peludo de regalo y creen que van a poder realizar el “catálogo de la felicidad” leído por ONGANÍA en rueda de prensa, me dan ganas de llorar, no por ellos sino por el país.

Usted comprende, querido FRAMINI, que frente a todo esto y muchas otras cosas, nada podemos aun jugar en definitiva ni en lo político ni en lo sindical, como no sea la necesidad de conseguir y mantener a “todo trapo” la unidad y solidaridad – peronista que, solas, nos hicieron triunfar antes contra la violencia gorila, la insidia de la “integración” frondizista, y el divisionismo de ILLÍA.

Ante la actual situación provocada por la dictadura militar, las cosas no cambian., porque se trata de una continuación de la acción gorila de 1955 en la que los personeros de esa dictadura están demostrando que se trata de los mismos perros aunque lleven distintos collares. Si el enemigo no ha cambiado, es preciso que pensemos que lo que nos dio entonces buen resultado, también puede dárnoslo nuevamente. Todo gira alrededor de alcanzar la unidad, la organización y la preparación mediante un trabajo inteligente y no prepotente. Si es preciso hay que negociar lo que sea negociable con la finalidad de posponer las soluciones definitivas para cuando haya llegado un momento menos peligroso que el actual. La trenza de VANDOR ha sido desontada en lo fundamental: ya en el sector político puede considerarse destruída y en el sindical se está en el camino de lograrlo, pero con todo, no es posible considerar que haya terminado. Para lograr este objetivo hay que entrar en un tira y afloja que si se lo realiza con habilidad puede ser la carta de triunfo.

Yo no soy partidario de la violencia en los procedimientos ni de los enfrentamientos irreparables en ninguno de los aspectos del manejo político, porque la fuerza sirve en algunas ocasiones pero en otras es completamente contraproducente y los enfrentamientos entre compañeros sirven algunas veces para depurar pero en otras ocasiones solo sirve para debilitarse y perder frente a lo verdaderos enemigos que son los que hay que contemplar con mayor atención. Es el caso actual. Yo comprendo que ALONSO esté en una tesitura irreconciliable porque ha jugado una cuestión también personal, pero nosotros debemos ver esto con ojos más realistas. No quiero decir que haya que ceder nada ante las pretensiones de VANDOR pero, fuera de él, se puede hablar con muchos dirigentes que, aun perteneciendo a las “62 vandoristas” estarán dispuestos a cumplir lo que se les diga desde acá. A ellos hay que recurrir a fin de no de no hacer más tempestad.

Bueno amigo FRAMINI. Usted me entiende; sería necesario aconsejar a ALONSO de manera que se cierre sobre la banda en forma que resulte perjudicial a los verdaderos fines que deben perseguirse en la formación de una nueva C. G. T. que, por sobre todas las cosas, deben ser peronistas en lo esencial. Yo no tengo ninguna confianza en la palabra de los Independientes y jamás los preferiré a los peronistas que, malos o buenos, han sido y siguen siendo peronistas. El que en política no está inclinado a olvidar termina por quedarse solo y el que no está inclinado a perdonar es mejor que no se meta en esa actividad. Todo tiene su solución y solo es cuestión de encontrársela: es lo que me interesa en este momento.

Le ruego haga llegar mis más afectuosos saludos a todos los peronistas y, en especial, a los compañeros textiles.

UN GRAN ABRAZO.

JUAN PERÓN

Editó Gabriel Pautasso
Diario Pampero
Nº 70 Cordubensis

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